miércoles, 31 de agosto de 2011

Hace ya mucho tiempo, en nuestros orígenes roleros, decidimos jugar una campaña levando personajes malignos; Sonaba bien; No seríamos los típicos héroes altruistas de buen corazón si no tipos duros que miran por su propio interés a los que les da igual que haya una dama en apuros si no pueden sacar una buena tajada del asunto.
La primera partida nos llevó a una aldea con problemas: Unos monstruos estaban robandoles sistemáticamente todos sus bienes y escondiendolos en unas cuevas cercanas. Nosotros eramos malos pero ellos no lo sabían y nos metimos en la cueva ávidos de tesoro. Creo que el mundo era el de la Dragonlance y recuerdo que yo era un mago de nivel 1 y que me acompañaba un guerrero y un ladronzuelo del mismo nivel.
La cosa fue bien y llegamos hasta la sala del jefe, nos lo cargamos y allí estaba el preciado tesoro que pertenecía al pueblo pero por poco tiempo. Nos hicimos con el tesoro pero eso nos supo a poco. Eramos malos y muy pronto comenzó una discusión sobre la posesión del mismo y mis dos compañeros comenzaron una lucha a muerte por quedarse con el oro. Fué una de esas luchas feroces pero ridículas de personajes de nivel 1 en la que se tiran infinidad de asaltos golpeandose sin tocarse en una bonita coreografía de lo inútil. Pero finalmente el guerrero venció y vino a por mi.
Quien esté familiarizado con el reglamento del Advanced D&D sabrá que los personajes de NV1 no son tan distintos entre sí y el malherido guerrero subestimó el D4 y el GAC0 20 de mi lanzador de conjuro (si, solo tenía uno y lo había gastado ya). En poco tiempo, el guerrero yacía a mis pies, moribundo y sin posibilidad de una curación por mi parte. Cogí el tesoro y me marché de allí.
El master no tenía buena cara; Resoplaba y ladeaba la cabeza ante el espectáculo mostrado, decidió que ya no se jugaría más con personajes malvados y comenzamos de nuevo. Una buena decisión.
En cuanto a mi mago, no sé que habrá sido de él. Supongo que con el tesoro se habrá permitido llevar una vida sin dificultades y visto lo visto, es posible que haya recapacitado abandonando el camino del mal. Espero sinceramente que le haya ido bien.

jueves, 25 de agosto de 2011

Warhammer 40K (Shas'la)

Los guerreros de la Casta de Fuego son la tropa básica de infantería Tau. Son gente sencilla que disfrutan de los pequeños placeres de la vida tales como disparar con sus rifles de inducción a todos aquellos que no quieran unirse a la causa del "Bien Supremo". Los Shas'la, como les gusta llamarse para sentirse más importantes, nacen, no se hacen; Están destinados a empuñar las armas al menos durante cuatro años, tras los cuales pueden llegar a convertirse en comandantes, o Shas'ui que tras otros cuatro años pueden optar a vestir una armadura de combate, pero eso ya es otra historia.
En términos de juego, los guerreros del fuego son bastante cutrongos: No tienen una puntería impresionante y cuando llegan al cuerpo a cuerpo actúan igual que un trozo de mantequilla en un reactor nuclear; Lo único que les salva es la tecnología Tau que les proporciona un alcance de disparo excelente y una buena armadura. Además, si en el equipo hay algún comandante, puede proporcionar otras ventajas como la compañía de drones, el vínculo Ta'issera que aumenta considerablemente su moral y otras cosas.
Algunos de mis guerreros acompañados por dones de combate

En cuanto a la pintura, elegí variar los colores establecidos. Conservé el tono marrón oscuro de la ropa (los Tau son una raza de cazadores y quería conservar ese tono), pero decidí cambiar el marrón de camuflaje en el desierto por un tono gris claro. No sé si es una buena elección pero por el momento me gusta. El color característico del ejército lo he conservado en algunas piezas como las armas, el escudo del hombro y el casco, para que no me llamen desarraigado.
Más adelante iré subiendo otras unidades.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sueños (Paternidad parte 8)

Cuando uno es padre, es inevitable el soñar con el futuro de su retoño. Soñar no es ningún delito, aunque escribirlo en un blog si debería serlo; Pero mientras modifican el código penal voy a aprovechar la ocasión.
A mi me gusta mucho la astronomía y estoy decidido a pasar mis someros conocimientos a mi hija con la esperanza de que acabe gustandole todo aquello que hay más allá de nuestro cielo. De momento sabe reconocer y nombrar cosas como "estrella", "luna" o "avión" (esto no es un cuerpo celeste pero no le voy a exigir tanto). Cuando sea más mayor voy a enseñarle las constelaciones más faciles de ver y más adelante ampliaremos conocimientos juntos.
Cuando sea mas mayor decidirá ser astrofísica para ir más allá de lo que su pobre padre podía enseñarle y será ella quien me enseñe a mi, hasta que sus conocimientos queden más allá de mi alcance y comprensión. Será entonces, en algun momento del futuro cuando descubra un cometa desconocido hasta la fecha y le ponga de nombre "Capdemut" en honor a su padre, el hombre que la inició en ese apasionante mundo.
Algunas generaciones más tarde, cuando mi nombre se haya borrado por completo de la faz de la tierra y no quede nada en el mundo que recuerde mi existéncia, alguien descubrirá horrorizado que el cometa Capdemut se acerca a la tierra a toda hostia sin posibilidad de error. Entonces la humanidad del futuro reunirá a los mayores héroes de la tierra y los equipará con la más novedosa tecnología para desviar el rumbo de Capdemut y así salvar la tierra. Pero por muy futurista que parezcan las cosas, la humanidad sigue siendo un nido de chapuceros patéticos, la misión saldrá mal y los héroes morirán sin pena ni gloria y Capdemut se estrellará contra la Tierra, convirtiendo nuestra amada civilización en una barbacoa de basura.
Pero los sueños solo son sueños.

sábado, 20 de agosto de 2011

Yo no he sido siempre así. No he sido desde siempre una piltrafa inútil que solo mueve su culo cuando es estrictamente necesario (incendios, inundaciones...) y que de no ser el diafragma un músculo voluntario se dejaría morir de asfixia. No.
Hace ya mucho tiempo yo fuí un chaval preocupado por su forma física, interesado en el deporte y con ansias de esfuerzo y superación.
Desgraciadamente, el destino te tiene agarrado con fuerza por los genitales desde el dia que naces y el mío no ha dejado de apretar y apretar desde que tengo uso de razón, hasta conseguir convertirme en el ser mediocre que ahora soy. Si alguien quiere conocer el punto de ruptura que llevó al chaval ilusionado a abandonar su estilo de vida, solo tiene que seguir leyendo.
Yo tendría 13 o 14 años en esa época y andaba con un grupo de amigos que eran aficionados a la bicicleta de montaña. La cosa comenzó como hobby y lentamente se fué poniendo mas seria hasta que se tornó competición y poco a poco nos fuimos poniendo serios. Yo, como siempre, era el rezagado; el que va el último y hay que esperar porque da pena; el que le cuelga la lengua más que a nadie en las subidas y aprieta el freno temeroso en los descensos. Pero eramos colegas y cada dia nos superabamos un poco y a mi no me importaba la idea de no poder alcanzarles en la vida. Creo que eso se llama positividad o algo asi. Pero los años pasaron y llegó la temida adolescencia con todo lo que ello conlleva; Nuestros penes comenzaron a controlar a nuestros cerebros cual ultracuerpo y lentamente, el ansia de salir, beber e intentar relacionarse con humanos del sexo opuesto fué haciendo mella en el grupo. Algunos abandonaron a la primera de cambio y otros resistieron un poco más, pero el quedarme solo era inevitable. Afortunadamente, yo era positivo y vi en esa deserción masiva la oportunidad para superarlos a todos. El plan era simple: Mientras ellos comenzaban una vida de diversión y nuevas emociones yo entrenaría solo, aburrido y triste con la única intención de que llegara un día en el que pudiera demostrarles mis progresos y que ellos se sintieran humillados ante la grandiosidad de ese al que llamaban rezagado y arrepentirse del nuevo camino que habían tomado.
El positivismo no está reñido con el ego para nada.
Perfectamente podríamos haber muerto todos de viejos sin que ese dia llegara, pero no fué así. Estando en el instituto alguien organizó una carrera de bicicleta de montaña y esa fué mi oportunidad.
La cosa no podía ir mejor; Allí estabamos todos. Mi antiguo grupo, algunos desconocidos con pinta de no tener demasiado fuelle y hasta el flojeras del instituto: Un tio enclenque y que se cansaba de pestañear pero que casualmente tenía una bicicleta en su casa y nada mejor que hacer. Y allí, sobre la colina, con mi brillante bici cromada y mi media melena al viento estaba yo, mirandolos con aire de superioridad y una sonrisa confiada en mi faz.
Había llegado la hora de la verdad.
No voy a recrearme en detalles ni explicaciones innecesarias. Solo decir que llegué el último a una buena distancia del flojeras oficial (hasta ese dia) del instituto.
Los dias siguientes los pasé meditando hasta que llegué a la conclusión de que el esfuerzo no sirve más que para cansarse, la ilusión para frustrarse y los sueños para despertarse y lamentarse por seguir existiendo en un mundo tan mediocre.

domingo, 14 de agosto de 2011

Warhammer 40K (The principle)


En un alarde de inconsciencia impropio de una persona de mi edad y en mi situación familiar, he decidido zambullirme en el oscuro mundo de los wargames; Y ya que lo hago, lo mejor es entrar por la puerta grande con el Warhammer 40.000.
Lo primero que hace la gente cuando le dices que vas a empezar con ese hobby es echarse las manos a la cabeza y decir con la boca y los ojos muy abiertos "¡Pero tio, eso es caro de cojones!". Y aunque es cierto y un ejército mediano puede salirte por 200€ tranquilamente, debo oponerme a ese tópico. El Warhammer es caro para el que se compra un ejército completo en la tienda y luego juega dos partidas; Pero si uno medita bien qué comprar y cómo (en Ebay e internet en general hay ofertas muy suculentas) puede tener su ejército por menos de la mitad del precio oficial. En mi opinión, es un juego más barato y entretenido que cualquier juego de cartas e incluso algunos de rol. Pero vamos a lo que vamos.
Sobre las reglas del juego no s emucho, ya que por el momento estoy centrado en pintar las miniaturas y tratar de que no parezcan payasos galácticos, pero la cosa no tiene demasiado misterio: Dos ejércitos de gente que no se llevan muy bien entre si se encuentran de cara y se dan de palos hasta que uno de los dos sale vencedor. Para ello se combina la estratégia y la inteligencia con la suerte con los dados de toda la vida.
Entre todos los ejércitos he elegido el Imperio Tau que son una especie de testigos de Jehová espaciales que llaman a tu puerta y te hablan de una cosa llamada "Bien Supremo" mientras te enseñan dibujos de marines espaciales, eldars y necrones riendo mientras comen fruta en una especie de paraíso terrenal. La diferencia es que si les cierras la puerta en los morros, sacan sus rifles de fusión y cañones de iones y reducen tu planeta a cenizas.
Lo dicho, la cosa promete.

jueves, 11 de agosto de 2011

Leyenda de los 5 anillos: Las cartitas


Este es un juego de cartas que me pilló desprevenido, debo reconocerlo, pero me gustó al final. Hace relativamente poco, ya desencantado por la poca aceptación del rol y algo hastiado por no tener nada a cué jugar, me hablaron de este juego y decidí probarlo.
L5rJcc (Leyenda de los cinco anillos, las cartitas coleccionables) es un juego ya veterano, aunqe minoritario, ambientado en el famoso mudo de Rokugán (una especie de Japón alternativo) en el que varios clanes sirven al emperador y luchan contra las bestias de las Tierras Sombrías al mismo tiempo que se dan de palos entre si. Cada clan tiene sus características y lo cierto es que hay para todos los gustos, así que no voy a extenderme en este aspecto. Solo decir que si te mola ir a hostias por la vida tendrás tu clan y si lo que prefieres es la diplomacia habrá otro que encaje perfectamente. Asi pues, a la hora d econstruir un mazo de L5rJcc podemos hacernoslo de "magos", samurais (incluyendo caballería, duelistas, kensai etc...), cortesanos, exploradores, berserkers, monstruos chunguillos, monjes, arqueros y un largo etcétera. Y es que una de las gracias de L5rJcc es el hecho de poder ganar una partida sin necesidad de enseñar las armas. ¿Que te gusta el tonito rojo de la sangre? Pues en busca de una victoria militar. ¿Que prefieres limitarte a defender tu bastión y ganarte el favor del emperador? Pues victoria por honor. ¿Que te divierte dejar al adversario ene videncia y airear todas sus vergüenzas? En este caso puedes ir a deshonrarle. Y en caso de ser tan bueno que te la pelan todos, existe la victoria por iluminación.
La cosa es simple: Tenemos una fortaleza que controla cuatro provincias, así como una puntuación de honor básica que podemos ir incrementando. Si nuestro honor llega a -20 por culpa de las artimañas del rival o nuestras 4 provincias son destruidas, perdemos. Pero si nuestro honor alcanza 40 o conseguimos "petar" las provincias del oponente la victoria será nuestra. Simple, pero no fácil. La gran variedad de mazos y las reglas algo "complicadas" del juego hacen que las partidas suelan alargarse, sobretodo si uno de los dos lleva un mazo de kensai invulnerables pero mancos a la hora de atacar. Pero esto es otrs historia.
En lo positivo: El juego no es muy caro, hay una enorme variedad de mazos y los dibujos son bonitos por lo general.
En lo negativo: Es un juego de cartas coleccionables. Eso significa que en algún punto del mundo hay un tio sentado en una silla que en cuanto le sale de los escrotos decide inventarse una carta buenísima que valdá una pasta. Por supuesto hay que tener tres cartas de esas en el mazo si quieres competir a un nivel medio-alto y cuando quieres darte cuenta, te has gastado más de lo que esperabas y deseabas en unos cartoncitos que como se mojen, pierden todo su valor.

viernes, 5 de agosto de 2011

Los panes y los penes

Hoy me he metido en una de esas páginas de videochats aleatorios, donde te enfocas la webcam al careto y esperas a que aparezca otra persona con la que charlar. Es absurdo, lo sé; Con la cantidad de gente interesante que uno puede encontrarse por la calle y todo eso, pero me ha vencido la curiosidad y el afán de conocer personas de otros países y aprender un poco de su cultura, lengua y forma de vida.
Pero en lugar de eso me he encontrado con una galería interminable de penes ávidos de carne femenina. Como yo de carne femenina estoy mas bien falto, no dejaban de desconectarme a los escasos segundos de conectar y así frenéticamente hasta que he salido de la página.
Asi de pronto me ha venido a la cabeza la depravación que conlleva el anonimato de internet y cómo los hombres se dejan llevar por sus bajos instintos exhibicionistas y otras gilipolleces; Pero entonces he recordado mis dias de juventud en el instituto y me he dado cuenta de que estas cosas han existido siempre. Y ahí va el flashback:
Estaba yo "estudiando" electricidad en el instituto de FP del pueblo; En clase eramos una veintena de tios descerebrados y con un 98% de hormonas en sangre que solo pensabamos en cosas raras relacionadas con el sexo, videojuegos o pelis de ninjas. La clase de prácticas era una gran aula cuyas ventanas traseras daban directamente a las ventanas del instituto de bachillerato en cuyas clases habían unas cosas llamadas chicas a las que nadie conocíamos pero nos atraían como la miel a los osos. Los que estabamos mejor de la cabeza nos limitabamos a mirar tímidamente y saludar de vez en cuando pero algunos otros, bastante más perturbados tomaron por costumbre sacar la polla por la ventana cuando nuestro profesor no miraba y animar a las chicas a enseñar a su vez sus pechos. Ya entonces, al igual que ahora, ninguna enseñó nada.
Y eso me ha llevado a pensar que las cosas, por mucha tecnología o capas de pintura que se les echen encima, no cambian nunca. la condición humana siempre es la misma y al final, se le da el mismo uso a una ventana que a una camara web. Lo único que cambia es la magnitud del acto. En la ventana te vven las personas que caben frente a ella, pero a través de internet, un simple pene puede viajar por todo el mundo. Puede que nunca viajemos a Malasia, a la India o a perú, pero nuestro pene si puede llegar hasta allí aunque solo sea por un segundo. Y no solo eso, no. Un pene navegando por la red mundial se encontrará con otros penes, quien sabe de qué color, tamaño y procedencia y se saludarán en silencio, como solo los penes saben hacer, para después proseguir con su viaje cibernético. Si señores; el futuro no son coches voladores ni visitas extraterrestres; El futuro son penes formados de ceros y unos viajando a la velocidad de la luz.
Como estrellas fugaces.
Lágrimas de los dioses.