jueves, 6 de marzo de 2014

Cosas de los de Geims Worchop

Hace como un año, poco después de aparecer el último codex de los Tau, me hice con una miniatura de comandante para celebrar su salida, y la experiencia no fué demasiado bien. La miniatura resultó ser de resina (mal), no poder montarse en otra pose que la de la caja (muy mal) y llevar muy pocas opciones para configurarla (recontramal); de hecho, podéis leer la entrada completa aquí si queréis más detalles.

Pues bien, ayer mismo me hice con otra de esas novedades que aparecieron junto con el comandante, que son los "Rastreadores" y mi sorpresa ha sido más que grata. En la cajita vienen dos matrices de plástico con los que montar diez rastreadores y tres dones exclusivos (que solo están en esta caja) y que vienen cargados de opciones extra (cabezas, armas, detalles varios) para poder montar una (o dos) unidades a nuestro gusto. Además, el hecho de hacernos con 13 miniaturas por poco más de 20€ es una maravilla viendo cómo está el panorama muñequero actualmente. Y ello me hace pensar en cómo demonios funcionará la compañía de GW por dentro.

¿Por qué sacan en la misma fecha dos cajas tan dispares en precio y calidad? ¿Acaso trabajan en grupos diferentes y aislados que ignoran por completo cómo trabajan sus compañeros? ¿Puede que tengan un "departamento del mal" que disfruta puteando a sus compradores frente a un "departamento del bien" que lucha por ofrecer las mejores miniaturas a buen precio? ¿O será todo una estratégia de márqueting en la que se "hincha" el precio de las minis que se supone se van a vender, independientemente de su calidad, mientras que se mantienen buenos precios para las que dudan que la gente se lleve de las estanterías?
Realmente, si lo analizamos bien, nada de esto tiene sentido, ya que, en el caso  de los tau hay cosas que no cuadran demasiado. Los véspides (unidad ignorada en todas las mesas de juego) están a un precio imposible (36€) y las crisis (indispensables en grupos de tres) han visto su precio ligeramente reducido en esta nueva edición.
"La culpa es de la resina" dicen algunos, como si la resina entrara solita por la puerta y obligara a los trabajadores a punta de pistola a hacer miniaturas con ella.

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