jueves, 26 de marzo de 2015

Pulpos en el espacio (Chicas en el rol parte 3)



Ya he hablado un par de veces de la relación de las chicas con los juegos de rol ( aquí y también aquí), y aunque siempre repito que no se puede generalizar, ya que a veces uno se encuentra con chavalas que a pesar de su juventud e inusitada belleza, son capaces de entender este tipo de juegos mejor que algunos veteranos, lo normal no es eso; lo normal es que las chicas vengan un día, engañadas por algún amigo o novio, y no regresen jamás. ¿Exagerado decís? A lo acaecido este verano me remito.

Era verano, como ya he dicho, y mi amigo CH me comentó eso de que le había estado hablando de los juegos de rol a una amiga y ésta quería venir a jugar.
-¿Seguro? –Le dije.
-Sí, sí, le ha molado mucho la idea. –Me respondió.
-¿Seguro? –Le repliqué hábilmente.
-Sí, sí, es una chica muy friki. –Me volvió a responder.
-¿Seguro? –Volví a decir ingeniosamente.
-Que sí, joder, que quiere venir.

-Vale.

Y así cerramos el trato y, efectivamente, en la siguiente partida, apareció por la puerta la susodicha chica. Y se sentó en la mesa y jugamos y todo parecía que iba bien, pero mi visión mágica de master me advertía de la realidad. La chica estaba nerviosa (vale, estaba sentada junto a cuatro desconocidos jugando a un juego sobre monstruos primigenios), pero había algo más. Era su forma de mirar nerviosa a ambos lados, el ligero temblor de su mano al sostener el lápiz, los respingos que daba cada vez que un dado rodaba cerca de ella… “Ésta no vuelve” pensé para mis adentros (claro). 

Y ahora debo pausar para aclarar algo para aquellos que no hayan estado en mi casa: Quizás si yo viviera sólo, todo estaría más sucio, sería más oscuro y tendría calaveras y monstruitos por todas partes, pero soy un hombre casado y con hijas, por lo que la decoración son muñecas, peluches y bloques de construcción de colores. Resumiendo, que la chica no se vio metida en una cueva de muerte y depravación. Aclarado esto, continúo.

Al final de la partida ella llamó a su novio para que viniese a rescatarla y éste acudió cual Indiana Jones, látigo en mano, la agarró fuerte por la cintura y se la llevó en volandas hasta su coche. Lo último que vimos de ella fueron las marcas de neumáticos en la calle. 

Meses más tarde (la semana pasada), volví a hablar con CH y surgió el tema de esa chica. Fue algo tal que así.
-Pues a mi amiga le gustó mucho la partida. –Me dijo él.
-¿Seguro? –Le pregunté.
-Sí. Pasa que… Igual no viene más.

-Seguro –Respondí con un cambio de tono casi imperceptible para oídos humanos.
-Me dijo que le había gustado MUCHO la partida pero que… No vendrá más.

-Vale.

Y así quedó la cosa y así fue como esa chavala de cuyo nombre no quiero acordarme (bueno, la verdad es que no me acuerdo, creo que era algo con S), va a engrosar mi lista de chicas que vinieron a jugar una vez, y que salieron corriendo despavoridas para no volver a sentarse en una mesa de rol (al menos conmigo) jamás.

3 comentarios:

  1. Chicas y rol? Eso es una leyenda urbana, como la chica de la curva o la anécdota de Ricky Martin y el armario, que por cierto, al final salió del armario. Espero la siguiente entrada desmintiendo esta y que era una historia que te contó una amigo de un amigo.

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    1. Veo que llevas mucho tiempo "out", amigo...
      Hoy en día, si no hay una chica sentada en la mesa, ni es rol ni es nada.
      Lo cual no quita que de vez en cuando, alguna salga huyendo, como es el caso que relato aquí, claro.

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    2. Aún cuando una chica me dice hola, salgo corriendo avergonzado. (las llamo chicas y no mujeres, aunque ya tengo edad para llamarlas señoras) Tendré que seguir con mi mendicidad del rol y ver si pillo alguna partida, aunque haya mujeres.

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