Esta historia comienza cuando un grupo de rol, después de una apasionante partida deciden ir a cenar todos juntos a l hamburguesería de la esquina. Por el camino se encuentran con un conocido, ajeno al mundillo de los juegos que decide acompañarles ya que no tiene plan y no quiere pasar la noche del sábado solo. Una vez sentados en la mesa, los roleros comentan apasionadamente la partida de la tarde; Que si el dragón, que si la espada mágica, que si la hija del posadero menudo culo se gastaba… y el pobre chaval, sin llegar a entender nada, siente curiosidad por todo lo que está oyendo y pregunta de forma inocente: “Y a esto del rol puede jugar quien quiera?”
A la tarde siguiente se encuentra sentado en una mesa llena de libros, folios y dados; No tenía muchas ganas de venir realmente, pero la curiosidad pudo más que la pereza y allí está. El master coloca una hoja llena de números y rayas frente a él y le dice: “Tu vas a ser un enano guerrero que llevas un hacha de batalla y armadura de placas+1. Eres un tanque, pero cuidado porque si te encuentras con orcos entras en furia de batalla y te lanzas al ataque sin pensar en si son demasiados para ti. ¿Entendido?” El jugador casual mira la hoja de arriba abajo sin ver el hacha ni los orcos por ninguna parte y después mira a los ojos del master que brillan con una luz extraña. Siente un poco de miedo.
La partida comienza y todos parecen realmente emocionados y contentos hasta que es su turno de actuar y el master dice eso de: “Estáis en medio del bosque siguiendo la pista de unos lobos muy raros. ¿Qué haces?” El jugador casual pregunta “No se… ¿Qué se puede hacer?” Y todos los de la mesa se levantan y exclaman al unísono: “Lo que quieras. ¡Aquí eres libre de hacer lo que se te ocurra!” Al pobre chaval solo se le ocurre largarse de allí cuanto antes pero sabe que debe mantener el tipo y dice eso de “Me subo a un árbol a ver si veo a los lobos.” Y en ese momento todos se ponen a reír diciendo cosas como: “Tío, eres un enano, no tienes habilidad de trepar apenas y aunque la tuvieras… llevas una coraza completa de placas de acero. ¿Tu sabes lo que molesta eso para moverse?” Pues claro que no lo sabe. De hecho nunca se lo había planteado en toda su vida.
La partida continúa y mientras ruedan los dados sobre la mesa, el jugador casual mira el reloj disimuladamente y parece que los minutos no pasan nunca. “¿Cuánto dura esto?” se pregunta entre bostezos. Y mientras tanto tira dados que todo el mundo interpreta al instante y hace sumas y restas en su hoja de personaje que no van a ninguna parte. Pasa una hora… y otra… y otra mas… “¿Pero cuantas horas más puede alargarse?". Hasta que llega el fin. Todos celebran la victoria de los héroes contra esos lobos que al final resultaron ser licantronosequés y regresan a la posada para descansar hasta la siguiente aventura. Pero esto no ha acabado todavía.
El jugador casual se seca el sudor frío que empapa su frente hasta que oye algo asi como: “Vamos a repartir el tesoro”. Y a eso le sigue media hora de: “Esto me va bien a mi, esto para ti que eres bardo, esto se queda en el fondo común y esto… Enano. ¿Quieres un talismán de supeditación premeditada?” El jugador casual despierta de un largo letargo. “Umh… vale… si…” Comienza a apuntarlo en su ficha cuando alguien le grita: “¡Pero ahí no lo apuntes, que eso son los conjuros! Aunque da igual porque tu no tienes, pero esto va en Equipo Especial, aunque no podrás beneficiarte de sus habilidades hasta que no te lo identifique un mago.”
Cuando el jugador casual da por terminado el reparto se levanta por fin de la mesa, algo mareado y confuso pero todavía en buen estado mental cuando nota que alguien le agarra de la manga. “Espera, que nos van a dar la experiencia”. “La experiencia ya me la habéis dado a mi, cabrones de mierda.” Piensa el desesperado chaval, que se sienta de nuevo para apuntar más números. “Has subido a nivel 4, enhorabuena” le dice el master y le coloca un libraco de 400 paginas en todo el morro. “Tienes que elegir una habilidad especial de entre esta lista.” El master señala un punto entre la página 29 y la 53 y todos se abalanzan sobre él dándole extraños consejos: “Ponte lucha con dos armas, con tu fuerza podrías llevar dos hachas y hacer dos ataques con poco penalizador. No (dice otro), ponte ataque sangriento y haces un solo golpe pero siempre crítico. Si, no, esto, lo otro. ¿Qué prefieres, dos ataques flojos o uno fuerte, eh, eh, eh, eeeehhh?
El jugador casual elige algo y se levanta; Camina lentamente hacia la puerta y nadie se lo impide. Gira el pomo y al abrir, el aire fresco inunda sus pulmones. Afuera hay gente que camina de verdad, que habla de verdad y que vive de verdad. Una luz dorada lo envuelve y el viento lo empuja hacia arriba. El jugador casual surca los cielos a una velocidad jamás experimentada por un ser humano. En el otro extremo del mundo un niño y su padre observan el cielo nocturno.
–“¿Qué es eso, papá?”
-“Una estrella fugaz, hijo mío, una estrella fugaz."
Creo que nunca te he descrito como se siente el jugador casual, pero la verdad es que aquí lo bordas, tal cual yo lo sentí. Se te ha pasado una parte, en la que al final cuando te conviertes en estrella fugaz en tu mente aparece la frase: NUNCA MÁS. Yo no me pude convertir en estrella fugaz porque tenía que esperarte a ti, ya que fuimos juntos y me hacías falta para después...
ResponderEliminarIsabel.
Está claro que las dos formas para crear un jugador de rol son las siguientes (bueno, son las dos que se me ocurren):
Eliminar1. Dejarle a alguien un manual de rol, volver a los 6 meses y ver qué ha pasado. (Puede que se lo haya leído y por increíble que parezca, puede que le haya picado la mosca y quiera jugar).
2. Cuando alguien muestre el más mínimo interés en jugar (o aunque no lo muestre) dejarle muy claro que jamás nunca jamás de los jamases le vamos a hablar sobre de qué va eso a lo que jugamos y mucho muchísimo menos invitarle a jugar.
Estos métodos funcionan y la prueba es que de algún lugar tienen que venir los roleros que existen... :)
Y por eso... a los jugadores que empiezan siempre les recomiendo una partida narrativa (o bien me ocupo yo de sus tiradas/ficha como si de un PNJ más se tratara)
ResponderEliminarDarse con un sistema de lleno el primer día puede ser muy duro ¡Creo que eso fue lo que me hizo odiar D&D! (nunca he conseguido que me apeteciera volver a tocar ese manual)
Yo no entendí por que la tapa del wc se tiene que bajar, hoy en dia aun no lo entiendo, pero por costumbre o por educación o para evitar discusiones al final termino bajandola. Supongo que el jugador expontaneo que viene un dia y no vuelve más carece de eso justamente... digamoslo paciencia o empatia para que parezca menos grosero. Yo por mi parte seguiré bajando la tapa del wc después de mear... aunq sea una tarea inutil.
ResponderEliminarPrueba con otro juego ;)
ResponderEliminarhttp://www.rapidoyfacil.es/wp-content/uploads/group-documents/12/1369216366-rapido_y_facil_3-0.pdf
Gracias a todos por comentar, aunue llegue con un año y medio de retraso. Y a tí, amigo Miguel de la Zarza, decirte que llegar a un blog de primeras y poner un enlace sin decir ni hola, está muy feo.
ResponderEliminarHola pues, que no se diga ;)
ResponderEliminarAaaahora si me gusta más. Pues nada, muchas gracias por pasarte por aquí y molestarte en comentar, amigo Miguel Angel. Le echaré un vistazo a ese sistema que aunque lo conozco de oídas, nunca me he parado a estudiarlo con detenimiento.
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