En la anterior entrada ya hablé un
poquito de libros que en su día trataron y dieron origen al mito del zombi y
que hoy día se han convertido en clásicos inspiradores tanto de películas como
de novelas modernas. Los ejemplos de estas últimas serían demasiados para
enumerar, así que voy a centrarme en el que es el fenómeno del libro-zombi de
hoy en día: “Guerra Mundial Z” Por supuesto hay muchos otros referentes de
literatura zombi, entre ellos el español Manel Loureiro, que comenzó con un
humilde blog y acabó publicando varias novelas sobre el tema y, se dice, con
una película en preparación. Pero ya que tengo que hablar de uno solo, que sea
el último que he leído.
Decidí comprar esta novela un día en el
que entré en el cine dispuesto a ver su adaptación a la gran pantalla y salí de
él habiendo visto “Los Pitufos 2: La venganza” (son cosas de la paternidad. Ya
hablaré de ello en el otro blog). Mi frustración me llevó a hacerme con el
libro, a pesar de la etiqueta bien gorda en la potada diciendo eso de “Best
Seller” y ahora voy a abrir un paréntesis (.
La definición de best seller nos viene a
decir que es un libro que se ha vendido mucho; pero mucho mucho, cosa que suele
ser un reclamo para el que no sabe qué ni cómo ni por qué leer un libro. Si se
vende mucho será que es bueno, pensarán. Pero yo tomo como ejemplo de ello la
música y de cómo gentes como David Bisbal o Enrique Iglesias revientan las
listas de ventas frente a bandas de calidad como los Delta Saints o autores de
la talla de Daniel Higiénico. Y entonces me pregunto qué significará eso del
“Best Seller” ¿Será indicativo de calidad o simplemente la prueba de que estoy
ante un producto puramente comercial, creado para las grandes masas y sin
demasiado interés para un lector como yo, experto, selecto y con el mismo pelo
que Barry Gibb? La única manera de comprobarlo, era comprándolo y alimentando
así a la gran bestia devoradora de dinero, lo cual iba en contra de mis
principios, pero por otro lado, teníamos un cheque descuento del Calefrús y
había que gastarlo. Agarré el libro con ambas manos y me arrodillé en el suelo
mientras lanzaba un grito desgarrado fruto de mi poca capacidad de decisión, lo
que llamó la atención de los guardias de seguridad del supermercado, que
desenfundaron sus pistolas y porras y corrieron hacia mí. Me monté en una
bicicleta de niña que tenían en exposición y pedaleé como un poseso hacia la
zona de las cajas. Algunos clientes todavía a día de hoy hablan de “el destello
rosa” cuando recuerdan el momento en el que huía esquivando balas y botes de
detergente abandonados. Pero bueno, resumiendo, que me compré el libro. Y
cierro paréntesis).
La cosa es que el libro no está nada mal.
Cuenta la crónica de una epidemia zombi ya controlada que ha dejado a la
humanidad bajo mínimos, con los testimonios tanto de aquellos supervivientes
que jugaron un papel importante en la llamada “Guerra Z” como de aquellos que
simplemente sobrevivieron a duras penas. El autor, Max Brooks (hijo de Mel
Brooks, si, el de los Simsons) relata esas experiencias a modo de entrevistas,
lo que hace que el libro se convierta en una recopilación de relatos cortos de
zombis por los que desfilan desde los más aguerridos militares disparando a dos
manos contra hordas enteras hasta amas de casa arrancando la cabeza a un zombi
que estaba llevándose a su hijita. También está repleto de tópicos de esos de "Americanos buenos y valientes, rusos malos e ignorantes". Tenemos también las reacciones de distintos
gobiernos desde que la cosa no parece más que una enfermedad de esas africanas
hasta que la cosa se vuelve apocalíptica; empresas farmacéuticas sacando tajada
del asunto; mercenarios a sueldo, famosillos varios, tácticas militares
antizombi y un larguísimo etc, que hacen del libro una lectura fácil y rápida,
lo que me hace pensar de nuevo en una de las posibles premisas del “best
seller”, que es la lectura asequible para todos los públicos. El libro es un
buen ladrillo, aunque si eliminamos los márgenes, reducimos la letra e
ignoramos los numerosos espacios en blanco entre entrevista y entrevista, queda
en mucho menos, lo que sumado al apellido famoso del autor, hacen que el libro
se venda; no hay nada más gratificante para el lector ocasional que vacilar de
haberse leído “Un libraco de trescientas páginas escrito por ese, si ese de los
simsons, pero el hijo”. Eso sin contar que el libro tiene adaptación al cine y
permite a ese lector vivir uno de los momentos más gratificantes que un ser
humano puede experimentar como es el de salir del cine y decirle a su
acompañante (pero en voz alta, claro, que lo oiga todo el mundo) eso de “estaba
mucho mejor el libro”.
Muy buenas,
ResponderEliminar¿O sea que la película basada en este libro es sobre zombies? ¿Brad Pitt rodeado de zombies, con una motosierra en la mano? Algo me falla.
Yo había pensado que lo de la "Z" de "Guerra Mundial Z" era alguna modernez, o alguna japonesada como "Bola de Dragón Z"... nunca se me hubiera ocurrido pensar que tenía que ver con zombies.
A mi también me ha pasado lo de gritar debido a mi insufrible capacidad de decisión (por baja), así que me he sentido muy identificado con esa sección de tu entrada.
Lo de los best sellers, desde que me contaron que algunas editoriales desalmadas se compran a sí mismas grandes cantidades del libro en cuestión para poder decir en la siguiente edición (que ya tenían preparada) "100.000 ejemplares vendidos de la edición anterior", el mundo es otro. Pero lo que está claro es que un best seller debe tener lectura asequible, ligera, y alguna dosis de morbosidad por sexo o muerte (eros o tanatos como decía Freud) para seducir al humano medio.
¡Un saludo!
Pues si, la película está basada en este libro y, aunque pensaba ir a verla para comentarla aquí, creo que se me va a echar el tiempo encima y no voy a poder hacerlo.
EliminarPero por lo que me han comentado, no tiene que ver demasiado (o nada) con el libro. Por lo visto son zombis que corren (Hollywood, ya lo expliqué por algún sitio) y es una película sin sangre o tripas, sin gore, vamos.
Y totalmente de acuerdo contigo con lo de los best sellers. Ahora solo nos quedaría descubrir que el prestigioso premio planeta también esté amañado. Ay ay ay...