Estaba
yo el otro día tan tranquilo en mi casa cuando sonó el teléfono y pude oír la
voz entrecortada de mi librero friki diciendo algo así como “Tienes
que…(interferencias)…venir… tienda…(más interferencias)… zombis…(fin de la
comunicación). Me asusté, pero al mismo tiempo pensé que por fin había llegado
mi momento; había comenzado la invasión zombi en el pueblo de al lado además, y
por fin podría lucirme aplicando todo lo aprendido en cienes de miles de pelis.
Así que agarré mi hacha, la metí en el maletero y conduje a toda prisa hacia la
librería.
Pero
no, lo que mi librero quiso decirme a pesar de la mala cobertura, era que había
llegado un librojuego de zombis. No era tan emocionante, pero sin duda menos
peligroso. Y ese libro era: La sangre de los zombis, de Ian Livingstone. Y
vamos a hablar de él.
Como ya
sabréis casi todos, Ian Livingstone fue, junto a Steve Jackson, el creador de
la mítica saga de librojuegos de Lucha Ficción hace ya un porrón de años.
Ahora, el bueno de Ian decidió aprovechar el título de la saga y la popularidad
de los zombis para sacarse unas perrillas con este libro. Hasta aquí todo bien
y normal, pero… ¿Qué nos ofrece La sangre de los zombis que no nos hayan
ofrecido ya antes? Poca cosa, la verdad. El libro está ambientado en la
actualidad, en un antiguo castillo en el que un científico loco se ha decidido
a zombificar al mundo entero. Nosotros seremos un héroe… o mejor dicho una
víctima del tipo ese y deberemos movernos desde la celda donde nos tienen
recluidos hasta los aposentos del mismo para acabar con él, valiéndonos de la
multitud de armas y objetos que hay repartidos por el castillo. El argumento no
es lo más original del mundo, vale, pero lo importante es que sea entretenido.
Pero casi que no.
Siguiendo
el estilo de los viejos de Lucha ficción, nos encontraremos con múltiples
situaciones que requerirán “Haber pasado antes por…” o “Llevar el objeto adecuado
para…” Haciendo que muramos continuamente para volver a empezar una y otra vez
acordándonos de qué debemos hacer en cada momento. Eso hace que una aventura en
apariencia extensa y abierta se convierta al final en algo bastante lineal y
repetitivo. Por ejemplo (y spoileando un poco el libro), no se os ocurra bajar
a las alcantarillas si antes no has encontrado la pistola, ni subir al primer
piso sin llevar la escopeta. Pero no todo está perdido; las ilustraciones son
muy buenas, el equipo variado, el sistema de combate muy sencillo y rápido y de
vez en cuando nos encontramos con alguna situación que nos arranca una sonrisa
(como cuando entramos en la sala de juegos) y hace más llevadera la lectura.
En
conclusión, un libro juego moderno pero chapado a la antigua; con mucha acción,
buen aspecto y lo más importante: No hay que viajar a los más oscuros rincones
de ebay para conseguirlo. Compradlo, jugadlo y me contáis.
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