Tras esta portada tan feota se halla la quinta aventura del dúo sacapuntas de Warhammer: Gotrek el eneno matador y Felix el poeta, que esta vez se hallan en el interior de la ciudad de Praag junto a sus compañeros Max el hechicero, la novieta de Felix y varios matadores más.
Debo admitir que viendo el bajón de los dos anteriores no tenía demasiada fe en esta saga, pero este volumen me ha devuelto a los tiempos del genial Mataskavens.
La acción, en esata ocasión, se desarrolla entermanente en el interior de los muros de la ciudad de Praag, asediada por un ejército literalmente interminable de bestias del caos dispuesto a arrasarles para después conquistar todo el Viejo Mundo (creo que se llama así, si no, que me corrijan). Pero esta vez, lejos de ser una sucesión de batallas, la historia toma un giro en torno a los adoradores del caos que hay entre la población de la ciudad que harán lo posible por facilitar la labor de sus compañeros en el exterior y eso incluye, como no, borrar a los dos héroes del mapa, los cuales a su vez deberán descubrir la identidad del traidor.
Esta vez el autor ha decidido devolver algo de protagonismo a Gotrek, que llega a pronunciar frases completas, deja un poco de lado la (cansina) relación entre Felix y Ulrika y desarrolla la personalidad de Max, el hechicero, incluyendo una visión de la magia muy interesante y "gloranthana" si se me permite la expresión.
Un libro recomendable, en definitiva, y que te deja con ganas de seguir leyendo las aventuras de esos dos personajillos.
NOTA: A pesar de lo dicho en esta última frase, debo admitir que he comenzado a leer la saga de Tanquol y Destripahuesos, por lo que dejaré a Felix y Gotrek abandonados temporalmente.
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