Ambientaciones runequestianas

Parece ser que el crowdfunding va viento en popa y además de tooodos los pdf que podremos imprimirnos en nuestra casa nosotros mismos y encuadernarlos en nuestra copistería favorita, se ha desbloqueado la pantalla del director (en cartulina de momento) y desde RunaDigital ya han anunciado nuevos extras adicionales como… ¡Dibujos! Pero no nos hagamos mala sangre que no es de esto de lo que quiero hablar hoy sino de una cosa más seria aún si cabe la posibilidad: La ambientación de este nuevo juego.

Llamadme puritano si queréis, no me enfado, pero es que para mí el RuneQuest siempre ha sido Glorantha. Comenzó así en su primera edición, como una ambientación nueva con unas reglas propias y así siguió en la segunda  hasta que en la tercera (la que llegó a España) se le quiso desvincular un poco de su mundo tradicional para “abrir horizontes” y así sacar más rendimiento al reglamento. Y eso no es malo. El entonces llamado BRP se convirtió en un sistema de reglas simulacionistas que se expandió como orín en piscina infantil, a juegos tan célebres como el Stormbringer, La Llamada de Cthulhu o nuestro cercano Aquelarre por nombrar solo tres y porque ahora ya no me acuerdo de más. 

Y fue en ese momento cuando se acuñó la expresión de “Glorantha intimida”. A pesar de que Joc Internacional apostó por el mundo original de RuneQuest, fueron muchos los que se vieron abrumados por la extensión de ese mundo y se limitaron a jugar otras ambientaciones alternativas; entre ellos, lo confieso, estaba yo. Cuando me hice con el libro básico del Rune tenía la intención de utilizarlo para diseñar mi propio mundo de fantasía (que al final fue un cagarro) y a pesar de que siempre quise evitar Glorantha (me daba la sensación de que iba a ser como estudiar una carrera), había una cosa en ese libro que no me dejaba dormir: Los patos. Sí. Fueron los patos los que me acercaron a Glorantha; me animaron a comprar Apple Lane y a partir de ahí me pude sumergir en ese mundo intimidante. Pero claro, ahora resulta que el nuevo RuneQuest por no tener no tendrá ni referencia alguna a los patos. ¡Que hijos de pata! (perdón)

Pero es comprensible. Todo el mundo sabe que Glorantha intimida y nadie quiere sacar al mercado un producto intimidante. Es como cuando entra una rubia despampanante en unas jornadas de rol y al sentarse en una mesa todos los frikis comienzan a tartamudear, caerse de espaldas y reptar por toda la sala en busca de cobijo.  Lo que no entiendo es la presentación que ha hecho RunaDigital de este RQ6. Desde su blog se han centrado en dar ideas sobre cómo ambientar el juego, utilizando las más diversas  opciones, desde  El Señor de los Anillos hasta Mutantes en la Alfombra, pasando por Juego de Tronos o La Puerta de Ishtar… Pero no Glorantha. ¿Por qué? Porque Glorantha… intimida. Y yo me pregunto… ¿Por qué alguien querría comprar el nuevo Rune para luego  jugar a La Puerta de Ishtar  cuando este ya posee su propio sistema? ¿No es mejor comprar La Puerta de Ishtar si lo que quieres es jugar al susodicho? Ya me daba rabia en su día el ver suplementos puramente Gloranthanos como son “La Montaña de los Grifos” o “Pavis y la Gran Ruina” convertidos en “Isla de los grifos” y “Eldarad” respectivamente. Coño, es que una cosa es sentirse intimidado y la otra escagarritarse vivo al oír nombrar el mundo de Greg Stafford.

Así que miedo me da. Miedo me que al final se acabe esquivando Glorantha y nos empiecen a  sacar suplementos  de esos del “Portal de los mundos” retocados cual estrella de jolibud para poder jugarlos tanto en la Grecia antigua como en el salvaje oeste, pero sin verle el pelo a Arkat, la Luna Roja o a nuestros buenos amigos Humakt y Urox.