Mi cruzada personal por descubrir los entresijos del "Eldritch Horror" sigue adelante. Y este finde he podido jugar un par de turnos más aprovechando una alineación estelar extraña en la que las dos niñas se han dormido a la vez y mi mujer estaba ocupada en cosas que no me incluían a mi. Así que ahí va la continuación de la crónica.
Turno2:
Tal
como tenía previsto, nuestro héroe Silas (futuro salvador del mundo) se mueve
de Sidney hasta Tokio de una sola tacada utilizando su habilidad especial de
marinero, y una vez allí se va de compras para hacerse con una buena escopeta.
Porque queridos amigos, como ya todos sabemos, los males venidos de los más
lejanos rincones del espacio y del tiempo, no dan tanto miedo si tenemos en las
manos una carabina del calibre 22.
Paseándose
por las calles de la capital nipona se topa con un señor extraño vestido con
ropas de monje muy estropeadas, pero ni caso
(se trataba de una prueba que requería poseer al menos un pista), y prepara sus
cosas para navegar hacia el pacífico en busca de pistas sobre la actividad de
los profundos.
Pero
como el mal nunca descansa, simultáneamente a esto y mientras Silas viaja, los
astros avanzan imparables, generando terribles desajustes en el tejido de la
realidad. El portal abierto en Buenos aires escupe a un engendro cabrío y un
nuevo portal se abre en Arkham. Al mismo tiempo, los hombres serpiente del
amazonas parecen despertar se su antiguo letargo. La cosa se pone fea en el
continente americano.
Turno3
Silas
iza amarras (o como se diga) y navega hasta una pequeña isla del pacífico donde
un ejército de profundos se sumerge hacia las profundidades (claro, por eso se
llaman profundos). Silas aprovecha que han dejado la isla desatendida y
encuentra una “Estatua grotesca” dedicada a Cthulhu. Tal estatua, además de ser
el objetivo de su búsqueda (una pista), proporciona cinco pistas extra a quien
la encuentra, por lo que se planta con seis pistas de golpe, más que
suficientes para zurrar a los profundos de Sidney y resolver el primer
misterio.
Pero
oh… ¿He dicho ya que el mal nunca descansa? Pues cierto es, ya que en el ártico
un grupo de adoradores de Atlach-Nacha (la reina de las arañas de Leng) logran
invocar a la Gran Tejedora y ésta comienza a sembrar el terror en el mundo. Y esto
cambia las prioridades de Silas, ya que de no ser derrotada pronto, quizás
Cthulhu ya no tenga nada que devorar cuando llegue a despertar. Así que nuestro
héroe no tiene otra que cargarse su carabina al hombro y disponerse a atravesar
toda Norteamérica para enfrentarse a la despiadada deidad arácnida.
Más, y seguramente mejor (estos trurnos ha sido flojitos) en el siguiente fascículo.