sábado, 1 de octubre de 2016

Principe Valiente (Reglamentos alternativos para Glorantha pt.3)





Para esta tercera entrega de “OtrasreglasparaGlorantha” (creo que no se llama así, pero ahora de memoria no me acuerdo) estuve dándole vueltas a utilizar algún sistema narrativo; pero narrativo de verdad, no a uno de esos de vampirajos y perros grandes; pero me encontré con el problema de que nunca he sido capaz de dirigir uno (por una maligna combinación de falta de ganas y de oportunidades), con lo cual me encontraba ante una dificultad importante.

El primero que me vino a la mente fue el Fate Acelerado, ya que lo tengo por casa y me lo he leído casi todo, además de contar con el testimonio de Roberto Alhambra, quien lo ha utilizado con éxito para jugar en Glorantha en más de una ocasión. Pero claro, el señor Alhambra no es un señor normal y que él lo haya conseguido no significa que los masters mundanos vayamos a conseguirlo. Así que busqué en mi biblioteca alternativa (la de pdfs y fotocopias) para encontrar algo que se adaptara, hasta que ya preso de la desesperación y el desasosiego me acordé de un juego que mi amigo Cabezadeplomo me regaló: El Principe Valiente de Joc. No solo podía valer, sino que además es de Gregg Stafford, creador de Glorantha, con lo que no lo pensé más y me puse manos a la obra. Y he aquí el resultado.

Los personajes:
Este juego está preparado para ser jugado por caballeros y héroes galanes, pero su simplicidad hace que pueda interpretarse a cualquier clase de personaje. Básicamente hay que elegir un nombre, profesión, hacer una breve descripción y por último repartir puntos entre Músculo y Presencia. Lo siguiente son las habilidades y otros detalles.
Como podéis ver, en este juego la sencillez juega a nuestro favor a la hora de crearnos el aventurero que nos plazca, de la cultura y raza que sea.

La magia:
Aquí nos encontramos con un pequeño contratiempo y es que en este juego no hay magia. Ni listas de conjuros ni reglas para lanzarlos ni clases específicas para ello. Pero una vez más podemos aprovechar lo flexible del sistema para crear para cada personaje su propia magia. Es tan sencillo como definir un culto/ escuela de hechicería/ etcétera, y utilizarlo como si fueran habilidades.
Una vez más, la simplicidad abre un abanico infinito de posibilidades.



Los Monstruos:
El libro no nos ofrece un bestiario propiamente dicho, pero en la parte final hay una serie de desafíos que nos ponen buenos ejemplos de cómo deberían ser las amenazas no humanas en el juego en encuentros como “El troll” o “El dragón”.
Y sí. Otra vez. Es esa ausencia de plantillas definidas de monstruos la que nos da rienda suelta a crear de un modo rápido y fácil cualquier amenaza que podamos encontrar en nuestra querida Glorantha.

La conclusión:
Puede parecer una trabajina pero lo cierto es que cuando dominamos este sistema, resulta muy sencillo adaptarlo al entorno que deseemos. De hecho, me imagino jugando al Príncipe Valiente a lo hípster del rol, es decir sin tener el libro delante, sin fichas y hasta sin master si me apuráis. Eso sí, con un puñado de monedas sobre la mesa, pesetas a poder ser.

Y al final nos enseñan a hacer pulpo a la gallega.


5 comentarios:

  1. A ver si en la próxima Quedada Gloranthana te atreves a dirigir una partida en Glorantha con las reglas de Príncipe Valiente. Creo que podría molar mucho.

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  2. Por supuesto, me ha encantado... y sí, yo he hecho ambas cosas: jugar a lo "hipster" sin las reglas delante, y usar las reglas para jugar en Glorantha / D&D / genérico de fantasía...

    Pero no es extraño, porque es el mejor juego de rol del mundo.

    Un saludo
    Cabeza de Plomo

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  3. moneditas, moneditas... que la falta de dados no te impida jugar al rol, puedes jugar con cualquier cosa que tenga dos opciones con las mismas posibilidades. Y es que a veces es necesario un poco de sencillez.
    ¡¡¡PRÍNCIPE VALIENTE POWER!!!
    Por cierto, un muy buen regalo.

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  4. ¡Ostras el Príncipe Valiente! :D Hacía lustros que no escuchaba hablar de este juego. Esto me recuerda a una partida que hice de la Niebla (la de Stephen King) en mitad de la noche en un camping de alta montaña ¡lanzando monedas en lugar de dados! Fue épica.

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