martes, 12 de octubre de 2021

Warhammer: Apocalipsis

Muchos ya sabréis si sois lectores de este u otros blogs relacionados con el mundo de los wargames y el Warhammer en particular, que existen varias opciones “menores” de darse de tortas en el mundo del cuarenta milenio. Al tradicional Warhammer 40K le fueron surgiendo “sobrinitos” como el Necromunda o el Kill Team, así como juegos de tablero (véase el clásico Cruzada Estelar y no tan clásicos Blackstone Fortress o Speed Freaks), pero lo que no todo el mundo sabe es que existe desde hace unos años (y recientemente actualizado) un hermano mayor del 40K que deja al juego de batallas futuristas de toda la vida a la altura de una pelea de patio de parvulario y ese es el…

 ¿A que suena bien? Y es que en el título del juego ya nos dejan caer que eso no es ninguna broma, que allí todo va a explotar por todos lados y que si la guerra es un infierno, esta vez lo va a ser de verdad. Porque para jugar al Apocalipsis no vale seleccionar nuestras mejores tropas y preparar con ellas una estrategia bien cuidada aprovechando todas sus ventajas tácticas, no, que va, en Apocalipsis hay que ir a tope, meter todos los muñecos que tengamos guardados en cajas y liarnos a leches como si no hubiera un mañana. Pero por si esta descripción se os antoja ambigua, voy a dar algunos (no muchos) detalles más.

Lo primero a destacar del juego es que no necesitaremos más que la caja básica para jugar, que contiene el libro de reglas, tokens y cartas de estrategias. Los “codex”, es decir fichas de las unidades de cada ejército son de descarga gratuita en la página oficial de Games Workshop. Lo segundo es que confeccionar las listas resulta algo más sencillo ya que los ejércitos se dividen en destacamentos, subdivididos a su vez en las unidades que los componen pero dejando de lado las miniaturas individuales que las forman, de modo que no tendremos que preocuparnos de si esta lleva una granada, la otra es un sargento de escuadra u otros detalles, ya que cada unidad mueve, dispara y muere al unísono; y esto último es muy importante tal como veremos después.

Al empezar la partida se monta un mazo de estrategias de 30 cartas y se roban cada turno un número equivalente a nuestros líderes de destacamento +1, siendo éstas cartas nuestras “habilidades especiales” de ejército. Después se despliegan los monigotes en el campo de batalla y ya podemos empezar con la ensalada de ostias. Pero aunque el turno se subdivide en el manido “mover-disparar-cuerpo a cuerpo”, en Apocalipsis todas las acciones son simultáneas, por lo que el jugador que pierda la iniciativa no va a quedarse viendo como su rival va a quitar de en medio sus mejores unidades mientras él se come las uñas hasta los nudillos, porque las acciones se alternan entre ambos contendientes y las heridas causadas se marcan con tokens sin llegar a resolverse.

Otra de las grandes diferencias con el W40K de toda la vida es que cada unidad dispara una vez (o dos si es grande) para simplificar las tiradas. De este modo, cinco guerreros de la casta del fuego con armas de fuego rápido lanzarán un dado para disparar (dos a corta distancia) o dos si la unidad está formada por diez miniaturas (en ese caso dispararía cuatro a corta distancia), lejos de los veinte dados que podrían llegar a tirar en el W40K. Eso hace que ahorremos muchísimas tiradas de impactar, herir, armadura, etc... con lo que los turnos se simplifican y podemos ir rápidamente y sin ninguna baja todavía evidente a la temida fase de daño.

La fase de daños es cuando termina el terrible tiroteo/asalto y todas las unidades que han recibido marcadores de explosión (ataques exitosos) ven qué les pasa. Para ello se realizan tiradas de salvación y quienes no las superen verán esos marcadores convertidos en heridas. Y cuidado porque aquí no se retiran miniaturas de una en una sino que cuando se llega a igualar el número de heridas de la unidad, ésta es completamente destruida. Y no es ninguna tontería porque ahora una unidad de infantería de 20 bichos puede tener solamente dos heridas, con lo que las bajas serán seguramente considerables. Por no hablar de que cualquier unidad herida deberá hacer una tirada de moral para no escagarritarse en vida y perder otra herida, algo que puede llevarla a desaparecer de la mesa.

Resumiendo todo esto: Warhammer Apocalipsis es una forma genial de llevar a la mesa aquellos ejércitos que los warhammeros terminamos acumulando sin querer y que no jugamos por falta de tiempo, pero que ahora pueden batirse en duelo de forma rápida y sanguinolienta sin tener que acampar junto a la mesa de juego para poder terminar la partida. Un juego donde además, los ejércitos están más equilibrados que en el juego madre y uno no termina convertido en un neurótico buscando mensajes ocultos en las reglas que favorezcan a su bando. Y vosotros… ¿A qué esperáis para gastaros el sueldo de dos meses de trabajo en muñecos y probarlo?

PD: Aquí os dejo un par de fotos de la partida del viernes pasado.

 



2 comentarios:

  1. Uy, un dreadnought gigante. ¿Te lo cargaste?

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    1. Es un titán y no, no pude cargármelo. de hecho ni lo intenté. Fui a capturar objetivos y matar morralla para hacer puntos y ganar a pesar de su fuego inclemente.

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