Estas vacaciones, por una de esas coincidencias que tiene la
vida, he tenido la oportunidad de coincidir (físicamente) con Cabezadeplomo,
compañero bloguero, y compartir algo de tiempo charlando.
Y lo cierto es que resulta curioso, además del hecho de
estar con alguien a quien acabas de conocer, el no tratar los temas de
conversación habituales (que si el tiempo, que si la crisis, que si lo mal que
está el trabajo…) y poder dedicarse a los juegos, las experiencias y las ideas
que nos llevan a escribir lo que escribimos y a dedicar el tiempo que dedicamos
a esto de los juegos y hobbies en general.
Hablamos del presente, del futuro y sobretodo del pasado,
recordando aquellos tiempos en los que, cada uno por su lado, vivíamos las
mismas aventuras y recorríamos las mismas mazmorras, espada en mano en busca de
tesoros. Tiempos que ya pasaron y en los que solo podemos pensar en repetir,
como él bien me dijo “a lo mejor en el hogar del jubilado”. Y es que como
adultos no podemos disponer del mismo tiempo que cuando teníamos 15 años, ni de
amigos que también dispongan de él, por lo que las aventuras, campañas y demás,
quedan relegadas a webs, foros y skypes, donde nunca llegarán a ser lo que
fueron.
Hablamos también, del porqué el rol, y en concreto el
Runequest, nos ha calado tan hondo que ha sobrevivido a todas las demás
aficiones, como un trauma que no queremos superar, y cómo algunos mundos de
fantasía, y en concreto Glorantha, te dejan con la sensación de que realmente
has puesto el pié en un lugar creíble y lógico a pesar de que ello desafiaría
todas las leyes físicas de nuestro mundo.
Y hablamos, como no, de puntos comunes, chupetes, pañales,
llantos nocturnos, mujeres con contracciones y otras cosas de la vida mundana
que claro, no hay que dejar de lado por la cuenta que nos trae.
Pero la mejor conclusión a todo esto ha sido el hecho de no
llegar a conclusiones, pues ello deja la puerta abierta a futuros encuentros y
conversaciones en las que, con un poco de suerte, nos sabrán a poco y nos dejarán con ganas de repetir.
Muy buenas! He estado recuperando el tiempo perdido leyendo tus últimas entradas, cuando de repente he visto esta... así que aunque tenía comentarios que me han ido surgiendo tras leer las otras, empiezo comentando por aquí.
ResponderEliminarLa verdad es que ha sido un auténtico placer poder compartir unas horas con vosotros y una experiencia curiosa el quedar con alguien al que has conocido por el rol y a través de internet. Como bien dices, es verdad que estuvimos hablando de temas agradables (incluso las contracciones si han tenido final feliz) casi desde el primer momento. Yo en mi caso me sentía con muchas ganas de hablar de muchas cosas pero al mismo tiempo sin estar seguro de saber de cuánto tiempo podríamos disponer, por lo que pudiste experimentar mi verborrea (que se acrecienta cuando duermo poco).
Sobre el porqué de Glorantha, tienes mucha razón sobre lo atractivo que resulta este mundo debido a su coherencia interna y su profundidad, y en ese sentido recuerdo un detalle muy acertado que mencionaste y sobre el que yo no había pensado, y era que en muchos escenarios y módulos de RQ los autores se toman un tiempo en describirte las motivaciones y organización de "los malos", como en "El Abismo de la Garganta de la Serpiente" que a pesar de haber sido criticado como muy "dungeonero" por algunos, los bichos no son meros monstruos errantes sino que están organizados y tienen motivaciones e intereses.
Cuando se juntan dos personas que sienten esto que podríamos llamar pasión (por qué no) por estos juegos, es inevitable que surja la sensación de familiaridad que experimentamos y, por otro lado, que queden miles de detalles por contar para futuros encuentros.
Quién le iba a decir al Sr. Stafford que más de 25-30 años después de su creación, dos personas de distintos lugares de un país remoto se iban a encontrar para pasar buenos ratos rememorando como bien dices aventuras y emociones.
Me supo a poco, efectivamente, y de nuevo, digo que fue un placer conoceros y sois encantadores. Y espero que el año que viene (o antes si es posible) podamos repetir, como alineación planetaria que se repite anualmente, estos encuentros en los que la nostalgia inesperadamente toma un tinte alegre.
Cabeza de Plomo
Cuando quieras nos vemos otra vez, que mi niña echa de menos a la "primita pequeñita".
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