Me
encontré hace poco con un viejo conocido al que hacía mas de un año que no
veía; Él fue quien me guio al comenzar en el hobby de las miniaturas y quién me
explicó las nociones básicas de pintura. Como no, la casual conversación llegó
a las miniaturas y me dijo algo así como: “Bueno, seguro que habrás mejorado
mucho la técnica de pintura con tanto ejército” y yo le respondí algo parecido
a “No te creas, creo que cada vez pinto peor”, y él se rio ante tal chiste, yo
me reí con él y hasta más ver. Lo malo es que no hablaba en broma.
Cuando
llegué a casa saqué esa primera escuadra de guerreros del fuego y comprobé
como, a pesar de que mostraban un pintado realmente mediocre, no estaban nada
mal comparados con mis recién pintados skaven. “¿Seré inútil?” me dije algo
decepcionado justo antes de analizar el porqué de tal falta de talento. Y la
respuesta no tardó.
Comencé
a pintar un ejército que realmente me gustaba (y me sigue gustando) mucho; Los
Tau molan porque son pequeñajos pero van equipados de una forma espectacular,
con armaduras futuristas y unas armas más grandes que ellos. Además, elegí un
esquema de color único (que no bonito, lo reconozco) y ello me motivaba. El
problema era que adquiría miniaturas a más velocidad de la que podía pintarlas
y ello hizo que las prisas descuidaran el detalle. “No hay problema”, pensé, “Lo
importante es jugar con un ejército pintado, más allá del detalle y la calidad
del trabajo”. Y con esa teoría comencé un segundo ejército, el de Condes
Vampiro, con la convicción de no comprar ni una miniatura hasta que la anterior
no estuviera terminada y ello me llevó a pintar deprisa para poder estrenarlo
lo antes posible. Y ahora con el de skaven… solo necesito decir que en dos
meses he pintado seis guerreros del clan de ochenta que tego; Y eso sin contar
el cañón, las veinte del clan Eshin, los grupos de apoyo o los personajes.
Total,
que la mesa de pintar se va llenando de cosas a medias, mi tiempo de pintura
escasea y hoy mismo he puesto a punto la bici (que estaba agarrotada por todas
partes) con la intención de darle uso ahora que se acerca el buen tiempo, lo
que significa que sumado a los foros, los blogs y un par de proyectos (todavía secretos) en los que estoy
trabajando, la cosa no tiene pinta de ir a desatascarse en breve.
Solo me quedan cinco Caballeros Negros para completar a los Condes, debo terminar los Tau para recibir como se merece a la nueva edición y tengo diez guerreros Skaven a medias y pendientes de terminar desde hace semanas.
Rrrraghhhhh!!
Y así
estoy yo, como para pensar en dar luces, sombras o destellos a los muñecos. El
único miedo que tengo es que un día de estos me agobie, los meta todos en una
caja y así se queden para los restos, gritando en mis sueños aquello de “¡Tú
nos abandonaste, por tu culpa seremos grises por toda la eternidad!”
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