martes, 6 de enero de 2015

Arcanum: Un pequeño reto personal



Creo que ya he mencionado en alguna ocasión el fantabuloso videojuego de la desaparecida compañía Troika Games. Es un título humilde en lo que respecta al apartado gráfico y técnico en general, pero que posee una profundidad que jamás alcanzaron otros títulos roleros como los Baldur’s Gate, Neverwinter Nights o la saga de los Elder Scrolls. Y no exagero; el mundo de Arcanum tiene tantas posibilidades como podamos imaginar, quizás algunas más, y es en este aspecto, en el que destaca, donde tiene su peor enemigo. Es un juego que desde el principio nos abruma con la creación del personaje que, lejos de los típicos arquetipos, nos da total libertad para jugar con el personaje que queramos ¿Y cuál queremos? Pues depende de tantas cosas que podemos enloquecer. Dependiendo de la raza, sexo, habilidades, predilección por la magia o tecnología y atributos, la experiencia de juego varía tanto, que a los cuatro pasos estaremos deseando volver a empezar con otro personaje para poder hacer esa misión que se nos resistía, sin ser del todo consciente de que al hacerlo, abrimos y cerramos todo un abanico de posibilidades. Total, que acabamos jugando con el elfo mago que tira bolas de fuego y rayos o con el enano-tanque que fabrica y repara su propio equipo, sin darnos cuenta de que éste es un juego que puede jugarse con cualquier tipo de personaje. ¿Cualquiera? Eso hay que comprobarlo, y para eso estoy yo.

Lo que voy a hacer va a ser poner a prueba el juego creando una serie de personajes cada cual menos optimizado, para comprobar si la cosa es jugable o los programadores solo se marcaron un farol al darnos la opción de crearlos. Por supuesto, no voy a intentar pasar el juego con cada uno de ellos porque supondría un esfuerzo que no estoy dispuesto a hacer, pero si voy a probarlos un buen rato, hasta que ya estén definidos y exponer aquí las experiencias de juego en sus primeros niveles.

Y los personajes son:
1.- El semiogro con daños cerebrales graves. Este será un personaje muy capaz en el combate, pero nada más, con una limitación tan enorme a la inteligencia, que esté incapacitado para cualquier otra cosa, como la magia o la tecnología, e incluso hablar.
2.- El hobbit que soñaba con ser guerrero. Lo hobbits siempre son ladrones. Siempre. Siempre. ¿Podrá éste convertirse en una temible máquina de matar?
3.- La supermodelo que no quería luchar para no ensuciarse el vestido de sangre. Dicen que la belleza física puede abrir muchas puertas. Veremos si en un mundo de fantasía, lleno de criaturas hostiles también es cierto.
4.- El enano que anhelaba dominar la hechicería. Si hay una raza incapaz para la mágia, ésa es la enana. Habrá que ver si es cierto con este renegado de sus tradiciones.
5.- El elfo mecánico. Al igual que los enanos no deberían jugar con los poderes arcanos, ningún elfo debe ponerse a manipular explosivos, baterías eléctricas o ácidos corrosivos.
… y muchos más (se aceptan sugerencias)

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