El Blog Mediocre: Skaven VS ogros (otra vez)

El vidente gris estaba sentado en su improvisado trono mientras golpeaba incesantemente con sus dedos la cabeza de un esclavo, que ya comenzaba a sangrar. No entendía cómo habían perdido contra esos ogros si les superaban en una proporción de 5 a 1. Vale que eran más grandes, más fuertes y mucho más duros pero… De pronto alguien llamó a la puerta y el Vidente se levantó excitado.

-¿Ha llegado ya? –Preguntó al ingeniero que caminaba junto a una enorme mole cubierta con una tela.

-Así es, oh ilustrísimo e infinitamente sabio… -Comenzó a decir el ingeniero.

-¡Silencio! –Chilló el Vidente. –Muéstrame ya la máquina.

Y de pronto se reveló ante sus ojos una espectacular rueda metálica repleta de engranajes, cuchillas, cables y tuberías, todo ello reflejando el hipnótico brillo verdoso de la piedra bruja.

-La rueda de la muerte, señor. –Comenzó a explicar el ingeniero. –Está propulsada por una manada de ratas gigantes y es capaz de alcanzar velocidades de vértigo, aplastando todo a su paso. Yo mismo la pilotaré y…

-¡Cállate! –Chilló de nuevo. –No me cuentes tu vida. Sólo quiero verla aplastando a esos ogros, nada más.

La rueda de la muerte fue retirada de su presencia mientras el Vidente preparaba su libro de conjuros. Pronto esas estúpidas cosas-ogro sentirían el poder de los skaven.

Y así comenzaba el segundo enfrentamiento ogros-skaven.

Esta vez jugábamos una partida más decentilla (2000 puntejos) en la que íbamos a probar nuevas “miniaturas” como el Colmillos de Cuerno ogro o la ya nombrada Rueda de la Muerte skaven. Una vez más, la desproporción de las miniaturas (30 contra 125) marcaba la diferencia entre los ejércitos.

DESPLIEGUE

Esta vez tocó el despliegue “Batalla al amanecer” en el que había que colocar las tropas de forma aleatoria, por lo que la mesa quedó algo rara, pero fue interesante tener que rediseñar la estrategia en el último momento. Los ogros ganaron la iniciativa pero ésta fue arrebatada por las ratitas y éstas comenzaron a mover. Sin duda, una buena oportunidad para los skaven.

TURNO1

La artillería skaven no está nada acertada, pero la mágia ya es otro cantar, ya que un ingeniero brujo abate a un ogro con su rayo de disformidad y el Vidente invoca todo su poder hasta tal punto que pasra lograr un “salto fugaz”, el más simple de los conjuros skaven, crea una disfunción mágica que arrasta al plano del caos a 7 alimañas de su unidad; pero el conjuro funciona y un simple ingeniero brujo con un orbe de bronce, logra acabar con tres ogros más.

El turno ogro es, cuanto menos, un fracaso. El cañón falla, el mamut dice que no quiere moverse del sitio, la magia del hechicero fracasa y solo los escupefuegos logran causar una baja en las filas de guerreros skaven. Las cosas parecen ir mal para los ogros.

Un simple ingeniero puede hacer frente a cualquier enemigo, siempre que vaya equipado con el artilugio adecuado.

TURNO2

Los skaven avanzan y con ellos sus artilugios, que parece que en esta ocasión van a funcionar correctamente. El mortero de viento envenenado causa heridas en una unidad ogra y la rueda de la muerte se lanza a toda velocidad contra los escupehierros, obligándoles a huir. El vidente gris está tan satisfecho que descuida su magia.

Pero los ogros llegan a distancia de carga, que es donde realmente valen y comienzan a sucederse los combates cuerpo a cuerpo, que rompen las filas skaven con facilidad, destrozando el cañón de disformidad, una unidad entera de esclavos y causando numerosas bajas en una unidad de guerreros alejada gracias a la catapulta de hielo ogra.

Un implacable asalto de la caballería ogra.

TURNO3

Desesperado al ver como cambian las tornas, el vidente gris utiliza el “salto fugaz” sobre sí mismo para alejarse del combate con la excusa de utilizar todo su poder desde otra posición, pero en lugar de eso se queda observando, desmoralizado, cómo los enormes ogros aplastan todo a su paso. El Vidente jura vengarse, pero en voz baja, no sea que descubran su escondite, y se marcha. Por lo menos, la Rueda de la Muerte ha funcionado correctamente.