lunes, 24 de octubre de 2022

Vamos a ponernos al día otra vez.

 

 Los días pasan raudos y con ellos las semanas, meses y años, y mientras seguimos con nuestras rutinas cotidianas quedamos tan absortos con lo trivial que no nos damos cuenta de que cada latido de nuestro corazón nos acerca más y más a la muerte, como una cuenta atrás silenciosa y letal. Pero no nos pongamos dramáticos que de lo que quiero hablar hoy es de cosas. Cosas frikis.

Y es que aunque parezca mentira, sigo vivo y relativamente activo en estos mundillos de depravación cultural por los que me muevo, y hoy toca dar fe de ellos y comentaros un poco a qué me dedico cuando nadie me mira.

En primer lugar estoy jugando a wargames, más concretamente al Warhammer y afinando más aún al Kill Team. Este tipo de juegos, aunque no son puramente estratégicos pues hay un elemento de azar importante y a veces un desequilibrio importante entre facciones, proporcionan un combo interesante entre montaje, pintado y finalmente el juego en sí que me mantiene bastante entretenido y que además mantiene vivas mis relaciones con otros seres humanos.

También estoy jugando últimamente a juegos de mesa, así en general, sin orden ni preferencias, con un grupo de chavales que quedan todos los viernes para probar aquellos juegos que compran compulsivamente, casi seguro que para ocultar carencias y frustraciones de sus vidas mundanas que a mi me vienen de maravilla para poder jugar a cosas sin que repercuta en mi bolsillo.

Por otro lado sigo escribiendo, quizás menos debo reconocer, pero sí de una forma más eficiente. He vuelto a guionizar mi propio programa de televisión llamado "Dimensión raruna" en el que abordo temas paranormales, sigo escribiendo el comic de "Balas verdes" que podéis leer gratuitamente en Faneo y Webtoons y cuya segunda temporada acaba de estrenarse y además continúo con otros proyectos menos públicos pero que espero que vayan viendo la luz poco a poco.

Y también, contra todo pronóstico, he vuelto a asomarme tímidamente al mundo de los juegos de rol después de adquirir un lote de productos relacionados con Glorantha por Wallamierd y que han despertado de nuevo mis ansias de volver a dirigir alguna partida, quizás del nuevo RQG algún día no muy lejano. ¿Lo conseguiré? Yo apostaría a que no, pero el tiempo dirá.

Por lo demás, como siempre: crisis existenciales, episodiod depresivos, ataques de ansiedad, irritabilidad, agresividad repentina con resultados cómicos, persecuciones a través de bazares chinos tirandolo todo por el suelo, accidentes de parapente, doma de animales exóticos algunos de ellos que se creían extintos, visitas a ferias medievales y museos, búsqueda de la verdad en medio de este miasma de sociedad que se autofagocita incluyéndonos en el menú... ¡Ah! Y también cambié de puesto de trabajo.