Hay momentos en los que me cuesta entender como he llegado hasta
aquí. Como he pasado de tener una pasión que no solo me motivaba
sino que me definía e identificaba, a renegar de mí mismo en un
gesto de autocondescendencia hacia ese yo pasado al que siempre
combatí. Esa voluntad del guerrero que solo piensa en retiradas si
es para coger carrerilla o en descansos si van a servir para luchar
con mayor fiereza a continuación, ha quedado ya relegada al
recuerdo, no necesariamente negativo pero sí algo cómico visto
desde mi punto de vista actual.
Hay momentos en los
que me cuesta entender como he llegado hasta aquí, decía antes.
Pero este no es uno de esos momentos y por eso me he decidido a
desprenderme de la pereza y escribir. Creo que no sería justo
después de tantos años reseñando juegos, haciendo gracietas varias
y enarbolando la bandera de una afición, desaparecer sin decir
adiós.
Y si por echar las
culpas fuera, supongo que no me faltarían los motivos. Durante estos
años he visto como todos mis grupos de juego se han derrumbado,
todos mis intentos de simplemente quedar con alguien y jugar a algo,
incluso internet mediante, se han quedado en nada, y como no, siempre
ha habido alguien a quien poner como excusa, algún factor externo
inevitable y como cuando no llueve hace mucho sol, al final no se
queda y no se juega y ay que pena a ver cuando podemos todos y que el
tiempo acompañe.
Pero tonterías
aparte, si tuviese que buscar un factor incapacitante en todos mis
intentos de disfrutar de estas aficiones friki-sociales, común en
todos los intentos fallidos desde hace quince años hasta hoy, no me
costaría demasiado llegar hasta mí mismo. Será por mi soberbia, mi
desprecio a todo aquello que huela a nuevo, mi falta de flexibilidad
horaria o la nostalgia que me embarga, no he dejado de ponerme
piedras en el camino, palos en las ruedas y otras formas de
autosabotajes que por un lado me mantenían en mi posición cuasi
legendaria de prefriki ancestral, pero que al mismo tiempo me
aislaban en mi burbuja de rencor y rechazo.
Y aquí estoy ahora.
Cansado y por qué no decirlo, también un poco triste. Rodeado de
libros a medio leer, campañas a medio pensar y miniaturas a medio
pintar. Embelesado mirando cajas y cajas de tableros y muñecos,
cartas y cuadraditos de colores, dados y libros de instrucciones
aprendidos y olvidados mil veces sin haberse puesto nunca en
practica.
Será por eso que ya
no tengo ganas de escribir, relegado a este mundo simple de
videojuegos de bolsillo, partidas familiares y colecciones
personales. No creo que mis opiniones ni reflexiones sobre nada,
vayan a ser interesantes, ni siquiera entretenidas, mucho menos
constructivas o edificantes, y por ello voy a cesar en este empeño
de seguir por seguir, estar por estar y fingir que no estoy
fingiendo.
Agradezco
muchísimo todos los comentarios que me habéis dejado, aquellos
ocasionales y sobretodo los habituales. Recordaré con cariño los
tiempos de Google+ en los que la afluencia de público por aquí era
notable. Y como no, atesoraré aquellos momentos compartidos con las
gentes que conocí a través de este medio. Glorantha Hispana, Rol en
Quart, Novelda Rolea, gentes que pasaron por mi casa venidas de
Madrid, Murcia, Barcelona y Valladolid, todos aquellos y aquellas que
me estoy olvidando, que no serán muchos pero ya sabéis como es la
memoria de puñetera…
Yo
me largo de aquí. No del mundo, por supuesto. Seguiré con mis otros
blogs (de momento), en redes sociales y seguiré peleando por mi
“carrera” como escritor y showman multidisciplinar, pero por
otros sitios. Pero no voy a cerrar este blog, por si os lo estabais
preguntando. No voy a destruirlo vilmente para poner fin a toda la
información aquí contenida, como tampoco descarto pasarme de vez en
cuando y dejar alguna reseña ravenloftiana de las que me quedan
pendientes o escribir algo sobre algún juego que me esté
entreteniendo en el momento, pero sin duda voy a dejar esto un poco
aparcado, por lo que no esperéis mucha actividad, ni mucho menos
periodicidad, y si alguna vez os acordáis de mí, pensad que solo
fui un mal sueño, de esos de cuando uno cena demasiado aceitoso.
Un
saludo y buenas noches.
Josep.