Como ya
viene siendo habitual en Novelda (Ciudad Alicantina de 26.000 habitantes y una
superficie de 75 Km
cuadrados), las Novelda Rolea, jornadas lúdicas que ya cuentan con tres
ediciones consecutivas, se celebraron para alegría y alborozo de cuantos aficionados
a esto de los juegos nos hallábamos en las inmediaciones del lugar.
Joder,
que párrafo mas raro me ha quedado. Es igual.
La
cuestión es que por motivos de movilidad, compromisos y atareamientos varios,
éstas son las únicas jornadas a las que puedo asistir y aunque esto pueda sonar
a “voy porque no hay otras”, debo decir, y este año fuera de la organización de
las mismas, que he estado en jornadas mas importantes (no voy a decir nombres)
y no por ello mejores.
Y ahora
sí, voy al tema.
Como he
dicho mas arriba, este año no participé en la organización de las jornadas por
lo que pude ir más relajadamente, con dos juegos bajo el brazo y con ganas de
jugar y divertirme, esencialmente. Llegué sobre las 10 de la mañana con mi
hija, ya que a las 11 había una partida de “Pequeños detectives de monstruos” y
mientras hacíamos tiempo pude echar un vistazo al lugar. En la planta baja
habían dos salas en una de las cuales se estaba jugando un torneo de X-Wing,
con una buena participación y en la otra estaba la ludoteca y varias mesas en
las que la gente jugaba a cosas varias. Aproveché para probar un juego de
puzzles llamado Ubongo, que nos hizo pasar un rato entretenido antes de la
partida. Cuando dejé a la pequeña haciéndose la ficha eché una ojeada por el piso
superior, donde estaba la sala preparada para la charla de la tarde y otra en
la que habían montado una de las curiosidades de las jornadas: una “Dungeon en
vivo” que consistía en una sala dividida en cuadrículas con tarjetas que
indicaban los encuentros en tal lugar; los jugadores, que podían elegir clase y
tirar dados, como en una partida normal, debían llegar hasta el dragón y
derrotarlo… sin saber donde estaba, por supuesto. A última hora probé el juego
y, aunque necesitaría pulirse un poco, resultaba muy divertido a la par que
curioso. Después subí al piso superior al superior (la arquitectura no
euclidiana del edificio lo permite) y vi que se estaban preparando algunas
partidas de rol, aunque no había nadie jugando. Y a las doce llegó mi momento.
A las
doce monté el tablero del Mice&Mystics (De ratones y magia para los no
duchos en idiomas extraños) y me vi arrollado por una oleada de jugadores,
grandes y pequeños, que querían probar el juego. De pronto me encontré con
siete personas en la mesa (yo ocho) tirando dados y machacando ratas y
cucarachas por doquier. Y es que el “Ratones…” es un juego que llama la
atención a primera vista por su estética y después convence por su mecánica
simple y rápida. Y es que a pesar de ser tanta gente, los turnos pasaban a buen
ritmo y al final, aunque la misión estaba chupada con tanta gente (apenas dos
ratones heridos y ninguno capturado), dejó un buen sabor de boca.
Después
de comer me invitaron a una partida de Fading Suns a la que no quise jugar
porque faltaba poco para la charla a la que quería asistir y me senté en la
sala de juegos de mesa (que estaba a reventar) para probar el Dixit, un juego
curioso y muy divertido que no sabría describir. De paso pude presenciar con
algo de vergüenza (ajena) un torneo de invocar a Cthulhu en el que por suerte
lo hicieron tan mal que no apareció ningún ser tentacular de más allá del
tiempo y el espacio; lo cual no habría estado mal del todo porque a dos calles
hay una pulpería y podríamos haber llegado a
un acuerdo, pero bueno…
Cuando
me senté para ver la charla de mi amigo y conocido de este blog Mr.E, me temí
lo peor, ya que solo éramos cuatro personas. Y no sé si por valor, amor propio
o por esa regla del teatro que dice que “sin hay cuatro se hace la función”,
Mr.E comenzó con lo suyo que no era otra cosa que hablar de juegos de mesa,
tablero, cartas y demás, tratando de despejar dudas sobre qué hay realmente
dentro de esas cajas tan bonitas por las que nos piden el sueldo de una semana.
Decir que fue interesante sería un dato muy relativo, ya que aunque a cualquier
aficionado de estos juegos les podría parecer esencial, quizás para otros no
tanto; pero lo que si es cierto y no creo que nadie pueda rebatirlo, es que
Mr.E sabe del tema y tiene dotes para transmitir ese conocimiento a los demás.
Y yo, que le tenía como a un tío algo estirado, seco y poco empático (es broma
Esteban, que sé que estás leyendo esto) descubrí una faceta suya que me
sorprendió y me llenó de ganas de bes… volver a retomar esas partidas que
dejamos aparcadas en el pasado. Pero el tiempo mandaba y cuando se hicieron las
siete y con la charla todavía sin terminar (me perdí el baile del final y los
malabares con cajas de expansiones del Descent), tuve que subir a dirigir mi
segunda partida.
Por la
mañana tenía a cuatro jugadores dispuestos, por la tarde a seis, cuando subí no
había ni dios porque todos se habían ido a jugar a otra cosa y cuando salí a
reclutar gente aparecieron como 10 personas que querían jugar conmigo. Y no por
mi belleza física sin parangón sino porque mi juego era el “Marte satánico” y
con un nombre así nada puede salir mal. Al final llené la mesa con los seis
jugadores previstos (que eran distintos a los seis previstos inicialmente) y la
partida transcurrió un poco rara, la verdad. Quizás porque los jugadores no se
metieron demasiado en la dinámica del juego y fueron demasiado cautos o la
falta de confianza conmigo, la cosa no acabó de fluir, aunque la partida salió
bien y nos echamos unas risas. Y con eso terminó mi humilde papel en las NR3.
Por
supuesto no lo vi todo. Hubieron muchas partidas de rol en vivo, algo a lo que
nunca me he atrevido a jugar (la verdad es que no me llama mucho la atención),
una demostración de esgrima medieval, torneos, concursos, la paella… Imposible
abarcarlo todo incluso sin ser organizador (en cuyo caso no acabas jugando a
nada) pero sí dejando la sensación de que habían sido unas jornadas “vivas” y
que seguramente no habrían dejado a nadie con mal sabor de boca.
Mención
especial para Momento de Reacción, organizadora de las mismas casi en solitario
y que sudó como si estuviera en una sauna rusa para velar por el bienestar de
todos los asistentes. Pueden quejarse de la asistencia, que no tengo muy claro
si fue tan escasa como se decía, de la extraña distribución del edificio o de
que la paella está mejor con pollo que con conejo, pero en el aspecto de
atención al asistente dudo que alguien tenga queja alguna. Para mi unas
jornadas de 10 y que espero que a pesar de todas las tensiones habidas, podamos
disfrutar otra vez.
El curiosos sistema para optar a uno de los numerosos premios que se entregaron. |
PD: Terminan
las jornadas. 12 de la noche. Entro en la habitación de las niñas antes de
acostarme para ver si están bien tapaditas y la mayor levanta la cabeza para
decirme “¿Papá nos ha tocado algún juego en el sorteo?” y yo, no pudiendo negarle
la evidencia le respondo “No, hija mía, llevas mi sangre y por ello nunca te
tocará nada en la vida. Duerme”.
Qué desenfreno de partidas diversas. Muy guai. :-D
ResponderEliminarCuéntanos más cosas de la partida de Marte Satánico... venga...
No fuerzes la máquina que ando muy estresado. Quizás en un futuro la suba al blog para regocijo de todos. Pero ya veremos.
Eliminarque final más triste para una entrada tan desenfrenada y rápida.
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