martes, 24 de marzo de 2020

Titan Quest: Atlantis


Pues ha vuelto a pasar, queridos amigos y amigas, numerosos todos, de este blog. El Titan Quest, el que es seguramente el videojuego al que más horas le he dedicado en mi vida y al único al que sigo jugando ocasionalmente hoy en día, ha recibido una nueva expansión. Y ahora os preguntaréis voz al cielo “¿Pero la compañía que desarrolló el juego no cerró hace mil millones de años?” y efestiviwonder así fue, pero como la comunidad de jugadores sigue tan activa, de vez en cuando algo se remueve en las entrañas del juego y aparecen expansiones sorpresa, como sucedió con el Ragnarok (del que hablé en esta entrada hace unos años), así que aprovechando que lo tengo y además ya me lo he pasado, voy a comentar un poco así por encima mis impresiones sobre este nuevo Atlantis.

Si el juego oficial consistía en encarnar a un héroe y viajar desde Grecia hasta el mismo Hades pasando por Egipto y llegando hasta la China haciendo la ruta de la seda enterita, y luego en Ragnarok teníamos que subir hasta Escandinavia para pegarnos con los mismos dioses del Valhalla, en Atlantis partiremos de Gadir (la antigua Cádiz) para viajar por el norte de África buscando unas reliquias que nos permitirán llegar a la mítica Atlántida para pegarnos con todo bicho viviente e inmortal que allí nos encontremos. ¿Os parece bonito? Pues ahora paso a hablar de lo que supone la expansión en sí.

En términos de juego, éste Atlantis aporta un nuevo escenario al juego con todo lo que ello conlleva, como son nuevos enemigos, nuevos objetos y dos habilidades nuevas para cada maestría (es decir que nuestro pj optará hasta a cuatro habilidades además de las que ya tengamos), así como nuevas misiones secundarias que nos aportarán beneficios varios. Ahora bien, aunque en un principio esto suene a gloria bendita, la realidad es que no termina de funcionar tan bien como debería. Y es que en esta expansión, el capítulo de Atlantis no sigue al de Ragnarok si no que podremos acceder a él ya desde el principio de Hades, por lo que queda “desconectado” de la trama principal. Y eso no supondría un mayor problema si no fuera porque la dificultad está ajustada para personajes de cierto nivel y si lo jugamos cuando ya nos hemos pasado el juego normal como hice yo, iremos muy sobrados de fuerza, los objetos encontrados no serán demasiado interesantes y al final todo quedará en un “pues que bonito pero si lo sé, paso”. Además, el detalle de los escenarios es mucho mayor que el de anteriores expansiones y eso hace que en un ordenador viejuno como el mio, el juego corra a la perfección hasta ese punto, que va a trompicones, con algunos parones y ruidos del motor.

Conclusión: Atlantis es una expansión bonita pero prescindible, con pinta "fanmade" solo para fans del juego que quieran ver a sus personajes evolucionar un poquito más de lo que el juego original permitía o personas en aislamiento domiciliario debido a cuarentenas por amenaza vírica mundial. Que no suele pasar, pero a veces ya lo veis.


Vaya, vaya, así que tritones... ¡Morid criaturas inmundas!

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