Pues ha vuelto a pasar, queridos amigos y amigas, numerosos todos, de
este blog. El Titan Quest, el que es seguramente el videojuego al que
más horas le he dedicado en mi vida y al único al que sigo jugando
ocasionalmente hoy en día, ha recibido una nueva expansión. Y ahora
os preguntaréis voz al cielo “¿Pero la compañía que desarrolló
el juego no cerró hace mil millones de años?” y efestiviwonder
así fue, pero como la comunidad de jugadores sigue tan activa, de
vez en cuando algo se remueve en las entrañas del juego y aparecen
expansiones sorpresa, como sucedió con el Ragnarok (del que hablé
en esta entrada hace unos años), así que aprovechando que lo tengo
y además ya me lo he pasado, voy a comentar un poco así por encima
mis impresiones sobre este nuevo Atlantis.
Si el juego oficial
consistía en encarnar a un héroe y viajar desde Grecia hasta el
mismo Hades pasando por Egipto y llegando hasta la China haciendo la
ruta de la seda enterita, y luego en Ragnarok teníamos que subir
hasta Escandinavia para pegarnos con los mismos dioses del Valhalla,
en Atlantis partiremos de Gadir (la antigua Cádiz) para viajar por
el norte de África buscando unas reliquias que nos permitirán
llegar a la mítica Atlántida para pegarnos con todo bicho viviente
e inmortal que allí nos encontremos. ¿Os parece bonito? Pues ahora
paso a hablar de lo que supone la expansión en sí.
En términos de
juego, éste Atlantis aporta un nuevo escenario al juego con todo lo
que ello conlleva, como son nuevos enemigos, nuevos objetos y dos
habilidades nuevas para cada maestría (es decir que nuestro pj
optará hasta a cuatro habilidades además de las que ya tengamos), así como nuevas misiones secundarias que nos aportarán beneficios
varios. Ahora bien, aunque en un principio esto suene a gloria
bendita, la realidad es que no termina de funcionar tan bien como
debería. Y es que en esta expansión, el capítulo de Atlantis no
sigue al de Ragnarok si no que podremos acceder a él ya desde el
principio de Hades, por lo que queda “desconectado” de la trama
principal. Y eso no supondría un mayor problema si no fuera porque
la dificultad está ajustada para personajes de cierto nivel y si lo
jugamos cuando ya nos hemos pasado el juego normal como hice yo,
iremos muy sobrados de fuerza, los objetos encontrados no serán
demasiado interesantes y al final todo quedará en un “pues que
bonito pero si lo sé, paso”. Además, el detalle de los escenarios
es mucho mayor que el de anteriores expansiones y eso hace que en un
ordenador viejuno como el mio, el juego corra a la perfección hasta
ese punto, que va a trompicones, con algunos parones y ruidos del
motor.
Conclusión:
Atlantis es una expansión bonita pero prescindible, con pinta "fanmade" solo para fans
del juego que quieran ver a sus personajes evolucionar un poquito más
de lo que el juego original permitía o personas en aislamiento
domiciliario debido a cuarentenas por amenaza vírica mundial. Que no
suele pasar, pero a veces ya lo veis.
Vaya, vaya, así que tritones... ¡Morid criaturas inmundas! |
Y además tritones anfibios... Mu mal.
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