La portada original. |
Allá
por los años 50, un jóven cineasta lamado Walerian Borowch… Borobrich…Borowczyk
(he tenido que hacer un copia-pega al final, que no me salía) andaba haciendo
cortos de animación y otras chorradas menores del cine, cuando fue contratado
como especialista de efectos especiales (valgame la redundáncia) para una
película que pretendía recrear el mito de “La bestia de Gévaudan” (que muchos
años después popularizó “El pacto de los lobos). Lo que pasaba era que el pobre
Walerian Browro… dejémosle en Valeriano de ahora en adelante, era un chaval
lleno de inquietudes y pasarse el día peinando un disfraz de lobo no acababa de
motivarle. Pero un buen día, cuando se disponían a rodar una escena donde el
monstruo perseguía a una bella dama por el bosque, el director decidió encargarle
la escena al bueno de Valeriano e irse a comer tranquilamente (todos sabemos
que los directores de cine comen copiosamente); pero cuando regresó del
restaurante y vio lo que habían rodado, se le cortó la digestión.
Uy uy uy, qué miedo |
En la
escena, la dama entraba en el bosque tras una ovejita que se le había escapado
para encontrarla devorada por alguna bestia que pronto se revelaba como un
enorme lobo antropomórfico que además de ser feroz y terrible, se había quedado
con hambre. Entonces ella huía a través de la espesura, perdiendo piezas de su vestido
en el proceso hasta quedar completamente desnuda y el monstruo, al oler sus
efluvios íntimos, decidía cambiar sus intenciones, dejando aparecer su
gigantesco falo y forzando a la chica a un acto sexual que lentamente se iba
haciendo más consentido hasta terminar en un baño de leche condensada simulando
esperma de oso.
Por supuesto,
el bueno de Valeriano, a pesar de haberlo hecho con toda su buena fe, fue despedido
del film, pero se llevó debajo del brazo la escena, que años más tarde (mediados de los setenta si no recuerdo mal) insertaría
(en forma de sueño de la protagonista) en la película “La Bestia”, que según
los expertos, además de la susodicha escena, es una sátira cargada de
referencias a la religión, las clases altas y al machismo, pero yo, como la
tengo el DVD en versión original y de francés sé más bien nada, me quedo con la
escena arriba descrita que, para que vamos a negarlo, es la que dio fama a la
película.
Esta la he visto!! Es mala de narices, pero la escena, de tan burra y bizarra, se te queda grabada. Y si la ves con 15 añitos, como los que tenía yo, pues ya tienes material mental para tiempo. XDD!!!
ResponderEliminarNo es una peli mala, cuidado. Lo que pasa es que la escena del mono ese eclipsa la película y su mensaje no acaba de entenderse. No he visto mucho más de ese director, pero el hombre, al parecer era muy amigo de las metáforas raras (ese caracol por el zapato) y eso, hoy en dia, no se entiende.
EliminarUm... pues igual tienes razón. La vi hará como 25 años, así que la memoria me puede jugar una mala pasada. Una noche de éstas, solitarias y tormentosas, la volveré a ver. Y sí, tienes razón, parece que el director no es malo (IMDB) así que me la envaino gustoso. Hasta volver a verla, claro.
ResponderEliminarCoñe! Ya decía yo que me sonaba! Es el de Interior de un Convento. Cine erótico festivo de los 70 y 80, con su puntillo intelectual. Hay que salvarlo, sí. ;)
EliminarAsí es. También dirigió los inquietantes "Cuentos inmorales" y hasta se atrevió a hacer una versión cinematográfica del primer borrador nunca publicado de "El extraño caso del Dr Jeckyll y Mr.. Hyde" que la esposa de RL Stevenson arrojó al fuego cuando la leyó y le obligó a escribir otra. Pero eso ya sería otra entrada. Me la apunto.
EliminarMe parece muy difícil hacer un comentario a esta entrada sin decir algo que aunque no sea mi intención me acarree la mofa y el escarnio sobre mi persona.
ResponderEliminarAsí que diré simplemente hechos, no opiniones ni ingeniosas frases....
Interesante. Qué curioso...
No había oído hablar de la película.
Hubo una época en la que el cine era raro raruno por pasarse de experimental.
Supongo que la juventud e... (no, esta no)
Gracias. Adios.
Ummm. Gracias por comentar.
EliminarYa se me ha ocurrido un comentario que no me deja mal:
ResponderEliminarEstos franceses son unos guarretes, por más que intenten convencer al mundo de que son gente de bigotes y vinos finos y modales elegantes, al final son los que más pelis de tetas hacen. Si en una peli francesa se ve una teta, no es una teta, es simbolismo. Buuuuu... al menos en las de Pajares y Esteso el tema se trataba con más elegancia, sin eso de la leche condensada que mencionas.
Me pregunto en qué momento de mi vida me toparé con esta escena... (es inevitable que la acabe viendo, supongo).
Un saludo