Aunque cada vez
menos, estas fechas navideñas siempre acaban aportando algo de
tiempo libre extra, además de cierta melancolía, lo que me ha
llevado a desempolvar algunos videojuegos viejunos, entre ellos mi
adorado Arcanum y a recordar que hace unos años en este blog comencé
un reto relacionado con el juego que ahora me ha apetecido continuar.
Tal hazaña consistía en crear personajes variopintos, alejados de
los cánones habituales de la fantasía y probarlos durante algunos
niveles para ver si es cierto eso de que el Arcanum es un juego tan
completo y variado como algunos cuentan.
Tenéis la primera
entrada de ese reto aquí, y los personajes 1, 2 y 3. Así que ahora
voy a por un nuevo personaje al que llamaré “El semiorco
sindicalista”. Voy a poneros en trasfondo.
Cornam Der Urgrik
nació de la infame unión entre una orca y un humano, con lo cual
tuvo que llevar el estigma del rechazo de ambas razas de por vida.
Criado entre orcos habría sido carne de cañón para su cultura
barbara y entre humanos habría sido excluido de cualquier trato
mínimamente digno. Así que su padre decidió hacerse cargo de él y
llevarlo hasta una zona rural donde le educó, le alimentó y
finalmente le encontró un puesto de trabajo en una cantera. En las
sociedades industrializadas los semiorcos sirven como mano de obra
barata, casi regalada, y además éstos aguantan cantidades ingentes
de trabajo duro gracias a su fuerza y resistencia superior, así como
a abusos por parte de los capataces debido a su inteligencia y
voluntad inferior. Pero Urgrik no era ese tipo de semiorco. Él era
más listo que los otros y rápidamente entendió que su situación y
la de sus congéneres no era justa y decidió movilizares para
rebelarse contra sus dueños y exigir mejores condiciones laborales.
No le resultó
difícil reunir a un grupo de trabajadores y convencerlos de que si
esas pesadas cajas de explosivos en lugar de ser transportadas y
almacenadas se usaban para amenazar a los capataces, éstos se darían
cuenta de quiénes tenían el poder en la cantera. El plan era
sencillo: Una buena mañana se plantarían y dinamita en mano
exigirían a sus jefes más dinero por menos trabajo, algo a lo que
ellos gratamente accederían por miedo a futuras represalias.
En efecto, a la
mañana siguiente más de la mitad de la plantilla se sublevó contra
sus jefes, los cuales, temerosos de que cumplieran sus amenazas de
hacer estallar los explosivos se refugiaron en la misma sala de
almacenaje de explosivos (Santa Bárbara) con la idea de que los
semiorcos no serían tan estúpidos como para acercarse allí con
antorchas y bombas en las manos. Se equivocaron. Por lo visto
sobreestimaron el intelecto de sus trabajadores y éstos no solo se
acercaron, si no que arrojaron un pequeño artefacto incendiario a
modo de aviso que terminó con toda la fábrica volando por los aires
y la totalidad de trabajadores y capataces convertidos en pedazos de
carne tostada desperdigados en un radio de varios centenares de
metros. Todos excepto Ugrik que prediciendo lo que iba a suceder ya
había puesto pies en polvorosa y comprado un billete de zeppelin a
cualquier parte, quizás Tarant, donde habría muchos más semiorcos
oprimidos a los que incitar a la rebelión.
Para crear el
personaje no me compliqué mucho la vida; elegí semiorco como raza
(obviamente) y el trasfondo “Huido de una factoría” que
proporciona un +1 a la fuerza a costa de comenzar sin dinero. Los
semiorcos ya empiezan con una ligera ventaja en las habilidades de
melee y esquiva, así que repartí los cuatro puntos iniciales en
carisma, belleza (para mejorar la reacción inicial) y aumenté
todavía más melee y esquiva. Con el resultado, salir de la zona del
accidente del zeppelin no resultó nada difícil y al llegar a
Shrouded Hills y subir algunos niveles me centró en la fabricación
de explosivos y la habilidad de “lanzar” para convertir a Rugrik
en un personaje capaz de defenderse en el cuerpo a cuerpo pero
también un experto en explosivos letal a distancias cortas. Y como
no, aumento de carisma, inteligencia y la habilidad de persuadir para
poder comenzar a agitar a las masas al llegar a Tarant.
Actualmente Ugrik ha
llegado a nivel 12 de una forma relativamente desahogada. Con dos
seguidores (un guerrero enano y Virgil) es capaz de lidiar con los
combates sencillos, equilibrar la balanza a su favor en los
complicados (gracias a los benditos cócteles molotov) y debido a su
alta inteligencia puede desviar cualquier conversación más allá
del tema racial, por lo que ser un semiorco no le causa especiales
problemas. El único inconveniente del personaje quizás sea que a
partir de este momento habría que decidirse definitivamente por una
escpecialización (enfocarlo al combate, a las habilidades técnicas
o a lo social) y la verdad es que no me decido. Supongo que lo suyo
sería seguir buscando la perfección en cuanto a carisma y
persuasión para llegar a viajar con un verdadero séquito que le
saque las castañas del fuego y como no, si el juego lo permite,
convertirse en el líder de una nueva revolución industrial en
Tarant. ¿Logrará por fin Ugrik convertirse en un líder para sacar
a sus congéneres de la opresión? Me temo que nunca lo sabremos
porque las vacaciones ya terminaron y ahora lo que toca es… lo que
toca.
Súbele el Carisma a tope y a ver si en las próximas Navidades consigue montar la revolución.
ResponderEliminarA ver... Es un juego muy completo pero no estoy seguro de que contemple esa posibilidad.
EliminarPues porque no hay versión de Mac del juego, si no lo probaba. Tiene buena pinta.
ResponderEliminarEsto te pasa por comprar trastos inútiles.
Eliminar¿Qué es un mac?
Lo que va antes de Donald's
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