Como ya
sabréis los más avispados del lugar, en breve se celebrará la tercera edición
de las Novelda Rolea, las jornadas de rol, softcombat y cuantas cosas se crucen
por delante y que atraen a singulares personajes de todas las tierras
levantinas… y más allá.
Esta
vez yo no voy a formar parte activa de la organización de las mismas, pero sí
voy a participar realizando partidas, dos para ser más precisos y una de las
cuales será una partidilla introductoria para Marte Satánico, un juego gamberro
y marrano que ha dado mucho que hablar este año.
Y ya
que va a ser mi partida y que no voy a hacer mucho más (aparte de una de De
ratones y magia, pero eso es tablero y no da tanto trabajo), decidí ir subiendo
los personajes pregenerados a este blog para que posibles jugadores pudiesen
ver las opciones disponibles antes de llegar a la mesa. Habrá un total de seis
personajes y en esta entrada presentaré a los tres primeros, sin estadísticas
de juego pero sí todo el trasfondo necesario para que uno se haga una idea de
qué pié cojean (suponiendo que no cojeen de los dos). Vamos allá con la primera
tanda.
Harrigan
“el afortunado”, “el suertudo”, “el que debería estar muerto mil veces”, o
simplemente “¿Otra vez tu?” como muchos le llaman al verle aparecer, es un
superviviente nato. Criado en los más pestilentes estercoleros de Golgotha y
metido desde niño en los más truculentos embrollos imaginables, ha logrado
sobrevivir a más situaciones potencialmente mortales que ninguna otra persona
viva (o muerta) en Marte.
Puede
que Harrigan no sea un gran guerrero ni una persona de talento, pero su
habilidad para levantarse del suelo tras ser golpeado con una mesa de acero por
un orco y pedir otra ronda al camarero que “invita el verdoso éste”, es casi
una leyenda.
Guurthagh
es un orco de postal; un clásico espécimen de bruto salvaje de esos que portan
un pistolón en una mano y una espada aserrada en la otra. Nunca fue un ser
brillante, pero después del golpe en la cabeza quedó a otro nivel. Decidido a
no volver a utilizar la violencia a no ser que sea la última opción, Guurthag
hace futiles esfuerzos por negociar, seducir, o intimidar a sus oponentes antes
de sacar las armas. Desgraciadamente para sus rivales, y en algunos casos
también para sus aliados, cuando prueba el sabor de la sangre entra en un
estado de éxtasis berserker que no se detiene hasta que no está el perímetro
inerte en varios kilómetros a la redonda.
A-155
es un droide de combate de forma humanoide y diseñado para ser usado en
situaciones de excepción para pacificar a base de mandobles de energía capaces
de partir un vehículo en dos. Tras una vida útil satisfactoria fue arrojado a
un vertedero donde un chatarrero manitas lo reparó y fuera por romanticismo o
simple mala leche, lo reprogramó con un código de honor mas propio de las
novelas de romance caballeresco que de de la dura y terrible realidad marciana.
Ahora A-155 es un caballero que lucha contra gigantes imaginarios, salva a
doncellas que no lo son tanto y lucha por unos ideales caducos y
destemporalizados que raramente encajan con la realidad que le rodea.
Aqui dejo los tres primeros. Los siguientes llegarán en los proximos días. Seguid atentos al blog...
Me molan mucho los tres. Todos tienen su aquel. Yo me pillaría el robot o el orco. :-)
ResponderEliminarEl robot mola. Lo del orco puede ser una locura... Y espero que lo sea.
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