A veces
la vida te da sorpresas, aun cuando piensas que ya te has hecho mayor y que
algunas cosas se han quedado atrás para siempre. Pero como decía, a veces
conoces a gente con la que compartes cosas (hablo de aficiones, ideas o
filosofía), no penséis mal, y pasa lo que pasa.
Y lo
que pasó fue que mi amigo Cabezadeplomo (echadle un ojo a su blog si queréis
saber qué es bueno), me regaló el Tirant Lo Blanc, el juego de rol de
caballería medieval made in catalonia. Lo primero, recalcar que no tiene precio
el poder desprecintar a los 33 tacos un juego de la mítica Joc Internacional y
lo segundo, hablar del juego en si.
Lo
primero que hay que decir es que el Tirant Lo Blanc, al igual que su predecesor
Almogàvers, es un juego que salió en catalán y que nunca jamás fue traducido a
la lengua de Cervantes. ¿Por qué? 1- Unos dicen que los de Joc Internacional
eran unos catalanistas-independentistas-separatistas que querían crear juegos
catalanes sólo para los catalanes; 2- otros afirman que gracias a esos juegos
en catalán obtenían suculentas subvenciones de la generalitat que superaban con
creces los beneficios producidos por las ventas de juegos de rol en esa época;
3- y otros aseguran que Joc se estaba yendo al garete y ante el inminente
desastre dijeron aquello de “Para lo que me queda en el convento… lo escribo en
catalán que me salen menos faltas de ortografía.” ¿Mi opinión sincera y
meditada? Tirad 1d3 y elegid entre las de arriba.
La
ambientación en si transcurre, como no, en Cataluña, en una primera época
caballeresca a lo Blandí de Cornualla pero curiosamente, muy alejada de la
novela de Joanot Martorell que le da nombre (unos 500 años antes, así a golpe
de memoria), cuando Cataluña estaba formada por una serie de condados alrededor
de los Pirineos y no en el gran país de la Corona Catalano-Aragonesa que llegaba
hasta Grecia de la novela original. Supongo que la idea del autor sería la de
jugar una campaña muy extensa en el tiempo, crenado un condado o similar y
jugando no con un personaje, sino con todo un linaje para así “hacer país”,
pero en el libro no llega a especificarse de forma clara.
En
cuanto al reglamento, es bastante sencillo, ya que una vez creado el personaje
(siempre un caballero, los magos y demás se dejan como no jugadores) todas las
acciones se resuelven siguiendo una misma tabla de éxitos con pocas variaciones
dependiendo de si se trata de una acción simple o enfrentada.
Además
de eso, lo de siempre: habilidades, equipo, una hoja de personaje bastante
chula, un par de aventuras cortas y una idea de campaña de la mano de Ricard
Ibañez, que no me cae muy bien desde un día que le vi por la tele, pero siempre
da algo de glamur el hombre.
En definitiva, un buen juego, bonito y sencillo pero que quedará a la sombra del omnipresente "Pendragón", juego de caballería por excelencia, de la misma editorial además y que para colmo, estaba en español, aunque claro, ese no era en Cataluña.
Muy buenas,
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te haya gustado el juego, o tener el juego, o poder leer el juego, y especialmente si ha ocurrido todo eso a la vez.
Tiene pinta de ser el tipo de juegos que a mi me gustan, de aquellos con los que Joc se descolgaba de vez en cuando. Un juego sencillo, autocontenido, con un planteamiento entrañable e imaginativo, como Príncipe Valiente (ejemplo que me viene a la cabeza), Oráculo (denostado hasta la muerte, en parte por buenas razones) Almogavers (imagino, porque no lo he leído) y alguno más que habrá y que ahora no caigo.
Interesantes los razonamientos sobre los posibles argumentos de Joc para publicar este juego. Y curioso lo de Ricard Ibáñez, que no sabía yo que había salido en la tele.
En fin, que me alegro mucho de que te haya dejado buenas sensaciones, y que es un honor salir en este blog. ¡Hola, mamá! ¡Hola, C$%4s!
Un abrazo, ya en serio