Contra todo pronóstico, este año pude
participar en la conocida “Quedada gloranthana” que se celebra de forma
itinerante en diversas partes del país; Este año coincidió que era en Valencia
(una ventaja para mí por la relativa proximidad) y que fui invitado a la misma
(otro factor a tener en cuenta debido, sin duda, a que no me conocían todavía).
El propósito de la misma era el de relacionarnos con otros frik… expertos
conocedores del mundo de Greg Stafford, jugar a la nueva sexta edición del
RuneQuest y, sobretodo, comer como jabalíes. Y allí estábamos: Roberto Bayo,
Thorkrimm, David Gran Orco, Peter Poqe, Alicia (la única chica, hay que ver
cómo somos), Kenrae, Artus Xavier Silenis y un servidor. Podríamos haber sido
más, pero difícilmente mejores.
Gloranthanos: Como ya he dicho, la
experiencia de conocer a otras personas con intereses comunes, como son el rol
y más concretamente el RQ y Glorantha, siempre es gratificante, pero el
hecho de haber compartido
correspondencia y haber jugado algunas partidas, virtualmente claro está, hacen
que ese vínculo se convierta en algo más. No quiero ponerme blandurrio, pero en
algunos casos, más que conociendo a alguien lo sentía como un reencuentro con
viejos amigos; algo parecido a lo que me sucedió el año pasado al encontrarme
con Cabezadeplomo, compañero bloguero (al que espero ver de nuevo este año). Todo
ello me hace pensar que el rol, y supongo que los juegos en general, son más
importantes de lo que muchos afirman y son capaces de crear vínculos entre
personas, no necesariamente afines en otros aspectos de la vida, más
importantes de lo que cabría esperar.
Aqui vemos a todos los participantes, excepto yo, que estaba en el baño mientras mi camara mágica hacía la foto sola. |
Runequest6: Aunque solo una partida no es
suficiente para poder analizar un juego como éste y cualquiera que se
aventurara a ello podría ser considerado un bloguero poco profesional, yo voy a
arriesgarme; y si a alguien no le parece bien puede irse al blog ese que está
tan bien escrito que todos sabemos cuál es. Allá voy. La sexta edición del
Runequest es un juego nuevo con reglas novedosas que le dan un punto dinámico y
moderno pero sin abandonar la esencia clásica del RQ3 que todos conocemos. Los cambios son sutiles pero significativos,
como el paso de los momentos de reacción a los puntos de acción, un sistema de
magia muy similar pero más dinámico y rápido, maniobras de combate especiales
que sustituyen a los críticos y éxitos especiales de siempre, estilos de lucha
en lugar de habilidades individuales de armas y… bueno… muchas otras sorpresas
que voy a dejar en la sombra para que las descubráis por vosotros mismos. Pero
resumiendo, más de lo mismo (los fandamentalistas no hace falta que cambien de sistema
si aman el RQ3) pero mejor (los fandamentalistas del futuro no querrán cambiar
el RQ6 por futuros reglamentos), por lo que me aventuraría a decir que, algún día,
el RQ6 será un clásico de los juegos de rol que valdrá fortunas en Ebay.
El enigma de las runas. (ojo, spoiler) ya resuelto. Uno de los buenos momentos de la partida. |
La partida: Después de crear los
personajes (no sé cómo pude dejarme convencer para jugar con un babuino), el
master nos introdujo en la isla de Jrustela antes de irse a tomar por saco
(claro) en una misión imperial para descubrir las causas de un asesinato que
sucedió hacía la friolera de 20 años. La cosa estaba chunga, pero para ello
disponíamos de un grupo potente, con inquisidores, hechiceros (entre ellos un
timínido de esos) y un aldryani. Y hago un paréntesis. David, el “dire” supo
meternos en la historia a la vez que nos explicaba la compleja sociedad
jrustelana con su curiosa tecnología-mágia, en un tiempo récord y metiéndonos
en la partida casi sin darnos cuenta. Llevo más de media vida jugando y
sobretodo dirigiendo y me sorprende comprobar como hay tantas formas de
arbitrar una partida como de directores de juego en sí. Mención aparte para los
jugadores, que con sus interpretaciones me hicieron sentir como un chimpancé
que observa desde su jaula a los científicos que hacen cálculos en una pizarra
(lo cual no me vino al pelo para meterme en mi papel de babuino). Y al final la cosa
salió bien; encontramos al monstruo
malo, resolvimos el misterio y regresamos triunfales gracias, en parte, a las
habilidades chamánicas de mi mono, que irónicamente, sabía hacer de todo menos
subirse a los árboles.
El plato principal del dia en el que yo estuve. |
La comida: Mención especial para el
magnífico plato que preparó Namar (y que tuvo la osadía de vacilarnos diciendo
eso de “pues hoy no me ha quedado demasiado bueno” mientras nosotros nos
chupábamos los dedos unos a otros, extasiados), el pan especial traído
especialmente del mejor horno tradicional de Rocafort (o Rocamora, ya no me
aclaro), los bollos, los fartones (también fruto de las manos privilegiadas de
la única mujer del grupo), la horchata y como no, los cinco kilos de olivas
varias.
Resumiendo, todo un placer de día en el
que disfrutamos como macacos y en el que también se quedaron muchas
conversaciones en el tintero, especialmente con Roberto y Artus (aunque para
eso están los mails), y del que nos despedimos diciendo que habría que
repetirlo aun sabiendo que había sido irrepetible de por sí.
+1. Te ha salido del alma, amigo Monosabio y tienes mucha razón. Estuvo genial! Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto, sobre todo teniendo en cuenta que no nos conocíamos previamente in person. Qué partida! Qué platazo de carne! Qué máster! Qué jugadores!
ResponderEliminarAmplío el catálogo: un inquisidor lechero, su hijo ¿putero?, un veldang (o artmali) volador, un timinítido de ésos que hace kric-kit-kit, un babuino tamaño bolsillo, un arrojado mercenario y una planta de exterior (aldryani) con problemas de vocabulario.
Y qué de aceitunas, señor, qué de aceitunas!
Gracias por ampliar. Soy un tio tan desmemoriado que siempre me dejo cosas en el tintero por miedo a meter la pata.
EliminarQué pena que la quedada no hubiera durado tres días más para haber acabado con todas las aceitunas... Por cierto: el hijo, además de putero, era un ogro y cuando todos pensábamos que se iba a ..... en realidad se iba a comer. Malditos bastardos.
ResponderEliminarUna pena no poder compartir más tiempo porque tenía muchas cosas d elas que hablar especialmente contigo, pero ya tendremos ocasión sea en vivo o en diferido.
EliminarXD Capdemut, te ha quedado genial el artículo. Yo ese día estaba un poco soñoliento y coincido en que me hubiera gustado que la quedada durara más para poder conversar tranquilamente sobre la partida de Umbría y otras mil frikadas.
ResponderEliminarPor cierto, el hijo del inquisidor no solo era putero y ogro, sino que, además, ¡¡¡era hija, no hijo!!! (Si lo entendí bien, claro). Sea como sea, hay que aplaudir al máster porque enfrentarse a una mesa de 7 jugadores no es tarea fácil.
Coincido en lo de la falta de tiempo y te digo lo mismo que a Bayo.
EliminarY lo del hijo-ogra me ha sorprendido mucho pero a la vez he entendido algunas cosas, como la desaparición nocturna de ese pobre campesino.
Y yo quiero aplaudiros a todos porque hacéis que la quedada sea una pasada y que te vayas con la sensación de haber querido que durara más. La verdad es que el sitio donde estuvimo, el ambiente, la relación que tenemos y las partidas son para enmarcar. Me lo pasé en grande. ¡Quiero otra ya!
ResponderEliminarEl aplauso e spara ti, por la partida que nos arbitraste. Y si, yo también quiero repetir. Si alguna vez bajáis hacia el sur avisadme.
EliminarSí, está muy chulo el artículo^^ Me ha hecho gracia el título "Gloranthanos por España". La verdad es que hace ilusión conocer a gente con la que llevas hablando y jugando por internet tanto tiempo.Si es que estamos cortados todos por el mismo patrón... Y como siempre, TODO fue genial excepto el tiempo (que siempre se pasa volando cuando quieres que no pase). Respecto a la comida ¡no probasteis la pedazo tortilla que nos preparó Xavi! ¡Estaba muy rica! Y el pan buenísimo (Me he comido unas tostadas esta mañana...y esta noche me lo he tostado y he cenado más a gusto...).
ResponderEliminarRespecto al ogr@, efectivamente era hija. Pero no hija del inquisidor sino de un ogro. Por eso se fijaba tanto en lo fuerte que estaba el mercenario... ;)
Ahora que ya tengo las imágenes ya puedo comenzar con el montaje del video. A ver qué tal queda...
PD: Pues no me quedó demasiado buena la carne...XD
Si, tu sigue con lo de la carne... ¡Si casi nos comemos hasta la bandeja!
EliminarY repito lo de respuestas anteriores: Gran interpretación con tu ogra masculinizada, la falta de tiempo y el exceso de pan.
A ver qué tal sale ese video que me tienes en acuas, y gracias a todos por pasaros por este mediocre blog.