Ya
desde la primera aparición de la “Black Box” en el 1990, se sabía que ese
escenario de campaña iba a sufrir una buena remodelación en breve. Para ello se
fueron publicando una serie de módulos que tras su consecución iban cumpliendo
unos versos arcanos que acabarían alterando la faz de la misma tierra. Y así
fue. En 1993 se publicó el último de estos módulos (que no formaban una campaña
sino que se jugaban de manera individual) y a principios de 1994 aparecería la
“Red Box” que fue traducida al español para convertirse en la famosa “Caja roja
de Ravenloft” de la que ya hablé hace mucho aquí.
¿Pero
en qué cambiaba la primera versión de Ravenloft y esta segunda? Vamos a
analizarlo con un poco de detalle.
La caja
roja incluía dos libros que eran “Reino de Terror” y “Dominios y residentes” y
que eran, básicamente, los libros de la caja negra y su expansión reordenados.
La única diferencia de texto residía en la parte cronológica (lógicamente
habían pasado cosas en Ravenloft durante ese tiempo) y la de Dominios y Lores,
ya que tras la Gran conjunción habían aparecido nuevas tierras y habían
desaparecido otras.
Además,
incluía dos mapas desplegables, uno de las tierras del núcleo y otro con las
islas del terror (por supuesto distintos a los de la “black box”), el mazo de
cartas de Tarokka, un poster de Strahd con cara de pena bajo el Sol (lo que
viene ser el dibujo de la tapa) y una útil y resistente pantalla del master.
¿Qué echamos en falta? Los dados, las plantillas con castillitos, las fotos
familiares de los malos… Y eso nos lleva a la siguiente pregunta.
Imaginemos
que estamos en el año 2015 y, a pesar de que el Dungeons&Dragons ya va por
la quinta edición, queremos jugar al Ravenloft de la segunda. ¿Qué escenario de
campaña deberíamos comprar?
Pues si
no domináis el inglés, lengua de Shecspir, Edgar Alan Poe y muchos otros… Sin
ninguna duda la Caja Roja, ya que es la única que fue traducida a la lengua de
Crevantes, Cadleron de la Barca y algunos más… Pero si nos da igual el idioma
porque somos unos cosmopolitas y unos hípsters y nos gusta vacilar a nuestros
colegas cuando vienen a casa con eso de “No, es que esos me los compro en
inglés porque soy mejor que tu a pesar de que tu trabajo es mejor, tu mujer
está más buena y tus hijos son más guapos y comen más y no te rompen todo lo
que tienes en casa.”… También la caja roja. La negra es para coleccionistas
enfermos como yo y frikis que quieran jugar la “Gran conjunción” como Gygax
manda. Porque no sé si lo sabéis pero aquí en España, alguien metió la gamba
con este tema.
¿Pero
qué pasó con la edición en español del Ravenloft?
Pues
que los de TSR España creían que iban a comerse el mundo por una pata con eso
de los juegos de rol que tanto vendía y decidieron que traducirían la caja
roja, pero… Sería una lástima que los roleros patrios se perdieran las partidas
de la Gran conjunción, por lo que decidieron publicarlas a posteriori. Es
decir. Cuando adquirías la caja roja podías elegir pasarte por el forro la Gran
conjunción y jugar en la fecha establecida por la ambientación o, ser un
puritano (yo lo fui) y jugar en el Ravenloft pre-conjunción para luego pasarse
al post-conjunción. ¿Pero qué pasó? Pues que el negocio se les fue al garete,
cerraron la línea editorial y nos quedamos colgados en el segundo módulo (de
cinco) jugando a un Ravenloft del que no teníamos ni mapas. Resumiendo: Me pasé
años jugando al Ravenloft de la caja negra sin tener la caja negra. “¡Mi reino
por un mapa!” gritaba por las noches entre sueños.
Pero no
pasaba nada. Después llegó internet, la peña empezó a escanear libros y en unos
pocos lustros logré terminar la Gran Conjunción y poder disfrutar de la caja
roja plenamente hasta que me hice con el “Domains of Dread”, al cabo de pocos
días, que me trasladó a un Ravenloft futuro del que nada sabía. Pero ya hablaré
de ese magnífico libro otro día, que esto ya es mucha tela.
Pero
como apunte final, me gustaría hablar del tema de los precios. Y es que,
mientras que la caja negra y su expansión están a precios relativamente
asequibles en páginas de comprar cosas (a mí me costaron 30€ cada una estando a
estrenar), la caja roja no la he visto por menos de 80 y en estados regulares
de conservación. Valorad vosotros mismos.