Vaya mierda de día, ya ni me interesa el fresquito del otoño ni leches. Me meto en mi cuarto
algo asqueado cuando faltan cinco minutos para las doce y me quedo
sentado esperando al fantasma de hoy, que no sé si será el último
o no. Aparece puntual como siempre, esta vez por la ventana, supongo
que por variar. Se parece bastante a mi en estos momentos, con el
cabello corto y engominado para atrás, camisa blanca, tejanos y unas
deportivas marca Paredes voladoras. Voladoras porque flota en el aire
como entidad, no es que sean un modelo especial ni nada.
-Buenas noches. Soy
el fantasma del rol presente. ¿Nos vamos? Tengo un poco de lío -me
dice-.
-Claro. te estaba
esperando.
Y
sin más dilación, al tocarle la mano nos hundimos en el sótano de
mi casa y allí me veo a mi mismo,
más o menos ahora, sentado en mi cuartito friki. Un sillón antiguo
junto a una enorme estantería repleta de manuales de rol nuevos y
viejos, leyendo el Mutant Chronicles de La Factoría
iluminado por una lámpara de Goku. En una mesa frente a mí
una pila de miniaturas de Warhammer a medio pintar, un juego de mesa
montado y notas y apuntes por todos lados. Miro en mi rostro y veo
cierta paz, tranquilidad.
-¿Qué te parece
esta escena? -me pregunta el fantasma del presente.
-Es... Lo que hago
ahora. Leer manuales que difícilmente llevaré a la mesa, pintar
muñecos con los que no voy a jugar y... pasar el tiempo, supongo.
-¿Y por qué crees
que has terminado así?
-No sé. La edad, la
familia, el trabajo, la falta de tiempo...
-¿Otra vez echando
las culpas a los demás?
-En cierto modo sí.
Ahora la gente juega a juegos de mesa de contar cuadraditos, a rol en
vivo, quinta edición de mierda y cuando les hablas de rol clásico
te nombran el Vampiro que es super gay y...
-¿Ves? ¿Te das
cuenta de que el problema eres tu? Tu momento fue hace veinte años y
desde entonces no has hecho más que resistirte a los cambios. Has
sido el predicador de todo aquello que ya murió y has despreciado
sistemáticamente todo lo nuevo. No has hecho ningún esfuerzo por
adaptarte a nada ni a nadie y ahora te has quedado solo.
-¿Y qué otra cosa
podría haber hecho si no me gusta nada de lo que gusta a los demás?
-¿Ya no recuerdas
al primer fantasma del pasado? ¿Qué te enseñó?
-Que lo importante
no es el juego si no la diversión. ¿No?
-No lo sé. Aquí
las respuestas tienes que buscarlas tu. Vamos arriba otra vez y
prepárate porque mañana viene el último fantasma. El del futuro.
-¿Como que me
prepare? ¿Qué le pasa a mi futuro?
-Ya lo verás -me
dice con una sonrisa antes de desaparecer.
Y en el próximo y
último catípulo.... ¡Llega el misterioso fantasma del futuro!