Ahora
que vuelvo a estar tan puesto en el Ravenloft, mientras buscaba en mi baúl de
los recuerdos mental, recuperé una anécdota de mi juventud rolera que tiene
mucho que ver con el tema de los idiomas, las traducciones y esos libros que
jamás aparecen en nuestra lengua.
Resulta
que como ya sabréis, el material de TSR dejó de publicarse un buen día, así de
susto, y todos los Dungeoneros&Dragoneros nos quedamos huérfanos de nuevos
suplementos para nuestras campañas. La única solución era buscarse la vida e ir
a por aquellos libros jamás traducidos, para lo cual yo acudía regularmente a
la librería barcelonesa Gigamesh.
Al
principio era duro. Mis conocimientos de inglés eran muy básicos y para pillar
el tema tenía que leerme las partidas dos veces antes de atreverme a dirigirlas
y aun así, me inventaba la mitad de las cosas. Pero con el tiempo y las
campañas, llegué a dominar bastante la combinación de comprensión/improvisación
y llegó un momento en el que podíamos jugarlas habiéndoles dado apenas un
rápido vistazo. Unas salían mejor que otras, de acuerdo, pero ninguna fue tan
épica como la de los “gules marinos”. Os cuento.
No
recuerdo qué módulo era, pero los personajes iban en un barco. En un momento
dado, leyendo/traduciendo la descripción de la escena, pasó algo así: “Navegáis
con una suave brisa a vuestro favor; en la distancia podéis ver los picos más
elevados de la isla a la que os dirigís. Y alrededor del barco oís los
chillidos de… ¡Decenas de gules marinos!” ¡A las armas!
Debo
reconocer que era raro, pues en el libro no me venían las estadísticas de esas
criaturas y además no especificaba el número exacto, pero no pasaba nada porque
soy un master de la hostia. Tomé las características de un gul normal, le añadí
membranas entre los dedos para nadar mejor, tiré unos dados de diez para
determinar el número exacto y listos.
Cuando
acabaron con ellos, llegaron a la isla y vieron lo siguiente: “La playa de
arena fina termina en un espeso bosque en el que podéis ver un sendero que
asciende hacia el centro de la isla. El único sonido que oís son los chillidos
de… ¡Decenas de gules marinos!” ¡Venga bolas de fuego y golpes de rayo! Y así
continuó la partida.
Los
personajes llegaron al pueblo soñando con una cama caliente y una comida cómoda
para recuperarse de los combates pero se encontraron con una escena dantesca. “El
pequeño pueblo en lo alto de la colina está sembrado con los cuerpos sin vida
de sus habitantes, los cuales están siendo devorados por… ¡Decenas de gules
marinos!” ¿Otra vez? Sí, otra vez.
Y ya
después del combate los maltrechos héroes decidieron dirigirse al castillo
tenebroso sobre la montaña y fue algo parecido a esto: “A medida que ascendéis
hacia la oscura fortaleza, un escalofrío recorre vuestra espalda al recordar
qué les pasó a los habitantes del pueblo. Al mirar atrás podéis ver volando
sobre sus tejados a… ¡Decenas de gules ma...!” Un momento. ¿Los gules marinos
vuelan? Los jugadores me miraban aterrorizados. De mi mochila saqué mi
diccionario “Collins” y al encontrar la palabra que buscaba mi cara se quedó
blanca como la nieve en Escandinavia.
-Ah no…
-Dije. -“Seagull” no es “gul marino” sino gaviota. Todo el rato eran gaviotas.
Os habéis pasado la tarde entera matando gaviotas por error. ¿No os parece
gracioso?
Pero no
se lo parecía. Me dijeron que como les diese puntos de experiencia por gaviotas
en lugar de gules no jugarían nunca más conmigo y además, escupirían en mi
porción de pizza cuando yo no mirara. Y lo de la pizza vale, pero yo quería
jugar.
¡Jajaja! Somos superchungas de matar. |
A "Hhichkok" le pasó al revés con el guión de los pájaros. ¿Qué monstruos serian ?
ResponderEliminarNo me había planteado lo de Jitchcoc...
EliminarGracias por comentar.
Jajajajaja, gran anécdota! Me he reído mucho con los gules marinos. Yo hubiera seguido narrando como guls marinos, y cuando salieran del tenebroso castillo, con la misión cumplida, que descubrieran que todos los cadáveres de los guls eran en realidad gaviotas muertas, a ver que cara ponen.
ResponderEliminarMe alegra haber sido de ayuda, amigo Isidoro.
EliminarY gracias miles por comentar.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarPues me ha parecido una anécdota super graciosa. Pero mucho. A la altura de las hormigas guisante pero con mucha más sangrecilla. Y encima los desagradecidos no se lo pasaron bien? Bola de fuego maximizada...
ResponderEliminar¿Quien no se lo pasaría bien matando gaviotas?
EliminarGracias por comentar, David.
Yo diría que de "gull" a "ghoul" hay un cacho enorme xD.
ResponderEliminarAunque supongo que la traducción lovecraftiana española de "gul" te maldijo ese día xD.
Supongo que si. Entre mi mal inglés y mi afición a Lovercraft el desastre estaba servido.
EliminarGracias por el comentario.
Grandenormísimo.
ResponderEliminarLo que me he reído.
Me alegra haber resultado terapeutico.
EliminarGracias por comentar, Carlos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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