Este es un deporte de salvajes. No digo
que sea especialmente civilizado el asesinar a un jugador profesional
para devolverlo de nuevo a la vida convertido en un ser sin alma a
mis órdenes, pero, ésto es de locos.
Conseguí inscribirme en la liga de un
modo sorprendentemente fácil, como si el llamarse entrenador de
bloodbowl otorgara algún tipo de poder sobre la moral y la ética
que convirtiera algo tan despreciado en el imperio, como es la
nigromancia, en un simple truco de magia para divertir al populacho.
Después solo tuve que formar un equipo con tres de mis necrófagos y
un puñado de esqueletos para, automaticamente, lograr un puesto en
las tablas y encontrarme con una pequeña hinchada dispuesta a
apostar por mi equipo. "Los Escrofulosos de Kash'" los
llamé. Finalmente, decidí "fichar" a un jugador de verdad
que había sufrido un pequeño accidente saliendo algo bebido de una
taberna a altas horas de la noche y al que mi magia alzó de nuevo. Y
muy pronto pude ponerles a prueba.
El primer enfrentamiento fué contra
una panda de enanos. Reconozco que no pensé en ningun momento que
sería fácil ganarles, pero lo que sucedió me superó. Uno de mis
necrófagos se hizo con el balón, pero al ver a los enanos correr
hacia él, con sus barbas y sus crestas rojas se asustó y lanzó el
balón al nuevo fichaje, al que los enanos apenas le llegaban a la
cintura. El nuevo jugador, al que apodé "la momia" apenas
tuvo el balón en sus manos cuando los enanos le placaron
salvajemente. La afición parecía más emocionada con el juego sucio
que con la posición del balón, y los enanos parecían dispuestos a
darles lo que querían. A partir de ese momento los huesos de mis
esqueletos comenzaron a volar por todas partes con cada golpe de los
imparables matadores enanos y los necrófagos, a pesar de su
velocidad, fueron incapaces de evitar la derrota. Al final recibimos
2 touchdowns y no fuimos capaces de anotar uno solo. Habrá que
replantear la estrategia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario