Llevo
ya veinte años en esto del rol. Puede que un poco más. Veinte años en los que
he jugado mucho, a muchos juegos distintos y con mucha gente diferente. Sería
muy difícil de resumir ahora mismo. El tiempo tiene la característica de que no
se percibe igual mirando hacia el pasado que hacia el futuro, pero a pesar de
eso no sabría por dónde empezar. Lo que sí tengo claro es que estos últimos
diez años, desde que me mudé, no han sido tan intensos, lógicamente, debido a
esas cosas del matrimonio y los hijos. La vida cambia, las personas
evolucionamos cual pokémon y nuestras prioridades cambian.
Pero
este último año ha sido diferente. Hace casi un año decidí comenzar una pequeña
campaña de Cthulhutech con un grupo de jugadores “nuevos”, y nada más empezar
supe que había cometido un error. Mi disponibilidad para jugar era muy inferior
a mis ganas de hacerlo y ello me causaba cierta frustración y desasosiego. Además, soy de obsesión fácil y mi inquietud
llegó más allá del juego y se centró en mis jugadores “¿Qué estarán haciendo
ahora? ¿Acudirán a mi próxima llamada? ¿Me odiarán en secreto por algo que he
hecho o dicho y ya no les volveré a ver el pelo?” Y tales pensamientos
generaban malestar y el malestar ansiedad y todo ello derivó en una especie de
tormenta emocional más propia de un adolescente atormentado por no pillar cacho
que de un camionero peludo con media vida a sus espaldas.
Pero
como dijo aquél, “nunca llueve eternamente” y la tormenta pasó. Hace un par de
días terminamos la campaña y me sentí como si me quitaran una pesada losa de
encima. Mis jugadores acudieron raudos cuando les convoqué; el juego discurrió
con normalidad, y pude guardarlo de nuevo en la estantería con ese agradable
pensamiento de “éste lo he jugado”. Y ahora, con la nueva perspectiva que me
otorga el trabajo bien hecho, puedo concluir que sí ha merecido la pena. Bueno,
y que soy un gilipollas también, pero me quedo con lo de que ha valido la pena.
Y es
que a veces, verse rodeado de gente con la que compartes algo es más importante
que el juego en sí.
Y
salirse por la tangente y hablar de otras cosas es más entretenido que seguir
el hilo de la aventura.
Y
reírse de cualquier tontería dicha o hecha es mejor que interpretar bien a tu
personaje.
Y comer
panchitos, generalmente, sabe mejor que tirar dados.
Y a
veces el rol es lo secundario.
¡Maestro! Otra gran entrada, directamente escrita desde el corazón de esta afición. Y es que una persona con 20 años de rol a sus espaldas, tiene que notarse cuando escribe.
ResponderEliminarQué razón tienes. Ánimo y a seguir en la brecha. ¿A qué juego va a ser la próxima?
Pues no sé a qué juego va a ser la próxima, ni siquiera si habrá próxima... Quiero seguir jugando y dirigiendo pero más esporádicamente. Nada de campañas ni cosas serias. Estoy ya viejo para eso.
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