El cómo
el cuándo y el quién
The
Forgotten Terror es una aventura para Ravenloft del año 1977 y escrita por el
conocido ya por estos lares William W. Connors, situada en un dominio nuevo y
extraño llamado Aggarath y diseñada para personajes de niveles 10 a 12. Y hasta aquí todo
normal. Lo extraordinario de la misma es que aunque puede jugarse por si sola,
este módulo es la continuación de otro, publicado ese mismo año y llamado
Castle Spuzzler, escrito por Doug Steward y ambientado en los Reinos Olvidados.
Y ahora os estaréis estirando del cabello mientras gritáis eso de “Oh, dios mío,
que está pasando aquí” pero tranquilos que yo os lo aclaro en seguida, porque
no estamos ante nada más que un crossover entre mundos, algo para lo que
Ravenloft está más que preparado.
El
argumento
No voy
a explayarme pues el primer módulo me lohe leído por encima y el segundo lo
dirigí hace cientos de años, pero básicamente la acción comienza en la zona de
Amn, donde se alza el castillo Spulzeer, cuya familia residente es víctima de
una poderosa y terrible maldición. Los personajes deberán adentrarse en el
castillo y también en la historia familiar para tratar de resolver el misterio
y quizás liberar a Chardat Spulzeer, la pieza clave en tal hazaña. Pero… Una
vez concluida la misión (y si el dm así lo desea), éstos quedarán atrapados en
su mente, la cual se ha ido de viaje a Ravenloft, con lo que tendrán que ir
explorando las distintas facetas de su personalidad para tratar de escapar de
esa prisión dentro de otra prisión.
Contenidos
Ninguno
de los dos libros contiene mapitas de esos que tanto me gustan ni cubiertas sin
grapa que también me molan, pero no les hace demasiada falta realmente. Tanto
el castillo Spulzeer de la primera parte como el interior de la mente de
Chardat (representada por un d12) se encuentran perfectamente detalladas y poco
más nos hace falta parta jugar.
Personalmente…
Recuerdo que no me dejó muy buen sabor de boca la segunda parte de la historia,
aunque quizás jugada junto con la primera, la cosa cambie. ¿Alguien se atreve a
intentarlo?
¿Una mazmorra mental? ¡Suena bien!
ResponderEliminarY además en un dado de doce caras, que son los mejores.
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