Hace poco estuve pensando sobre los blogs, la gente que los escribe y la gente que los lee. Todo esto está muy bien por eso de la expresión, la información y el compartir ideas, experiencias y otras cosas biensonantes. Pero pensandolo friamente, es todo un poco triste al final. O sea, un tio (pongamosle yo) cuenta sus miserias que no le importan a nadie y otra gente (pongamosle vosotros) las leen y hasta publican comentarios varios.
Y entonces pensé: "¿Hay algo mas cutre que un tio de 30 y tantos explicando sus cosas?" Pues si: Un tio de 30 y tantos explicando cosas que le pasaron cuando tenía 5. Y así, en mi afán de superación constante decidí comenzar mis Cronicas de parvulario. Para cagarse es ya esto.
Tendría pocos años en esa época y recuerdo que era nuevo en el parvulario. No se que nos enseñaban pero allí los niños ibamos por la hora del recreo, donde podiamos jugar, relacionarnos y ser niños al fin y al cabo. El patio era grande (o al menos proporcionalmente grande para lo que eramos nosotros) y aunque no lo recuerdo con exactitud, sé que en uno d elos laterales, cerca de uno de los muros crecían varios árboles. Chopos supongo pero qué mas dá.
En esa zona arbolada no jugaba nadie porque estaba ocupada por un grupo permanente de niños a los que llamabamos "La patrulla de José Tomás". No me pregunteis el porqué del nombre; Yo no lo inventé. La cuestión es que eran un grupo temible que no dejaban que nadie se acercara a su zona y respondían a cualquier intrusión con violencia. Asi eran las cosas y así las asumiamos en esos tiempos, asi que no teníamos demasiados problemas con eso.
Pero un buen dia todo cambió. Por algún motivo salimos antes al patio y nos encontramos con la zona prohibida desocupada y el grupo al que yo pertenecía (que no teníamos suficiente glamur como para tener un nombre) decidimos ir a jugar a territorio vetado hasta el momento. Y descubrimos que el sitio no era para tanto: El suelo estaba lleno de hojas húmedas, los troncos estaban pegajosos y el muro frío; Además, estabamos lejos de todas partes. Y nos habríamos ido sin mas de no ser que "La patrulla de José Tomás" salió en busca de su rincón y nos encontró allí. Nos miraron, les miramos y aquello s econvirtió en una cuestión de honor.
En pocos segundos comenzó una batalla de gravilla. Yo la recuerdo como algo épico, con puñados de piedrecitas lloviendo del cielo y yo esquivandolas con agilidad felina mientras devolvía los ataques con precisión. Supongo que desde fuera se verían una docena de niños pataleando y lanzandose gravilla a cinco metros los unos de los otros. La cuestión es que ibamos ganando: Los árboles ofrecían cobertura y nuestros proyectiles húmedos eran mas efectivos que los suyos. Y así la batalla siguió hasta que sonó el timbre y regresamos a clase con el orgullo de los vencedores.
El dia siguiente salimos tan contentos creyedonos los dueños del lugar, pero La patrulla de José Tomás ya estaba allí. Entonces comenzó el asedio. Debíamos reconquistar el bastión, pero José Tomás se mostró como un líder implacable que no cedió ni un centímetro de terreno y cuando sonó el timbre esabamos en el mismo sitio y con el pelo lleno de piedrecitas mojadas. Los niños fueron entrando a clase y nosotros, haciendo alarde de cobardía, corrimos al ya vacío rincón a fingir que habíamos ganado. Por culpa de eso llegamos tarde y nos castigaron.
Desde entonces, la Patrulla de José Tomás siguió en su sitio y nosotros en el nuestro, que era mejor y más grande pero nos dejaba un amargo sabor a derrota en la boca.
Crecimos, salimos del parvulario para ir al colegio y los años pasaron. Y hace poco, paseando por el pueblo me crucé con José Tomás; Le vi viejo, gordo y algo cansado; Me saludó con el ligero movimiento de ceja con el que se saluda a los viejos compañeros de EGB y yo hice lo mismo. Mientras se alejaba le di un último vistazo y pensé: "Ahora le ganaría".
No se si ho sas pero Jose Tomás es mosso d'escuadra i te fotra tancat si llig aixo. Jujujuju!!
ResponderEliminar¿Que dius ara? O sigue que finalment ha aconseguit tindre una patrulla de veritat... Les coses de la vida. De totes maneres, sempre lo puc chafar en lo camion si un dia me dona l'alto.
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