Hallábame yo no hace mucho en un conocido centro comercial, cuando en mi errático vagar me encontré en la zona de cultura, donde un grupo de bellas muchachas miraban de reojo la sección de libros en inglés y decían cosas tales como "a ver quén se va a comprar uno de aquí" o "como no venga un guiri no van a vender ni uno". Y entonces yo, dejandome llevar por mis genes de macho alfa tremendamente frustrado, decidí acercarme con paso seguro, agarrar uno de esos libros escritos en la lengua de Checspir (o como se escriba) y comenzar a hojearlo (u ojearlo, pues creo que valen las dos, según si uno se refiere a las hojas o a los ojos) mientras ellas me miraban admiradas. "Será extramjero" dijo una y yo, para reafirmarme, comencé a pensar en voz alta; primero en castellano, luego en catalán y finalmente en un idioma basado en toses y eruptos que improvisé en el momento, todo ello sin dejar de leer la contraportada de ese libro al azar. Ellas flipaban, como es natural y una de ellas daba saltitos emocionada mientras decía "oh mirad, es tetralingüe". "Tetalingüe es lo que soy", pensé al ver sus pechos rebotando dentro de su apretada camiseta. Pero total, que al final me metí tanto en el papel, que cuando quise darme cuenta ya lo había pagado y estaba camino a casa con el libro en mis manos. ¿Y que libro era? Pues éste:
Pero lo importante de todo esto no es el cómo lo compré. Lo importante es que una vez en mi casa, comencé a leerlo y... lo entendía. Pero no eso de pillar alguna cosa suelta e ir avanzando a golpe de diccionario, no. El inglés hablado se me da como el culo, pero mi nivel de comprensión escrita es mucho mayor de lo que pensaba. Por lo visto, todos esos años pasados traduciendo canciones de los Guns N' Roses y dirigiendo modulos de Ravenloft de importación, sirvieron para algo. Joder, que orgullosa estaría mi abuelita si pudiese verme...
Y resumiendo: Esoy leyendo este Space Wasters, una historia de ciencia ficción (ficción científica, a ver si hablamos con propiedad) protagonizada por Wayne, un jóven nacido en los años 20 que fué crionizado a los veintipocos y despertado en un lejano futuro; Kiru, una mujer enigmatica y con un oscuro pasado capaz de enamorar a cualquiera que se cruce en su camino; y el extraño Jay, un señor algo mayor que se decide a ayudar a ambos cuando por un motivo no especificado son separados mientras disfrutaban de su luna de miel en un planeta lejano. A partir de ahí, y narrao con un peculiar sentido del humor, se cuentan varias historias en paralelo: La de Wayne, Kiru y la curiosas historia (en flashback) de Jay, mientras los primeros recorren planetas tratando de reencontrarse.
Resumiendo la experiencia y a modo de conclusión final: Hay veces en las que merece la pena ir a los centros comerciales solo para ver chicas, y dejarse llevar por ese lóbulo cerebral que nos hace comportarnos como chimpancés en celo. Ya lo sabéis
Esta entrada me ha dejado con ganas de acercarme a una sección de literatura extranjera (término no demasiado exacto porque a veces te encuentras libros por ejemplo españoles traducidos al inglés). Pero lo único que conseguiría es aumentar la pila de libros sin leer de mi casa. El libro parece interesante. Si aumentan sus ventas, en gran parte será responsabilidad tuya. Un saludo
ResponderEliminarEstoy terminandolo ya y debo reconocer que es de lo mejor que he leído en mucho tiempo. Haría una reseña en condiciones pero no, no la haré.
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