Nota previa: Para saber de qué va esto, hay que leer ésta entrada.
Está el mar como para ir a pescar sardinas. |
Turno9:
El
principal objetivo de Silas en este momento es el de salir del continente
americano y regresar a Australia, para intentar cerrar el portal y desde allí
resolver el primero de los misterios, así que se enrola junto con sus
compañeros en un barco, y parte desde Buenos Aires (infestado de bichos
chungos). Durante el viaje charla con el capitán y descubre que éste ha vivido
alguna experiencia relacionada con los mitos en Asia (pista al canto, pero
demasiado lejos). Y mientras tanto, aparece un Cthonian a través de un portal
en Arkham y un Gul en Sidney, lo que hace que cerrar el portal no vaya a ser
tan sencillo.
Turno
10
Aprovechando
las últimas horas de navegación, Silas y los suyos descansan (a tope de vida y
cordura) y desembarcan en Sidney. Una vez allí deben enfrentarse con el gul que
merodea en las inmediaciones del portal a cerrar y, sinceramente, después de
darse bofetadas con un retoño y un dios-araña, el gul a Silas le sabe a poco y
lo despacha en un santiamén. El fin del mundo está cerca; la influencia de
Cthulhu atenaza la mente de nuestro héroe, un nuevo portal se abre en Tokyo,
pero… ¿Y lo bien que sienta ver a un enemigo derrotado?
Turno11
La
mente de Silas se resquebraja lentamente, por lo que el descanso es algo
esencial. Y en sentirse mejor, se embarca en la peligrosa misión de cerrar el
portal de Sidney.
Una vez
cruzado el desgarro en la realidad, Silas se encuentra en Yuggoth, en el otro
extremo del sistema solar; allí descubre unas extrañas pirámides verdes las
cuales los Mi-go (también conocidos como hongos de Yuggoth) rehúyen con temor.
Pero Silas ya ha llegado demasiado lejos como para volver sobre sus pasos y
penetra en las extrañas construcciones, hallando un poderoso objeto arcano (La
flauta de los dioses extraños) y también el modo de cerrar el portal.
Cuando
regresa triunfante a la Tierra, descubre que su acción ha repercutido en la
realidad y dos portales más se han cerrado en otros puntos del globo. Una
pequeña victoria que le da fuerzas para embarcar de nuevo y tratar de resolver
el primero de los misterios.
Turno
12
Después
de reclutar a un puñado de matones a sueldo y embarcarlos con la sana intención
de usarlos como carnaza para los profundos, Silas y los suyos zarpan hacia mar
adentro, donde son interceptados por un ángel descarnado (el mismo que llevaba
varios turnos dando tumbos por el mapa). La lucha es larga y dura (mamá, me
pica la lucha), pero los de Silas ya tienen el culo pelado de matar bichos y
siguen adelante.
Por
desgracia para todos ellos, lo que encuentran al llegar a su destino supera con
mucho sus expectativas; el mar bulle con la actividad de cientos de seres más
allá de la comprensión de sus frágiles mentes; y así, mientras la tripulación
lucha desesperadamente o se quita directamente la vida, Silas rinde su voluntad
ante la ominosa llamada de Cthulhu y se arroja al mar, para unirse a las filas
de los que se había propuesto destruir.
Y fin.
Nota
póstuma: Hasta aquí las andanzas del bueno de Silas. Me da pena, pero no mucha. En primer lugar, debo decir que de todos los juegos con modo un
jugador que he probado, éste es sin duda el mejor. También comentar que uno de
los defectos que le atribuían en ciertas reseñas, que era el de resultar
demasiado fácil, no lo he visto por ninguna parte. En mi partida, Silas lo ha
tenido muy chungo desde el turno 1 y a pesar de pequeñas victorias y tiradas de
dados afortunadas, ha acabado la partida sin resolver ni un misterio, ni
realizar ninguna expedición, ni nada. Prepararé otra partida en el futuro para
poder contrastar, pero así de primeras, me parece imposible que un tipo solo
pueda abarcar en pocos turnos todo el mapa para evitar que el primigenio
resucite. En fin… Hasta aquí este “conato de Eldritch” con final agridulce.
Nota
póstuma a la nota póstuma: Esta misma tarde, para aprovechar que estaba el
tablero y las cartitas en la mesa, he empezado otra partida, cambiando a
Cthulhu por Yog- Sothoth y a Silas por una chamán (para probar eso de los
conjuros) y menudo cambio. En cinco turnos tenía los tres misterios resueltos y
al primigenio de vuelta a su dimensión ignota y deprimente sin necesidad de
apoyos, ni ayudantes ni nada... Asombrado me hallo. ¿Y qué conclusión podemos sacar de todo esto?
¿Qué los chamanes son mejores que los marineros? ¿Qué vale más conjuro en mano
que barquitos navegando? ¿Qué los caminos del señor son inescrutables? No.
Simplemente, que no hay que dejarse llevar por el primer tipo de pecho tatuado
con el que nos topemos. Y también que el factor suerte ahí está...
Lo que pasa con Silas, es que no ha sabido rodearse de gente adecuada. Pero ha sido más divertido leerlo de lo que esperaba.
ResponderEliminarPobre Silas.
Te agradezco la paciencia mostrada.
EliminarEste tipo de cosas son precisamente las que me hacen aborrecer los blogs.