martes, 12 de febrero de 2013

Spawn volumen 3 (y2)



El mundo está destruido y la madre de los dioses le da a Spawn la oportunidad de rehacerlo a su gusto con lo que él decide dejar las cosas como estaban antes de todo el rollo apocalíptico pero con una diferencia: Las puertas del cielo y el infierno permanecerán cerradas, para que el planeta tierra sea cosa de los humanos y ya está. ¿Cuál es el problema? Pues que si pasa esto la colección se acaba. Por ello resulta que al final no, las puertas no están del todo cerradas, siguen pasando cosas chungas y todo sigue más o menos igual.

Así que la historia sigue y el pobre guionista, necesitado de sacarle más jugo a un personaje ya reseco (en todos los sentidos) le da un giro al argumento presentándonos al “verdadero” Al Simmons que no era tan bueno como lo pintaron durante 140 números, sino que resultó ser un tirano, un fanático y un violento; Y en realidad eso de que lo que más quería en la vida  era tener un hijo no era verdad ya que había hecho abortar a su querida mujer (que no la quería tanto en realidad) a base de hostias y si, un giro sorprendente y decepcionante en el pasado de Spawn que no había por dónde cogerlo.
Pero eso no es todo. Entre número y número se nos presentan historias cortas sobre los antepasados de Spawn, su familia y cómo toda la historia de los Spawns está relacionada con un único objetivo. ¿Al Simmons? ¡NO! Su hija, ya que en realidad la mujer no había abortado sino que el bebé se salvó y se lo llevó el malo porque todo era una treta del demonio desde el principio. Y…esahijaeslamasmalaporquetienemucharabiaporquesuspadresnoledieronamoryahoraesun monstruaco QUE   LO      FLIPAS.

Total, que al final llega Todd McFarlane, creador del personaje y primer guionista de la serie y decide tomar las riendas porque ve que la cosa se le va de las manos. Y así termina la cosa: Con el personaje en manos de su creador decidido a terminar de una vez con todas con tanto rollo, tanto giro, tanto cambio y tanta… Mediocridad.
Solo me quedan dos tomos para terminar la serie (o por lo menos con lo publicado en España) y con ellos, terminar con estas crónicas que ya se hacen cansinas.

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