Creo
que ya he hablado alguna vez de cuando metí todos mis tebeos en una caja y fui
a venderlos por un precio miserable (a excepción de aquellos que significaban
más para mí, que se quedaron en mi casita) con tal de ganar espacio en mi casa
y quitarme un “peso” de encima. Todavía a día de hoy no tengo claro si fue un
acierto o un error, pero de vez en cuando recuerdo cosas que me hacen decantar
más por lo segundo. Y una de esas cosas son los primeros 10 números de Savage
Dragon.
Este
tebeo fue uno de los primeros que se publicó bajo el sello de Image Comics,
junto al más conocido Spawn de McFarlane, los Youngblood de Rob Liefeld o
Deathblow de Jim Lee, y es junto con Spawn, el único que sigue publicándose en
Estados Unidos a día de hoy. Creado por Erik Larsen cuando era un niño, sigue
dibujadndolo y guionizandolo él mismo.
The
Savage Dragon cuenta la historia de un tipo verde, hipermusculado y con una
curiosa aleta en la cabeza (había que diferenciarlo de Hulk de alguna manera),
que además era amnésico y con gran consciencia moral y social que decidía
unirse al cuerpo de policía para combatir a la organización criminal del
supervillano Overlord (estoy escribiendo de memoria, así que igual me bailan
los nombres) y sus supermatones. Como se puede apreciar, la fórmula era
sencilla a más no poder: Un superpolicía de fuerza casi ilimitada y capaz de
regenerar cualquier herida como si nada, luchando contra los muy malos que
siembran el terror en su ciudad.
Y sería
por esa simplicidad que no se convirtió en mi tebeo favorito y acabó en esa
caja de “todo por 10€” junto con muchos otros personajes, a pesar de que la
serie dio pié a una segunda colección paralela (un grupo de superhéroes
reclutados por el mismo Savage Dragon) y a algo que recordé hace poco e hizo
que me estirara de los pelos: Un número especial en el que The Savage Dragon se
encontraba con… ¡Las Tortugas Ninja! Un crossover cogido por los pelos pero
también muy divertido en el que compartían páginas para repartir estopa con la
excusa de que “los que somos verdes tenemos que ayudarnos”.
Y a
estas alturas no sé hasta qué número se publicó la serie en España, si los
números que me faltaban tendrían la calidad esperada, ni si habría merecido la
pena reservar un trozo de estantería para ella; solo sé que me apetecía releer
ese número con las tortugas y ya no puedo hacerlo.
Otro crossover, esta vez en la serie regular de Spawn |
No hay comentarios:
Publicar un comentario