miércoles, 11 de junio de 2014

Discos que me salen: Rage Against The Machine



Siempre que hablo de música saco a relucir el tema de la perspectiva que me dan los años a la hora de “aceptar” y “disfrutar” de nuevos sonidos que antes se me hacían imposibles de escuchar. Y éste es el caso de este “Rage Against The Machine”, primer álbum de la banda homónima.

Corría el año 94. Metallica todavía molaban con su disco negro y Nirvana se comía el mundo con su Nevermind cuando aparecieron estos chavales cabreados declarando a base de rap y tralla su rabia contra el sistema. En esa época “Killing in the name of…” y “Bullet in your head” sonaban en los locales más alternativos mientras yo, en el más oscuro de los rincones, menospreciaba todo lo mínimamente popular en defensa siempre del “Verdadero metal”. Pero eso fue en el 94, y ya ha llovido durante 20 años…

La semana pasada me encontré con ese CD en la estantería de ofertas de un conocido centro comercial que no voy a nombrar porque ya sabéis cómo es la gente que luego va por ahí diciendo “Oy, sabes… Capdemut compra en el Carrefúr…” e, impelido por algún impulso nostálgico me hice con él. Y lo escuché. Y lo disfruté por primera vez en mi vida.

No es que sea un discazo, pero tiene ese “algo” que lo hace especial; si uno cierra los ojos casi se puede imaginar a De la Rocha y sus colegas metidos en un garaje chillando y saltando mientras los padres de alguno de ellos les meten la bronca por armar tanto jaleo y ellos, rebotados, gritando y saltando todavía más alto.

Dicen que después la banda se echó a perder (no lo sé), que ganaron demasiada pasta (probablemente) y que perdieron esa rabia juvenil y salvaje (lógico); pero eso es otra historia que no me toca a mí contarla.

2 comentarios:

  1. Buenas,

    Pues este es otro disco (de entre los que has comentado en esta sección) que, de alguna forma, forman parte de mi historia también. ...

    Yo también estaba más en el bando del true metal y no solía oir estas cosas un poco más alternativas. Pero en la panda teníamos buenas relaciones con otra panda que oían cosas de estas y nos dejaron el disco. Y es que era tan bueno que nos tuvimos que rendir a la evidencia. Y rendidos, luego podíamos berrear el "a que me coma la pocha" del Killing in the name sin complejos en los garitos que frecuentabamos.

    Había muchas historias en torno al disco. Por ejemplo, que De la Rocha, cuando era niño, había tirado la tele de su casa por la ventana porque estaba harto de ver a sus padres abducidos por el cacharro.

    Pero a mi la que más me gusta es la siguiente: en el libreto del disco ponía que ningún efecto sonoro se había hecho con sintetizadores. Más adelante, Blind Guardian, en no recuerdo Qué disco, hicieron lo que creo que era una referencia diciendo "ningún teclado se usó en la grabación de este disco... que tocaramos nosotros". O algo asi. Cualquiera se creía lo contrario.

    En fin, un gran disco, y una gran sección. No dejes de seguir escribiendo sobre estos discos. Un saludo.

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  2. Me ha gustado mucho la palabra "panda", que supongo que haría referencia a "pandilla" y no al oso. Es como muy de ciudad.

    Y lo de los teclados solían ponerlo mucho los grupos que querían fardar de autenticidad y crudeza en sus grabaciones.

    Gracias por comentar y... Gracias por el comentario.

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