martes, 25 de junio de 2013



Mediocridad es cuando vas a crear un personaje, y en lugar de hacerte un mago o un guerrero, buscas un término medio que aúne ambas disciplinas para luego resultar ser un inútil en las dos que se lleva palos por todos lados.

martes, 18 de junio de 2013

La reliquia de los muertos de hierro (Tau VS Necrones)



En el centro de control de uno de los sectores bajo el control del etéreo Aun’Sep, un funcionario aburrido mira los radares mientras chatea con una tau que conoció el fin de semana pasado. De pronto, multitud de puntos verdes aparecen en el radar y sobresaltado, corta la conversación con la churri azul.
-Señor, debería ver esto.-Otro tau, con algo más de rango se acerca al monitor.
-Amplíelo. –Ordena, y el primero comienza a teclear códigos raros.
La imagen se vuelve nítida de repente y los dos tau se quedan de un pálido color azul cielo.
-¡Necrones! –Gritan al unísono y corren como desesperados a informar al comandante.
En la sala principal de comandancia, el mismo Aun’Sep observa la puerta. Como tiene podercillos psíquicos ya se teme que van a entrar a decirle algo malo, pero cuando los dos funcionarios sudados nombran al enemigo, le pilla por sorpresa.
-Vienen por la reliquia olvidada del sector K-pa’rra; Debí suponer que tener ese monolito verdoso allí en medio no traería nada bueno. La última vez que nos enfrentamos a esa raza maldita nos pasaron por encima como si nuestras tropas fuesen de papel. Pero esta vez será diferente; tenemos mejor tecnología y guerreros más preparados. Yo mismo dirigiré el ataque. Esos necrones no lograrán su objetivo.
Pero de haber sabido lo que iba a suceder, habría mandado a otro a dirigir la defensa.

Despliegue:
Era una batalla a 1500 pts, con el objetivo de capturar reliquia y con un despliegue por el lado estrecho del tablero, es decir, que no iba mal para mis Tau. Pero los necrones ganaron la iniciativa (cosa nada difícil por lo visto debido a una regla especial que tienen por ahí) y eso quitaba ventaja al asunto. Las tropas en ambos bandos eran escasas ya que ambos teníamos gentecilla en reserva y a pesar de las nubes y una ligera llovizna, la batalla comenzó bien.


El campo de batalla justo antes del ataque.


Los necrones llegan rápidamente a la reliquia
                                                                          Turno 1:
Al final resultó que la tormenta que se avecinaba no era algo natural, sino creada y controlada por el comandante necrón, un tal Imhotep, Señor de las Tormentas (no, si con ese nombre algo debería haberme olido) y al poco empiezan a caer rayos del cielo, llevándose por delante una de mis Pirañas. Las tropas enemigas avanzan y causan bajas entre las castas del fuego y los kroot, pero nada que no se pueda soportar.
El turno tau es estático, como es habitual y la única baja de importancia son dos espectros (de 3) que caen bajo el fuego de las carabinas de inducción. Mal rollo porque la distancia de asalto se acorta y de repartir guantazos, los necrones saben un rato.
Un piraña carbonizado por el impacto del rayo











 

                                                                          Turno2:
La tormenta continúa y el cabrón de Imhotep guía otro relámpago que se carga el otro piraña cual router de ordenador. El espectro superviviente carga sobre la unidad de castas del fuego y parece que ni el fuego defensivo ni la superioridad numérica les van a salvar el culo.
Llegan las reservas tau. Una unidad de kroot bien pertrechada, dos crisis y seis armaduras miméticas amenazan la retaguardia necrona donde está el comandante enemigo bien protegido por sus necroguardias. Hay bajas en casi todas las unidades, pero los muy cabroncetes resucitan y no acaba la cosa de ponerse bien.
Llegan los refuerzos, dispuestos a atacar por la espalda al enemigo.


                                                                              Turno3:
La tormenta amaina,  por fin, pero en su lugar aparece el monolito, justo en el centro de la zona de despliegue Tau y comienza a disparar en todas direcciones como si no hubiera mañana, causando bajas en prácticamente todas las unidades Tau y eliminando dos crisis. Mal vamos.
En el turno Tau las bajas necronas son numerosas entre los Necroguardias y los Guerreros necrones, pero entre que algunos de ellos se alzan de nuevo y que el monolito es prácticamente impermeable a mis disparos, la cosa pinta mal, mal.
La aparición del monolito sentencia el combate definitivamente.


                                                                            Turno4:
Utilizando su impía magia verdosa, el monolito transporta una unidad de guerreros directamente de la retaguardia al núcleo de la batalla y por si eso fuera poco, sigue disparando a diestro y siniestro, acabando entre otros, con el comandante Aun’Sep mismo.
Y entre que las armas tau no logran ni rascar la pintura del monolito y que la crisis y las miméticas de la retaguardia se han quedado vendidas con la desaparición de los guerreros, este turno está perdido, junto con la batalla.
La armaduras miméticas, haciendo cola para pillar un sitio con buenas vistas.


Turno5:
Los necrones se ceban en los tau que quedan en la zona de despliegue. El tanque, los kroot y las castas supervivientes también. Es hora de retirarse… o de morir como héroes.
El segundo al mando, un filoardiente, acaba con el último de los desolladores y resiste junto a la crisis. Las armaduras miméticas se lanzan al ataque contra Imhotek.
Los triunfales necrones, solos en el campo de batalla.


                                                                      Turno6: 
Hay hambre en el campo de batalla. Imhotek invoca el poder del báculo de no sé qué y pasa algo chungo y verdoso mientras los Tau supervivientes pegan sus últimos tiros y huyen mientras los necrones cargan con su reliquia y se la llevan.

Imhotep triunfal entre sus guardias y una crisis triste mirando desde atrás.


Reflexión final:
Los necrones son un ejército duro, actual y polivalente. Disparan bien, especialmente a los vehículos, llevan armaduras más que decentes y cuerpo a cuerpo sacuden a base de bien; además de que sus líderes tienen poderes chulos y la mayoría de guerreros tienen un 33% de resucitar al ser destruidos; y por si fuera poco el códex es bastante actual y el ejército al que me enfrenté no era ni mucho menos uno de esos preparados al milímetro para aplastar al enemigo. Mis tau, en cambio, son especialistas en el disparo (aunque son peores que los necrones) y a pesar de estar actualizados poco pueden hacer contra unos tíos tan duros y sobretodo contra el monolito al cual pocas armas pueden dañarle. ¿Se puede ganar? Claro, eso siempre, pero si me dicen de jugar otra vez les diré que me duele la cabeza y no puedo.