domingo, 11 de diciembre de 2016

Viaje al Oeste, el libraco.





Hace ya un buen puñado de años, cuando yo todavía era un joven que disponía con plenitud de su tiempo libre, leía mucho; más que ahora incluso, con lo que mis posibilidades eran tan amplias, que un día decidí tirarme a los clásicos. Y cuando digo “tirarme” no me refiero a tener relaciones sexuales con grandes escritores ya fallecidos, sino a leer sus libros. Recuerdo que disfruté de Cien años de soledad de García Marquez creo, porque lo digo de memorieta y no tengo ganas de mirar el google, que me va muy  lento, me deleité con la primera parte del Quijote de Cervantes (éste lo sé seguro), no tanto con la segunda que me pareció un montón de guano y finalmente decidí atacar uno de los grandes clásicos entre los clásicos: Viaje al oeste, de autor anónimo.

Quizás con este título os suene a western, pero nada más alejado de la realidad. Viaje al oeste, más conocido como “Las aventuras del rey Mono” es una de las grandes obras chinas que han inspirado a tantísimos autores durante siglos, entre los que se cuenta Akira Toriyama, que se inspiró en esta obra para crear Dragonball, otra obra maestra nunca jamás superada por nada ni por nadie y quien diga lo contrario será retado a un duelo de kamehames en el patio trasero de mi casa. Pero no voy a irme por las ramas. Quiero hablar de este  libro, de sus virtudes y defectos y también de otras obras a las que ha servido como fuente de inspiración.

Lo primero que nos encontramos cuando estamos delante de este libro, es un tochaco de más de dos mil páginas impreso en papel de fumar y escrito con letra microscópica. Desconozco cuantas ediciones se habrán hecho del mismo, pero la mía es así. Puede que a los lectores de esas cosas de fuegos y hielos no os impresione, pero os aseguro que la forma en la que está escrito lo hace más denso que la caca de Mordisquitos.

La particular version de Manara.
El libro empieza con la historia del Rey Mono, un ser tan poderoso que se atrevió a subir al cielo y borrar a los monos del libro de los mortales para garantizarles la inmortalidad y que por su osadía fue juzgado, causando una importante destroza en el proceso y condenado a pasar la eternidad enterrado bajo una montaña de piedras. La imagen del Rey Mono, también llamado Sun Wu Kung (sí, fonéticamente suena a Son Go Ku) volando sobre las nubes y armado con un bastón capaz de cambiar de tamaño, recuerda a nuestro héroe favorito buscador de bolas de dragón, pero las similitudes acaban ahí, ya que Sun Wu Kung es rebelde, violento y no duda en hacer promesas falsas para salirse con la suya.

Después de esta introducción, comienza la historia de Tripitaka Tang, un monje que es enviado al Oeste (se supone que empieza en el Este) a conseguir unos pergaminos de un templo. Como el viaje es demasiado peligroso para él y su séquito, los dioses le dan permiso para rescatar al Rey Mono de su cautiverio para que le haga de escolta, pero éste, al sentirse libre por fin, no duda en intentar matar al monje para huir; por suerte el monje puede invocar unas palabras mágicas para darle dolor de barriga (¿Os suena?), y con eso salva el pellejo una y otra vez. Después se hace con dos aliados más los cuales buscan redención, que son Chu Ba Chie, una especie de cerdo armado con un rastrillo (véase Oolong) y Bonzo Sha, una especie de tiparraco grande y melenudo (la inspiración de Yamcha) y es ahí donde empieza “lo bueno”.

A partir de ese punto cada capítulo del libro cuenta una aventura del cuarteto en dirección Oeste. El problema es que todas estas historias eran contadas de forma oral en la antigüedad, antes de que a alguien se le ocurriera escribirlas y publicarlas, con lo que nos encontramos que cada capítulo contiene un resumen de lo sucedido hasta el momento y cuando llevamos ya cincuenta capítulos estamos ya de la historia del Rey Mono y de cómo se encontró con el monje, hasta los mismísimos. Por otro lado, todos los capítulos suelen ser muy parecidos, al tratarse de cómo una criatura sobrenatural (generalmente una mascota transformada) secuestra a Tripitaka para zampárselo y tras el intento fallido de Chu Ba Chie y  Bonzo Sha por salvarle, acaba siendo el Rey Mono quien logra la proeza. Y aunque hay algunas historias interesantes por el medio y mucho proverbio chino, la cosa se hace aburrida  ya a partir de la página mil.

¿Pero estoy diciendo con esto que es un mal libro? Para nada. Viaje al Oeste es, para mí una obra fundamental para entender otras obras fundamentales e incluso los orígenes mismos de la literatura. No es fácil de leer ciertamente, pero esto no le resta valor. Además, el hecho de que los protagonistas sean capaces de transformarse en lo que quieran, volar por encima de las nubes y posean una fuerza más allá de lo humanamente comprensible hace que la sucesión de retos con los que se encuentran tengan proporciones cuanto menos épicas, sin contar con el final que cuenta un enfrentamiento del Rey Mono contra el mismo Buda. Y hasta aquí puedo leer.

Pero por si os da pereza haceros con el libro, podréis encontrar varias películas basadas en él, así como una serie de dibujos animados que no recuerdo el nombre pero sí que se emitió en Canal 9 hace un porrón de años que son bastante fieles al original. Además, existe un juego de rol llamado “Monkey” nunca traducido al español que nos permite encarnar a esas criaturas divinas para ir en busca de la iluminación. Así que no tenéis excusa para no conocer esta magnífica historia e iluminaros, que es al fin y al cabo, lo que buscamos todos los seres humanos aunque todavía no lo sepamos.

6 comentarios:

  1. Muy D&D eso de acabar peleando con Buda; seguro que Gygax lo había leído...

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    1. Cierto. Pero él habría puesto un dragonaco anciano o algo así.

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    2. Ainch, el viejo Gygax y sus manías... ;P

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  2. He visto una película china sobre esta historia, con un montón de efectos especiales. Me gustó. Aunque el personaje del Rey Mono resultaba entre gracioso e irritante.

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    1. la película "el reino prohibido", https://youtu.be/HjpO2hM6ZXA, con jet li, como rey mono, seguro que se basa en esta historia, pero hay dos películas con el título de "el rey mono", más recientes, que deben ser más fieles a esta historia, pero no las he podido ver.

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    2. Hay varias peliculas, tres de ellas con algo de presupuesto frente a muchas otras chinadas insufribles.
      Y es normal que el rey mono resulte irritante. De hecho, es una de sus características principales.

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