lunes, 30 de enero de 2012

Pulpos en el desierto (Chicas en el rol)

En los años noventa las cosas no eran como ahora; En esos tiempos encontrar una chica en una tienda de cómics era algo raro de cojones y verla sentada en una mesa de juego, a no ser que fuera la novia de alguien, una anécdota a recordar. Como es el caso que voy a contar.

En esos días oscuros, el jugar a rol no significaba nada; Términos y etiquetas como “friki” no existían y era fácil convencer a cualquiera para venir a jugar. Que regresaran a repetir ya era algo más difícil. La primera vez que convencimos a una amiga para venir recuerdo pasarnos toda la tarde creando las hojas de personaje del Cyberpunk, con un master que nunca antes lo había hecho y la cosa fue aburrida hasta para los que estábamos allí por voluntad propia. La chavala nunca volvió.

La segunda vez fue mas impactante. Una chica apareció de repente, asegurando que le gustaba el rol, que quería dirigir y que antes quería aprender a jugar observándonos. ¡Una tía observándonos! Aquello era altamente irregular, como ver a una hembra interesarse por el fútbol, el básquet o eso de los cochecitos que se persiguen. Pero no pensamos en nada, solo en su escote. Y es que la muchacha estaba muy bien, y además de su apariencia física, tenía el valor añadido de estar allí, con nosotros, y eso para unos chavales a los que las chicas cambiaban de acera al vernos llegar era toda una maravilla.

No recuerdo las partidas que jugamos, o los juegos, ni siquiera quienes éramos, pero si recuerdo que ella estaba en un extremo de la mesa y cada vez que se estiraba sobre la mesa para alcanzar un dado, se oían golpecitos debajo de la mesa (penes adolescentes en erección) y que cuando nos miraba y sonreía, nos temblaba el pulso y nos sudaban las manos. Un buen día dejó de venir; Nos dolió pero lo esperábamos en el fondo. No estábamos preparados para eso y sinceramente, no disfrutábamos del juego del mismo modo cuando estaba ella. Así que desapareció y nosotros seguimos con nuestras partidas de siempre. Lo único que nos quedó de ella fue un bonito recuerdo y unas cuantas hojas de personaje escritas con muy mala letra con anotaciones ininteligibles en la parte de atrás.

sábado, 14 de enero de 2012

El rol que vino de Japón (Videojuegos pt.5)


Aunque los videojuegos roleros comenzaban a surgir como setas por todas partes, fueron los Japoneses los que cogieron el estandarte y sacaron los títulos más numerosos. Sagas como el Suikodden, el DragonQuest, Breath of FIRE, Chorno Trigger, las secuelas del Zelda o los ya míticos Final Fantasy.
Los lanzamientos comenzaron en la Nintendo, siendo el Zelda y el DragonQuest los mas famosos y continuaron en la SuperNintendo con más Zeldas, Suikoddens, y otros muchísimos títulos como el Secret of Evermore que yo lo tenía en una edición gigante con caja de cartón, mapas y otras cosillas. Con poca presencia en ordenadores más allá de títulos como Grandia, los lanzamientos siguieron en la Playstation con un número incalculable de títulos, entre ellos el Final Fantasy 7 que encendería la mecha de muchos otros más.
La temática de estos juegos, a pesar de su variedad, solía ser muy similar: Un héroe casual con un pasado trágico, (padres muertos, adopción por parte de un tío, orfanatos y en el extremo, solo un código de barras en el culo como señal de su origen), que se veía involucrado en alguna trama que le llevaría a impedir la destrucción de medio mundo. Para conseguirlo se vería rodeado de valiosos aliados, equipo en progresiva mejora y subidas de nivel.
En cuanto al tema gráfico también todos ellos tenían puntos en común: Estética manga/anime, escenarios simples y grandes cinemáticas al final de los capítulos o en los conjuros/ habilidades/ invocaciones más importantes. Recuerdo un juego de la Play (legend of Dragoons o algo así) en el que me daba tiempo de ir a la cocina, beber algo y volver durante el tiempo que duraba cada poder.
Hasta aquí estaba todo bastante bien, pero en la jugabilidad residía el problema que me llevaba a abandonarlos cual perro en gasolinera. Encuentros aleatorios, combate por turnos e historia demasiado lineal no eran elementos de mi agrado y alejaban bastante a estos juegos del rol de mesa que tanto adoraba.