Gilby Clarke
creció siendo un chaval aficionado a la guitarra que un buen día,
sin comerlo ni beberlo debido a que hasta el momento sólo había
participado en proyectos menores, se vio metido en una d e las bandas
más grandes de la década de los noventa: Guns N’ Roses.
Por aquél
entonces los Guns se vieron sumidos en la compleja grabación de su
doble álbum “Use your illusion” y a las puertas de una
mastodóntica gira con varios problemas en el seno del grupo, el
bueno de Izzy Stradlin, guitarrista rítmico de la banda, decidió
largarse sin decir ni adiós. Como solución in extremis contrataron
a Clarke para sustituirle y allí estaba él, aprendiéndose el
repertorio para encarar la gira.
Por lo visto
aquello fue una locura de drogas, sexo y desmadre a la que Gilby se
sumió como uno más de la banda, aunque no todo el mundo lo vio así.
El guitarrista tuvo que afirmar en una entrevista que le tocaba los
wyverns cada vez que un fan se dirigía a él como “Izzy” y que a
la hora de firmar autógrafos era el último, al igual que pasaba con
las chicas que metían en los camerinos. Pero a pesar de vivir a la
sombra del anterior guitarrista, Gilby estaba contento pues tenía un
contrato que le convertiría en el guitarra de los Guns N’ Roses
para el siguiente disco, donde podría componer algún tema y
afianzar así su posición en la banda. Pero eso nunca pasó.
Después de la
extensa gira, la banda se tomó un descanso que algunos de sus
miembros aprovecharía para grabar discos en solitario. Duff sacó el
personal “Believe in Me” y Slash el bluesero “It’s five
o’clock somewhere”, contando ambos con la colaboración de Gilby
en las guitarras. Después llegó el turno a la banda madre que
decidió, en lugar de sacar un disco con temas propios, hacer un
disco de versiones. Parecía que la huella de Gilby en la banda
debería esperar un poco más… Hasta que al año siguiente debutó
en solitario.
“Pawnshop
guitars” se llamaba el disco que Gilby sacó en 1994 y que contaba,
además de con un puñado de buenos temas de rock ligero, con la
colaboración de Axl Rose (vocalista y líder de los Guns N’Roses)
que hasta el momento se había negado a colaborar con ninguno de sus
compañeros e incluso había rechazado solicitudes de colaboración
con grandes del mundillo como Alice Cooper. Tanto la prensa
especializada como los seguidores de la banda interpretaron ese acto
como un lazo estrecho entre ambos y vaticinaron un futuro prometedor
para Gilby como miembro de Guns N’Roses. Nada más lejos de la
realidad. Ese mismo año Axl Rose lo expulsó de la banda sin una
explicación aparente.
El pobre Gilby
Clarke se vio de pronto en la calle, con una carrera en solitario que
no acababa de funcionar y con una fama que se desintegraba a cada día
que pasaba como espuma bajo el sol. Pero como buen músico siguió
trabajando. Sacó varios discos en solitario, colaboró con algunas
bandas en incluso estuvo metido en el proyecto de supergrupo “Rock
star supernova” pero ni con esas. Al final Gilby Clarke ha quedado
para la historia como un músico secundario a pesar de su talento,
como el eterno sustituto, el que tuvo un golpe de suerte y ganó más
dinero que cualquier músico de estudio pero al final nada, todo
igual que siempre. Es por eso que lo meto en el saco de personajes
mediocres. Larga vida a Gilby Clarke.
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