miércoles, 30 de enero de 2013

Redención









Uno de los últimos juegos de rol que quedan todavía sin comentar en mi estantería es éste, de origen español y no tan antiguo REDENCIÓN, un juego de ambientación futurista que se basa en teorías de alienígenas que poblaron al tierra hace milenios y que trata temas como la manipulación genética, conspiraciones políticas y terrorismo. Pero vamos al grano.

Redención apareció hace unos diez años de la mano de Edge Entertainment en su típico formato tapa blanda e ilustraciones en blanco y negro. El libro (300 y pico páginas), comienza detallando la ambientación del mismo, lo que en mi opinión es lo mejor del mismo. Resumiendo: Tras una devastadora tercera guerra mundial, la humanidad recapacita y unen fuerzas para mejorar el mundo y avanzar en la carrera espacial; Para ello diseñan unos artilugios en plan “Stargate” con los que pueden alcanzar y colonizar otros sistemas solares, además de “terraformar” marte y crear estaciones espaciales varias. Todo e smuy bonito hasta que se topan con los Ki-Engir, unos extraterrestres en apuros que parecen relacionados de algún modo con la antigua cultura sumeria (aunque ellos dicen que no, que todo es casualidad). Los Ki-Engir les cuentan a los humanos que otros extraterrestres, más malos que la tiña llamados “Hijos de Ra” (si, rollo egipcio), los buscan para aniquilarlos y los humanos deciden ayudarles. Cuando los Hijos de Ra llegan, el planeta tierra se ha convertido en una especie de “Estrella de la Muerte” gracias  a la tecnología militar revelada por los Ki-Engir. Pero ni así. Los Hijos de Ra arrasan el planeta, dejándolo completamente incomunicado y en el proceso, los portales espaciales son destruidos, perdiéndose el contacto con las colonias en Próxima Centauri. Los extraterrestres se largan, dejando a la humanidad pendiente de un hilo, hasta que se forma el Comité de Emergencia Terrano, que toma el control de la situación y salva la raza… por ahora. En estos momentos, solo en la estación espacial Redención, Luna y Marte se vive de forma más o menos normal; Nada se sabe de los de Centauri y la tierra es un lugar inhóspito donde los supervivientes se supone que están creando sus propias sociedades y facciones al margen de lo que fue en su día la civilización. Pero por si fuera poco, grupos de rebeldes y terroristas pretenden acabar con el sistema para renovar la política terrana de una vez.

Tal ambientación (que he resumido mucho muchísimo) es el punto fuerte del juego ya que nos permite enfocar la acción de muchas formas: Los personajes pueden ser agentes del gobierno luchando por la estabilidad social, exploradores espaciales o cazatesoros dispuestos  a explorar el viejo planeta tierra en busca de los secretos y misterios que guarda.

En cuanto al reglamento tengo otra opinión. Podemos elegir varias “razas” (terrano, marciano, selenita o GEN) y a partir de allí funciona con un complejo (por lo menos para mí que no soy muy de matemáticas) sistema de puntos que puede llevar al grupo de jugadores a impacientarse y crear personajes casi idénticos. Sé que es una opinión subjetiva, pero a pesar de que traté de tomarme mi tiempo para buscar matices que diferenciaran a cada personaje cuando cree media docena de ellos para una partida, acabé dejando las diferencias en el equipo más que en las habilidades. Pero por si acaso, también se nos proporciona un sistema de conversión al D20 moderno, cosa que sintiéndolo mucho tampoco me gusta. En cuanto a la mecánica del juego no está mal, aunque temas como la iniciativa ralentizan muchísimo el juego. Supongo que a base de jugar estos problemas se van solucionando, pero en mi caso no ha habido tiempo para ello.

El libro también incluye uno de esos apéndices para el director con información privilegiada que enriquece la ambientación y un escueto bestiario y descripción de razas alienígenas. Como colofón final, una interesante partida con cuenta atrás incluida, con personajes pregenerados (agentes especiales del gobierno), para comenzar con la acción lo antes posible.

En conclusión: Un buen juego pero que acaba siendo más apropiado para la lectura que para el juego en sí. Yo lo probé y la experiencia fue positiva aunque, como pasa en todos los juegos, necesitaba de suplementos y aventurillas para mantenerse con vida y la buena gente de EDGE, después de sacar el libro básico y la pantalla decidieron que las ventas no merecían la aparición de ampliaciones y allí quedó la cosa.

jueves, 24 de enero de 2013

Sam & Twitch




Sam (el comedonuts bonachón) y Twitch (el pequeñajo serio), eran policías buenos que aparecían en la serie regular de Spawn aportando un punto de vista policíaco y racional a los hechos que sucedían en la serie. Por lo visto no solo gustaron a los lectores sino al propio autor que fue dándoles más y más protagonismo a medida que avanzaba la historia, haciéndoles colaborar con el protagonista y convirtiéndose en piezas clave de la trama principal. Pero el ambiente demoníaco y sobrenatural no acompañaba a los dos detectives, así que se tomó la decisión de otorgarles una serie propia en la que pudiese “sacar el jugo” a los dos personajes.

Sam y Twitch se presentó como un comic oscuro, sombrío, lleno de callejones humeantes y textos complejos apoyados por un dibujo en ocasiones mínimo donde se relataba como los dos policías se enfrentaban a casos extraños, con toques sobrenaturales pero con un fondo realista de crimen y justicia. Su primera saga, llamada “Udaku” fue muy aplaudida en España y en ella hacía un cameo el propio Spawn en el que se dejaba claro que ese no iba a ser un tebeo de superhéroes al uso. Por desgracia y a pesar de la buena acogida de la misma, al final solo llegaron a publicarse veinte números que actualmente están recogidos en dos tomos recopilatorios.

Esta página, que me he tomado la licencia de escanear para disfrute del mundo, representa la distanciación entre la serie y la colección principal protagonizada por Spawn.



A nivel personal, debo reconocer que comencé a comprar la serie por amor al personaje de Spawn y la abandoné al terminar la primera saga (Nº8) viendo que eso no era lo que yo buscaba tanto a nivel argumental (un poco complejo para un chaval que solo puede pensar en tetas) como por el dibujo poco convencional. Afortunadamente he podido completarla, releerla y disfrutarla como se merece, ahora que soy un señor mayor.

sábado, 19 de enero de 2013

De rol y vómito



(Nota: Esta entrada está publicada en ambos blogs. Si, a veces lo hago.)

Allá por los años 90 (mediados), solíamos jugar a rol sin descanso, como si no tuviésemos nada mejor que hacer (de hecho no lo teníamos), y nuestro grupo, aunque pequeño, era sólido y constante. Esa tarde habíamos quedado para jugar una partida que ya no recuerdo, pero uno de los jugadores, CR, no había llegado aún. Le esperamos un rato, ansiosos por comenzar, pero viendo que no aparecía, fuimos a buscarle a su casa.

Por aquel entonces las comunicaciones no eran como ahora que todo el mundo tiene móvil, blutut i uasap; Antes teníamos que caminar, llamar a los timbres (si los había) y si no había respuesta, caminar hasta el centro de la calle y gritar hacia la ventana del interfecto haciendo pantallita con las manos para que la voz llegara recta a su destino.

Pero ni así. CR no estaba en su casa y ello nos obligaba a comenzar sin él. La partida empezó y al poco la puerta se abrió de golpe, dejando ver la silueta delgaducha y desgarbada de CR recortada contra la luz de la tarde. En seguida supimos que algo no iba bien: Tenía el pelo empapado en sudor, la ropa mal colocada y la piel blanca como el papel.

Por aquél entonces el papel no era marroncito pardo como el de ahora; Antes no se reciclaba y escribíamos sobre el producto neto de la madera de árboles con colorantes artificiales blanqueadores y nos quedábamos tan anchos.

Entre jadeos, CR nos contó lo sucedido: Había ido a comer con sus padres a un restaurante en la otra punta del pueblo. Había comido deprisa para no perderse la partida y en terminarse el postre había salido corriendo hacia aquí. Y por esas cosas del esfuerzo, la mala masticación y que el cuerpo no está preparado para atracones y maratones a la vez, cuando ya estaba a tan solo dos esquinas del local de juego, vomitó. Pero no fue esta historia la que nos turbó sino la descripción gráfica del vómito que, según él tenía todos los elementos de la comida en perfecto estado incluyendo primer plato, segundo y postre, con especial énfasis en los trocitos de longaniza prácticamente intactos. Esa visión nos fascinó. La partida había perdido el sentido de repente y solo pensábamos en terminar para ir a ver tal prodigio de la no digestión humana antes de que se lo comiera algún perro.

Por aquél entonces los perros no eran como los de ahora que comen wyskas light y palitos blanqueantes de dientes y encías; Antes los perros comían de todo lo que podían encontrar a la altura de su hocico y eso, incluía muchas cosas.

Al final, tras matar al malo, quedarnos con su tesoro y repartir la experiencia, salimos en tropel en busca del vómito. Tuvimos suerte. Allí estaba. Primer plato, segundo, postre y los trocitos de longaniza que no habían sido tocados por diente alguno. Fue un día maravilloso.

Dedicado a la memoria de CR, que supo alegrar nuestras partidas con su humor raruno.

jueves, 17 de enero de 2013



Como veo que todo el mundo está comentando sus regalos de reyes en sus correspondientes blogs, yo no voy a ser menos y continuar con lo que ya comencé con la crítica literaria dos entradas más abajo, para analizar en profundidad mi segundo regalo: La caja de Caballeros Negros/ Espectros Condenadores del Warhammer Fantasía.
Como ya comenté en su instante, esta bonita caja incluye cinco miniaturas de caballería que, si se compran sin descuento-oferta-modificación alguna cuestan la “módica” cantidad de 27€. En ella se incluyen 5 corceles esqueléticos y las piezas para montar 5 jinetes esqueleto o 5 espectrillos. Mi idea era montar estos últimos, pero una vez vistas las miniaturas en las matrices, cambié a los esqueletos por ser más bonitos con diferencia.



 Los Caballeros negros (arriba) son esqueletos montados en esqueletos que corren que se las pelan y atizan de lo lindo con su "golpe letal".
Abajo, los Espectros condenadores son etéreos como el amor y se dedican a ataravesar literalmente las tropas enemigas para arrancarles el alma de cuajo en el proceso. Eso si, son tan frágiles como el amor (¿Había dicho amor ya?













Así que me pongo manos a la obra, monto primero los caballunos y después paso a los jinetes. Por supuesto, en el proceso voy dejando de lado aquellas piezas exclusivas de los espectros: Brazos con guadañas, piernas con túnicas en lugar de armaduras, lo mismo con los cuerpos, cabezas llameantes… Un momento, lo que está quedándose en las matrices no son “piezas sueltas” sino los espectros enteritos. Extrañado por tal idea, en terminar los Caballeros Negros me pongo con los espectros y allí los tengo: Cinco Espectros Condenadores, llameantes, furiosos… y espatarrados a más no poder sin caballo alguno que les sostenga. ¿Cómo puede ser? ¿Qué sentido tiene tal forma de vender un producto? Hasta que en mi celebrito se me enciende la bombilla de la sapiencia. “Muy astutos”, pienso. “Estos nos dejan con 5 miniaturas huérfanas de montura para que nos compremos los caballos por separado y así terminemos gastando más”. Pero cuál es mi sorpresa al entrar en la página de Games Workshop y descubrir que no se venden caballos esqueléticos sueltos. ¿Qué sentido tiene entonces? Ninguno que se me ocurra ahora mismo.
 
Si lo que quieren es vender más productos deberían, o bien vender caballos sueltos o poner ambas unidades en cajas distintas. Tal como está montado esto, la única opción para tener una unidad de cada es comprar dos cajas… Y quedarte con diez jinetes espatarrados. Pero yo soy un hombre de recursos y con la sangre tan fría como un hombre lagarto comiéndose un polo, así que cogí el teléfono y llamé llorando al dueño de “La última fortaleza” (una maravillosa tienda de miniaturas, en general, de Alicante) y le pedí ayuda de rodillas. El hombre, muy amablemente me explicó que yo era tonto y que lo mejor que podía hacer era comprar unos caballos élficos que por tamaño y estrechez, encajarían en mis espectros. Vi la luz (y también como se me esfumaban 13€ más) y así, he podido aprovechar por fin mis espectros, aunque monten sobre caballitos con trenzas en las crines.
En fin, un desastre de experiencia. Pero ya no me pillan más con el rollo ese de “Monta esto o lo otro, con total libertad, no te vamos a decir nada”. A partir de ahora habrá que informarse bien de qué lleva cada caja antes de comprarla.