martes, 17 de abril de 2012

Feng Shui: Machacando todo lo que se mueve

No no, no voy a hablar de cómo debéis orientar vuestros muebles para aprovechar las energías que circulan por vuestra casa. El Feng Shui del que voy a hablar es un juego de rol publicado por Edge hace algunos años.

Según reza su subtítulo, el Feng Shui es un juego de rol basado en las películas de acción de Hong Kong; Y eso es exactamente lo que encontramos en su interior: Patadas voladoras, poderes sobrenaturales, balas volando por todas partes y en definitiva, cualquier cosa que podamos imaginar. Y es que este no es un juego convencional; Con un reglamento sencillo y sobretodo muy dinámico se nos ofrece la posibilidad de encarnar a cualquiera de nuestros héroes de acción: Desde Bruce Lee a Jackie Chan hasta Robocop, pasando por Mc Gyvers, Indianas Jones, James Bonds, yakuzas, espíritus en pena, hechiceros, niños rebeldes y, en definitiva, quien a uno se le ocurra.
La época en la que ambientar las partidas tampoco es un problema, ya que el libro nos da información para jugar en la antigua China, en la China post-moderna, la actualidad o incluso el futuro, pudiendo emplear para ello la magnífica ambientación del libro o jugar por libre, en plan película independiente.
La lista de poderes (virguerías) que pueden utilizar los personajes es demasiado extensa para hablar ahora, pero al igual que con la elección de personajes, es casi infinita. Los personajes de artes marciales pueden subir muros, dar saltos prodigiosos, golpes imparables, patadas voladoras giratorias infinitas o lluvias de golpes con las que tumbar a una decena de enemigos de golpe. Los personajes que lleven armas podrán disparar a todo bicho viviente con los ojos cerrados, saltar mientras disparan dos pistolas a la vez y recargar sus armas con tal velocidad que nadie note cómo lo han hecho. Además, clases como los monstruos, los seres cibernéticos del futuro, hechiceros o animales transformados tienen sus propias virguerías para elegir o inventarse.
Pero a pesar de que posee unas reglas completísimas a la vez que rápidas de comprender y una ambientación con posibilidades infinitas plagada de facciones, guerras y viajes en el tiempo, lo verdaderamente destacable de este juego es su redacción. El tío que lo escribió encontró la forma de hacerlo de forma directa y divertida; Aquí no encontraremos parrafadas interminables girando alrededor de una tirada de dado o tablas a las que deberemos consultar cada dos por tres; este es un libro que da gusto leer desde la primera palabra hasta la última (como curiosidad os diré que yo, que no soy muy amigo de las armas de fuego, leí detenidamente la descripción de todas y cada una de las que vienen en el libro y que no son pocas) y que además de eso, cuenta con un gran numero de suplementos traducidos, cosa que no puede decirse de muchos juegos. De ellos no hablaré, ya que por suerte (o desgracia), con el manual básico basta y sobra para jugar alguna partida esporádica.
En resumen: Un juego muy divertido, fácil de entender y de jugar, ideal para reunir a un grupo de amíguetes, crear personajes en cinco minutos y pasar una tarde saltando por los tejados, y repartiendo estopa a los malos de turno sin preocuparse por si “ahora me quiero comprar esto” o “esperad que quiero tratar de ligar con la camarera”. Y es que en Feng Shui, la acción es lo primero y todo lo demás nos lo podemos saltar.

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