martes, 4 de octubre de 2011

Videojuegos: El inicio


Hace ya muchos, muuuchos años, allá por el principio de los tiempos, me encontré en una visita habitual de fin de semana a la heladería de la esquina, con un extraño artefacto. Se trataba de una especie de televisión incrustada en una cabina de madera de la que sobresalía un extraño panel con botones.
Mi padre, curioso como él solo, echó una moneda y nos pusimos a jugar a eso que después llamaría videojuego. Era muy simple: Con el mando se controlaba una pequeña y mal definida nave espacial que debía abatir a unos extraterrestres que en lugar de atacar directamente a la tierra, descendían lentamente disparando muy ocasionalmente. Mi padre se encargaba de pilota rmientras yo aporreaba los botones de disparo y no nos iba mal. O eso creo porque lo cierto es que no podiamos comparar con nadie.
El Space Invaders no era el mejor juego del mundo ni tenía que ver con los juegos "roleros" de los que quiero hablar de ahora en adelante, pero abrió la puerta a un mundo enorme que no dudaría en aplastarlo y relegarlo al olvido.
Bendito juego.

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