Planeta Est’tevi’tevan, cuartel general del destacamento Tau encargado de su defensa: El etéreo Aun’sep espera la aparición del comandante para que le informe sobre el resultado de la última batalla.
Se abre la puerta y aparece el comandante lleno de chichones, moratones y vendajes; el etéreo se pasa la mano por la cara.
-¿Hemos vuelto a perder? ¿Quiénes eran esta vez?
-Eldar oscuros, señor… Han aparecido de la nada con sus naves y se han lanzado sobre nosotros y…- Comienza a explicar el comandante.
-Ya ya… y hemos perdido otro enclave importante una vez más.
-Así es…
-Supongo que por lo menos habremos enseñado a esa pandilla de sadomasoquistas espaciales algo sobre el valor y convicción del Imperio tau… ¿No es así?
-Verá… Ha sido una derrota bastante rápida. Ellos apenas han sufrido bajas.
-¿Y nuestros aliados? ¿Acaso los kroot no han cumplido su cometido como tropas polivalentes de disparo y asalto?
-Los kroot… han huido en cuanto han recibido los primeros disparos. Ni los mastines de guerra, ni la presencia de su líder les han persuadido de ello.
-¿Y el krootox? No me dirás que semejante bestia también ha huido.
-El mono era el que mas corría. Hay quien dice haberle visto llorando mientras se adentraba en el bosque.
-¿Y los véspides tampoco han llegado a disparar?
-Si, los véspides han disparado pero han fallado todos.
-Maldita sea… Al final solo podremos confiar en nuestros guerreros del fuego.
-Bueno, ellos no han tenido más suerte. El índice de aciertos ha sido del 10%. Nuestros guerreros le ponen ganas, pero son malos de cojones.
-¿Acaso no habéis usado los marcadores telemétricos que mejoran su puntería y reducen la cobertura enemiga?
-Si, pero ni así.
El etéreo se levanta, da unos pasos, nervioso y se sienta otra vez.
-Se supone que equipamos a nuestros hombres con las mejores armas del universo, las mejores armaduras y que nuestra tecnología de aceleración de partículas es insuperable… por no hablar de nuestras armas de fusión, inducción e iónicas. ¿Cómo podemos fallar?-Exclama Aun’sep contrariado.
-Eso era antes, señor. Ahora nuestros enemigos llevan pantallas de oscuridad, campos de fuerza, armas de largo alcance, lanzas oscuras y proyectiles envenenados… Nos hemos quedado desfasados.
Se crea un silencio sepulcral. La luz de las antorchas crean sombras lúgubres sobre el rostro del etéreo, que trata de asimilar todo lo que está oyendo.
-Muy bien…-Dice más tranquilo. –Me pondré en contacto con el planeta Tau y pediré nuevas unidades. ¿Qué necesitamos? ¿Tanques? ¿Armaduras crisis o Apocalipsis? ¿Más infantería? Dime.
-Lo que necesitamos… ¡Es que nos actualicen el codex de una puñetera veeeeeeez!
Fin de la escena.
Ahora, algunas fotos para ilustrar tal horror.
Entretenido.
ResponderEliminarSi un día me compro un ejercito de warhammer tengo q hacer las primeras partidas contigo para no desmolarizarme y siempre podremos decir que ha sido... la suerte del principiante jaja
ResponderEliminarLa verdad es que soy malo de cojones. Si es que lo mio es el rol.
ResponderEliminarweno, yo soyu pobre así que esta batalla va a tener q esperar mucho XD
ResponderEliminarXDDD!! Gran crónica. Y sí, tiene pinta de que lo tuyo no son las dobles envolventes, no. XDD!
ResponderEliminarHola Capdemut, qué tal? No voy a entrar en demasiados detalles, sólo quería decirte que me han dado la oportunidad de darte un premio Liebster. No te creas que lleva una suma importante de capital… ni siquiera algo de capital
ResponderEliminarAquí te adjunto mi link para que veas en qué consisten estos premios y cómo funcionan
http://laalianzadelostressoles.blogspot.com.es/2012/05/premios-liebster.html