lunes, 26 de septiembre de 2011

Desolación (Paternidad parte 9)

Ayer mismo, en un parque grande y bonito deonde la niña podía correr y jugar con libertad. Yo observandola, orgulloso, feliz, tranquilo, pensando en el futuro y todo eso, dispuesto a sacrificar lo que sea menester cuando sea menester por ella. Todo normal, vamos.
Y entonces llegan unos crios algo mayores; Al principio le hacen la gracia y ella se ilusiona con sus nuevos amigos, pero van a su bola y salen corriendo a toda velocidad; Ella les sigue como puede pero en seguida se queda atrás y al final desiste y se queda parada en medio de la nada, mirando como se alejan, sola, desamparada, sin saber porqué no puede alcanzarles. Se gira y me mira, buscando en mí quizás una explicación o ayuda para seguir con el juego imposible. Y sus ojos están confusos y algo tristes. Y en sus ojos veo los mios y me doy cuenta de cuánto le queda por vivir y aprender, por llorar y lamentar.
Y allí es cuando una parte de mi, oscura y vengativa, desea correr como el viento y lanzarse sobre los niños cual Bud Spencer en taberna del oeste para que mi hija vea que su padre la defiende con todas sus fuerzas sin importarle nada más que sus sentimientos.
Pero como siempre, ignoro esa parte oscura y tomo a mi niña entre los brazos para explicarle que esos niños son mas mayores y que ella tiene que jugar con los pequeñitos. Y parece satisfecha con la explicación y asi, sin saberlo, me evita problemas con la justicia.

1 comentario:

  1. Con la justicia en segunda instancia porque no sales vivo del parque si se te ocurre practicar la patada voladora con los críos. Aunque Bud Spencer era más de pegar a mano llena.
    Pero sí, la verdad es que mi a mi también me dio penita la escena.

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