viernes, 14 de octubre de 2011

Aquellos maravillosos másters (2/4): El interpretativo

Justo al otro extremo del técnico tenemos a este tipo al cual se la soplan no solo las reglas, las hojas de personaje y los dados, sino que también ignora su sentido del ridículo y de la dignidad humana. Mientras los pobres jugadores se sientan en la mesa asustados, pero como personas normales, él no duda en vociferar, rugir y subirse a la mesa para imitar al león que acaba de salir en el juego. Al principio es interesante, incluso divertido, pero cuando descubres que las buenas tiradas en la creación de tu personaje y tu suerte habitual con los dados no te va a servir d enada, comienza a ser desquiciante. Y no importa que en ese momento entre tu madre a ofrecer unos refrescos al grupo, no, el tio no se corta y grita a pleno pulmón aquello de "¡Seguidme, mis fieles vasallos!" o cualquier otra cosa (mucho peor) que hace que te ganes una charla con tus padres esa noche sobre con qué gente te juntas y a qué cosas jugais. "¿No sería mejor que salieras y te drogaras como todos los chicos de tu edad?". Pero volvamos al master.
Y es que ese amor por la iterpretación por encima de todo se traduce en aburridos tópicos de enemigos malheridos huyendo a última hora y críticos letales convertidos en rasguños que hacen que esa impredebici... impredicebi... impredivibi... bueno, que el elemento impredecible túipico del rol desaparezca para siempre bajo la teatralidad de una película de serie B. Porque no lo olvidemos, por mucho que se esfuerce, es un tio sin vida social y que no tiene ni idea de arte dramático.
Pero lo peor peor, es cuando quiere que te unas a su estilo. Y para ello, otro ejemplo:
JUGADOR: Lanzo un proyectil mágico al goblin ese.
MASTER: Muy bien, a ver cómo lo lanzas.
JUGADOR: (Tira los dados) Le hago...
MASTER: No, no, asi no. TU eres el mago y TU tiras el conjuro. HAZLO.
JUGADOR. (Se levanta tímidamente y comienza a gesticular despacito) Piche, mortis, kariun...
MASTETR: ¡Copn más énfasis! Asi no sale ningún conjuro. SIENTELO.
JUGADOR: (Ahora gritando un poquito pero que no le oigan en la calle) Piche, mortis, kariuun!
MASTER: Todavía no, tienes que hacerlo BIEN.
JUGADOR: ¿Sabes qué? Por una mierda de goblin no gasto el conjuro. Ataco con la daga.
MASTER: Pues el goblin es más rápido que tu, te clava su lanza y mueres.
JUGADOR: Tendría que haberme hecho un guerrero.

4 comentarios:

  1. ¡Muy bueno! :D Todos los extremos son malos.

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  2. Por eso cierta persona solo se hacia elfos guerreros con espada larga, ahora lo entiendo todo.

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  3. Jejeje... con qué elementos nos hemos visto obligados a jugar debido a la escasez de masters de nuestros años mozos (bueno, escasez de masters en general).

    A mi en unas jornadas en las que hacía de master me tocó un jugador de este tipo, y la verdad es que añadía salero a las partidas, pero como master (y encima si era "direccionista" como el que describes), ufff, no quiero imaginarlo.

    Yo reconozco que una vez en una partida de Paranoia, llevado por el lavado de cer - consejos del manual que te recomiendan no tener vergüenza a la hora de dirigir una partida, conseguí avergonzar a mis jugadores echando una partida en un club. Echando la vista atrás, a lo mejor me tenía que haber ahorrado el corretear alrededor de la mesa con una bocina gritando "Mensaje del Ordenador!!". Pero al menos nunca les obligué a actuar y gesticular.

    Ay, qué mozos éramos.

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