miércoles, 29 de agosto de 2012

Spawn: Engendros alternativos


Cuando la serie regular de Spawn había alcanzado el Nº 100, no solo se había convertido en un cómic de éxito internacional, sino que había dejado tras de si toda una estela de productos variopintos. Aparecieron una gran variedad de cómics que se desarrollaban de forma paralela a la serie regular, algunos protagonizados por el mismo Spawn, como la miniserie “Blood Feud” (una historia algo cutrona sobre vampiros), “The ondead” (una trama paralela a la serie con moraleja religiosa); y otros por personajes secundarios como “Violador” (gran obra de Allan Moore), “Angela” (incluyendo historia de amor angel-demonio), o “Sam y Twitch” (Genial serie policíaca en plan la peli “Seven”).



Esta elegante dama es Angela: Una cazadora de demonios con muy mala uva que pasó de villana mata-spawns a aliada, protagonizando una de las pocas escenas tórridas de toda la saga Spawn. 












Además, aparecieron varios crossovers de esos que gustan tanto a los americanos, como dos especiales “Spawn VS Batman” (uno oficial y otro más piratilla), un “Violador VS Badrock” y un “Witchblade/ Medieval Spawn”; Además, varias series independientes pero con cierta relación con el trasfondo Spawn aparecieron aquí y allá, destacando “Curse of the Spawn” (que contaba las peripecias de un Spawn futurista), Dark Ages (el Spawn medieval), varias novelas gráficas (donde Spawn pintaba más bien poco) e incluso “The Creech”, una serie no relacionada con el universo Spawn pero que fue creada por Grez Capullo y se vendió aprovechando la fama de éste como dibujante. Y como curiosidad,  cabe destacar la aparición de la serie regular en formato manga.


 
 
 A la izquierda, Daniel Llanso, un Spawn del futuro que protagoniza una sórdida y oscura historia apocalíptica. A la derecha, el Spawn medieval acompañado de Witchblade, marcando chirla, como siempre.






Aunque el cómic no fue lo único explotado. Además de la turbomillonaria franquicia de figuras de acción (muñecos),  que no solo se limitaba a la serie sino que adoptó a numerosas personalidades del mundo del rock (Kiss, Alice Cooper…) y de otros tebeos o películas, aparecieron dos series de animación (en realidad una pero con dos versiones, la “light” y otra en la que salían algo de tetas y más sangre) y una película de acción real que se quedó algo por debajo de lo mediocre.

 El Spawn de carne y hueso les quedó algo acartonado para mi gusto (como el guión), y aquí abajo Violator, lo único salvable del flim, en versión humano peli/ humano cómic y retroversa.



















Pero como siempre, ante tal avalancha de productos nos queda la duda de a qué se debe tal éxito. ¿Un buen guión? ¿Un dibujo atrayente? Por supuesto, pero en el caso de Spawn hubo algo más: Polémica. El tebeo en cuestión no se limitaba a mostrar a un héroe liberando al mundo de villanos sobrenaturales; Spawn se enfrentaba a monstruos del infierno, del cielo y también de la tierra y es por estos últimos que se trataban temas como la violencia doméstica,  religión, racismo, pederastia… Cosa que hizo que ciertos sectores de la sociedad americana lanzaran el grito al cielo alegando que “los jóvenes no deben leer cosas así”. Y como suele suceder, este tipo de polémicas no hacen más llamar a la curiosidad de nuevos lectores y con ello mantener viva la llama de un cómic que según su autor, después de casi 9 años en el mercado “No había hecho más que empezar”.


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