Para la
mayoría de personas normales, es decir, individuos autosuficientes sin hijos,
ir al cine puede ser un acto rutinario con el único obstáculo del dineral que
cuesta la entrada y la posible presencia de adolescentes ruidosos que se ríen
todo el rato en las butacas colindantes. Pero para mí y mi esposa, ir al cine
había sido algo imposible desde el nacimiento de la mayor, hace como siete
años. Creo recordar que la última que pudimos ver fue Spanish Movie, allá por
el 2009 y desde entonces las apariciones por el cine había sido para ver
Frozens, Pitufos y demás productos para críos.
Pero
ayer pudimos romper nuestras cadenas, pedirnos una tarde libre abuela mediante
y lanzarnos a la aventura del cine. La cartelera no era demasiado atractiva; había
una de Tim Burton que quería ver mi mujer pero solo había un pase imposible a
las diez de la noche; estaba el Doctor Extraño que es un superhéroe de esos que
nunca me han gustado y estaba la de Un monstruo viene a verme que según ella,
había leído muy buenas referencias, así que nos metimos a verla. Y ya veréis
ya.
Antes
de que empezara la peli le eché un vistazo por internet, a ver de qué iba la
cosa y me llevé una sorpresa maravillosa. La película tenía a un monstruo en el
título, a Sigurni Wivern en el reparto y el personaje principal era un niño
llamado Connor. ¿Qué podría salir mal? Tres elementos que me llevaban a la
mente algo así como xenomorfos venidos del futuro para acabar con un niño que
sería protegido por una ex teniente de nave espacial. Abrí la bolsa de las
palomitas, me acomodé en la butaca y… Mi gozo en un pozo tan oscuro y profundo
como un pozo puede llegar a ser.
¿A que parece que vaya a molar? |
Al
final resultó que el monstruo era una especie de metáfora onírica que se le
aparecía al niño para ayudarle a asimilar aquello por lo que estaba pasando por
su vida. Un niño hijo de padres separados, que en el cole le pegan y cuya madre
está muriendo de cáncer y por eso se ve obligado a vivir con una abuela a la
que odia. Ni tiros ni explosiones ni cosas siendo arrojadas al espacio ni nada…
Solo una sala de cine llorando y sonándose los mocos todo el rato mientras yo
buscaba algún grupo de adolescentes con ganas de cachondeo para sentarme a su
lado.
Y lo
digo en serio. Si habéis sido niños maltratados en clase o habéis tenido el
infortunio de ver morir a vuestra madre (u otro familiar cercano) de cáncer, como
es mi caso, ni os acerquéis a esta peli ya que no es más que un palo que
removerá la mierda que guardáis en vuestro interior, sacando recuerdos a la luz
y haciéndoos revivir cosas que habría sido mejor dejar en el olvido. Pero ojo
que no digo que sea mala. Solo que creo que ya tenemos bastantes penas en
nuestras vidas como para ir al cine a sufrir más en lugar de utilizarlo como
entretenimiento y evasión.
Al
final salí del cine con la misma sensación que tengo cuando ponen una de nazis
basada en hechos reales o cuando voy conduciendo y veo cómo atropellan un
gatito. Ya no era muy amante del cine, pero ahora estoy más que convencido de
que si no salen ninjas, zombis o robots del espacio, a mí no me vuelven a ver
por ahí.
Las partes de película hechas por animación, lo único aprovechable. |
Es que tenías que haber ido a ver "El hombre de las mil caras" que por lo menos tiene un humor fino que entretiene...
ResponderEliminartambién está basada en hechos reales ¿no? lo digo porque hay que ayudarle a que encuentre el cine...
EliminarEn realidad ibamos a ver la de Tim Barton, pero la hacían a una hora imposible para gente con hijos esperando en casa de la abuela.
EliminarEste hombre tras "lo imposible" no espero ver una peli suya sin llorar y el tema de la peli amenzaba mucho lloros. Quizá deberías de haber ido a ver otra peli en otro momento cinematográfico, o la chica del tren, que al menos está basada en una novela... y no en hechos reales. No he visto la peli, peor el libro me gustó.
ResponderEliminarNota, Yo leo muchos "best seller" y soy víctima propicia a seguir leyendolos
Los best sellers son en reaguetón de la literatura. No te digo más.
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