Ayer mismo día siete de enero salió a la venta el primer fascículo
de Mortal Realms, una colección de Salvat para introducirnos en el
maravilloso mundo del Warhammer Age of Sigmar, al igual que el año
pasado hicieron con el 40K de la mano del Conquest. La idea de esta
colección es proporcionar todo lo necesario a lo largo de unas 80
entregas para poder jugar a este bello juego (que sí, que no es tan
malo como algunos aseguran) sin tener que desembolsar grandes
cantidades de pasta de golpe ni tener que pensar qué comprar, como y
cuando. Pero vamos al lio, que me quedo sin tiempo.
¿Qué
es eso del Age Of Sigmar (a partir de ahora AOS)?
AOS
es el resurgir del Viejo Mundo de Warhammer de toda la vida, el de
Fantasía, los juegos de rol o el Bloodbowl entre otros. Resulta que
la cosa acabó mal cuando Nagash, que es el dios de la muerte, se
llevó por delante a casi todo el mundo, derrotando a Sigmar, el dios
principal que velaba por el bien y el orden. Sin la divina figura el
Viejo Mundo se vio abocado al caos y la entropía, con huestres de
espíritus atormentando a los pocos pueblos libres que quedaron y el
caos y los monstruos campando a sus anchas. Pero Sigmar volvió como
todo buen héroe al encontrarse en el éter a un dragón que le
resucitó gracias a siete bolas que… No, creo que lo de las bolas
del dragón no era aquí, pero es igual. Sigmar resucitó, volvió al
mundo mortal y empezó una cruzada contra su viejo enemigo gracias a
sus nuevos soldados, unos tipos altos como picas, fuertotes y armados
con fe y armas grandotas llamados marines esp… Perdón, otra vez me
ha pasado… Llamados Stormcast Eternals. Y en ese punto empiezan las
tortas de nuevo.
¿Qué contiene este primer fascículo?
Pues
muchas cositas. Por un lado tenemos el fascículo en sí, que es un
librito de láminas a todo color que nos explica un poco el
trasfondo, las facciones, ayudas para montar las miniaturas, las
reglas básicas para mover y atacar, así como una primera partida
lista para jugar. Además viene un mapa, un póster que no pienso
colgarme, un medidor de distancia de doce pulgadas de plástico, un
pequeño tapete de cartón, seis dados y unos cartoncitos que nos
animan a convertirnos en suscriptores de quiosco, normales o premium,
que luego explicaré en qué consiste cada cosa, aunque seguramente
yo no me haga. Ah, que casi se me olvida, las miniaturas.
¿Qué
sería de un wargame sin miniaturas?
No
voy a responder esta pregunta pero sí a describir un poco las minis
que trae este fascículo, que no son pocas ya que por un lado tenemos
tres sequitors, que son unas gentes de buenas espaldas con martillos,
escudos pavés y unas armaduras que ríete tu de la Pedroche este fin
de año. En el bando de los muertos nos vienen diez chainswrap, que
son los espectros de aquellos que fueron condenados en vida, poco más
que cráneos envueltos en harapos y todavía encadenados que luchan
con espadas, mazas, hachas y lo que se encuentren por ahí.
Sinceramente
y sin querer causar ningún tipo de histeria colectiva debo decir que
estas miniaturas en tienda costarían entre treinta y cuarenta euros,
cuando el fascículo vale 1,99. No es de extrañar que haya gente que
se haya hecho con diez, veinte o incluso cincuenta ejemplares supongo
que para meter todas las minis en la bañera y hacer un American
Beauty warhammero.
¿Pero
eso no es especulación?
Aquí
ya entramos en opiniones personales pero como es mi blog voy a
concederme esa licencia. Eso de comprar cincuenta ejemplares puede
ser especulación o no; habría que buscar al tío y preguntárselo
porque quizás las ha comprado para iniciar a jóvenes con problemas
de desestructuración familiar en el hobby y apartarlos así de la
calle y las drogas, aunque a nivel económico se van a acabar
gastando lo mismo. Pero ya os digo que seguramente sea para hacer lo
de la bañera.
Vender
estas miniaturas en Wallapop y similares puede ser complicado porque
seguro se van a devaluar muchísimo y al fin y al cabo ahora mismo se
pueden pedir en la web de Salvat. Quizás dentro de algunos años la
cosa cambie pero ahora mismo yo no haría tal cosa. Además, si
acaparamos todos los ejemplares del pueblo le estamos quitando la
oportunidad a nuevos jugadores de entrar en el hobby y eso es malo
para todos a la larga. Pero dejo aquí mi opinión y voy a por la
conclusión final.
La
conclusión final:
Mortal
Realms es una buena opción para introducirse en este mundillo,
quizás la mejor si no queremos empezar desembolsando una gran
cantidad de pasta de golpe. Aunque 80 fascículos a 10€ nos salgan
por un total de 800€uracos, si la hacemos a medias con un amigo y
teniendo en cuenta que sale un fascículo a la semana, ni notamos el
gasto y al final tenemos dos ejércitos decentes, pinturas,
escenografía, bellos fascículos, etc. Si te encuentras en mi lugar,
en cambio (solo, económicamente deprimido, sin espacio en casa para
tanto trasto, etc.) igual no merece tanto la pena. Es por ello que yo
no me voy a suscribir y me iré pillando los fascículos del quiosco
hasta que dejen d ellegar como pasó con el Conquest y que me quiten
lo bailao.
Y
hasta aquí este análisis.
Sed
felices y no os traguéis ninguna peana, que luego cuestan de
expulsar.
Son 800 € que divididos en 80 entregas da lugar a una cuota de 40 pavos al mes durante año y medio a sumar a todas las demás (en mi caso spotify, la colección de lo mejor de Vértigo, patreon...).
ResponderEliminarVivimos en un mundo donde prorrateamos el consumismo para que no parezca tanto, pero al final es lo que es, un pastizal.
Eso sí, el primer número yo si lo veo por ahí lo compro (aunque a estas alturas de la película estará agotadísimo).
Por supuesto que el dinero es el mismo. Pero si te lo haces a medias con un amigo ya se queda en 400 y en cómodos plazos de 20 al mes. Está claro que no te lo reglan y no me hice el Conquest precisamente por eso, pero es otra forma de meterte en el Warhammer sin apoquinar 100€ de golpe en minis, libros y demás equipo.
EliminarY no desistas con el primer número. Esta vez han sido generosos y han distribuido una burrada de ejemplares.