martes, 16 de octubre de 2012

Bastard!, espada, brujería y testosterona



Cuando yo era un chaval, en plena efervescencia rolera y con una gran tendencia a impresionarme, me topé de bruces con un manga llamado “Bastard!”. Fue una casualidad, ya que lo vendían junto con el que ha sido mi cómic favorito de todos los tiempos (y del que algún día hablaré) “El Puño de la Estrella del Norte”, y me fascinó.
“Bastard!” tenía todo lo que yo le podía pedir a un tebeo: Una ambientación fantastica, con magia, monstruos y conflicto, referencias al Heavy Metal varias (personajes sacados directamente de portadas de discos, nombres copiados, incluso músicos dibujados, espada en mano) y tetas, muchas tetas.
La historia comenzaba de forma algo convencional: Un antiguo hechicero malvado, cruel y lujurioso vivía encerrado en el cuerpo de un niño inocente, pero el repentino ataque de las fuerzas del mal (los antiguos súbditos del hechicero), obliga a los adalides del bien a liberarlo e implorar su ayuda. La cosa sale medio mal, lo que también implica que medio bien, lo que da pie a multitud de escenas eroticoheróicas y demás. Pero todas las historias tienen un fin, y como no, tras un buen final siempre viene una segunda parte a cagarla, y así fue. 
Dark Schneider, el mago del fuego, protagonista del manga.

La segunda saga de “Bastard!” no solo no tenía la frescura de la primera, sino que se nos presentaban tantísimos personajes en ambos bandos y la guerra tenía tantos frentes abiertos, que acababas sin saber qué estabas leyendo ni quién era quien. Pero de todos modos, algunos momentos de genialidad hacían seguir confiando en la serie. Y como no, tras una segunda parte floja, viene una tercera peor.
Al autor se le fue la olla o algo y continuó la historia en una especie de limbo raro donde ángeles y demonios luchaban por controlar algo que no quedaba muy claro. El tebeo era como una especie de galería de arte que se movía entre bellezones y monstruos gigantes y cuya trama argumental parecía haber desaparecido en un mar de explosiones, conjuros que ocupaban dos páginas y cosas abstractas que ocupaban cinco. “Bastard!” se había convertido en un un rollo, pero era nuestro rollo y los lectores fieles ahí estábamos, esperando que la cosa se salvara. Y no solo no se salvó, sino que fue a peor. Los de Planeta de Agostini anunciaron que la publicación se cancelaría temporalmente debido a que el ritmo de edición en Japón era muy bajo y no había material para seguir; Pero que en cuanto se reuniera material suficiente para otro tomo, saldría, que nosotros tranquilos. Y desde entonces, gota a gota, año a año, los tomos de “Bastard!” han ido apareciendo y alimentando las esperanzas de los que nos quedamos colgados, con veintitantos tomos en la estantería, esperando completar la colección algún día. Hasta ayer.
El autor nos deleitaba con cosas así para evitar tener que pensar un guión lógico.

Llego a mi librería de tebeos habitual y me encuentro con que hay un tomo más en la estantería (bien, creen en nosotros, los viejos lectores), pero después me entero que la colección va a ser reeditada y publicada en otro formato más grande, redibujado por el propio autor (con aumentos de pechos incluidos), y con una encuadernación de lujo. Muy bonito, si, pero… ¿Significa eso que los viejos tomos desaparecerán? ¿Significa esto que la única forma de ver la colección completa en la estantería será comprando (mejor dicho recomprando) la colección entera desde el principio?
Cuando el librero me informó me entraron ganas de abofetearle, pero es un tio fuerte y no confié en mis posibilidades de vencerle, además de la posibilidad de ver encarecidas mis futuras compras, por lo que solo me queda utilizar el recurso final; Aquello a lo que los hombres solo recurrimos en las situaciones más extremas: Llorar.

 Busca las (dos) diferencias: 
 A la izquierda tenemos un dibujo del manga original y a la derecha el redibujado y reeditado.


 

4 comentarios:

  1. Hola,

    Bastard! Conocí esta serie de manga porque un amigo era entusiasta de la misma y nos contaba alguna que otra cosa (sobre todo lo de los nombres como Metallicana y similares). Pero nunca llegué a leer ni un número. Siempre que me hablan de manga en general, o me recomiendan algún manga, digo "¿y no hay nada que sea épico, con espada, brujería, batallas y demás?". Nadie suele contestar, pero cuando recuerdo a mi colega hablándonos en verano en el parque de Bastard! pienso que quizá esa sea la saga que ando buscando.

    Así que lo de que vuelvan a publicarla igual no es mala cosa para los que como yo llegamos tarde a la primera época. Aunque para los que llegasteis en hora, sí, es una faena y de las gordas. Por lo poco que sé del mundo del cómic y el manga, veo que las editoriales toman al aficionado por una máquina de comprar sin criterio y que se tragará todo lo que le echen. Bueno, con el rol pasaba y pasa igual.

    Gracias por recordarnos la existencia de este interesante manga y contarnos que todavía estamos a tiempo de hincarle el diente!

    Un saludo
    CdP

    ResponderEliminar
  2. Pues ya lo sabes. Creo que ahora mismo ya están disponibles los dos primeros tomos de la colección reeditada. Valen una buena pasta cada uno, pero si puedes echarles un ojo verás que merecen la pena por la encuadsernación, la calidad del papel y la cantidad de material que contiene cada tomo.
    Si te haces con ellos, traelos cuando vengas y me dejas olerlos.

    PD: Mi primera campaña de RuneQuest, cuando todavía no tenía ningún suplemento Gloranthano, estaba ambientada en el mundo de Bastard!

    ResponderEliminar
  3. Yeeeeee ya tocaba!!! y me acuerdo de esas pseudoaventuras de runequest ambientadas en el mundo de bastard!! jeje

    ResponderEliminar
  4. Es verdad, tu fuiste uno de los "afortunados" en tragarte todas esas partidas épicas y rebuscadas de mis inicios como master. Qué tiempos aquellos...

    ResponderEliminar